No se puede ser indiferente cuando de por medio está en riesgo la salud de las personas. Pese, a los constantes reclamos de los moradores de Olmos ante la preocupante contaminación de la quebrada Pumpurre por aguas residuales proveniente de la laguna de oxidación, éstos han caído en saco roto.

La misma concesionaria H2Olmos S.A., desde el año 2016, ha puesto de conocimiento de la Administración Local de Agua Motupe- Olmos- La Leche (ALA MOLL), Ministerio Público (Fiscalía Provincial Mixta Corporativa de Olmos), Centro de salud de Olmos y Defensoría del Pueblo Oficina Descentralizada de Lambayeque, el progresivo deteriorio ambiental del referido afluente.

No obstante, las aguas negras continúan desembocando en la quebrada Pumpurre ante la indignación de los pobladores de los caseríos de Nitape, Tunape, Las Noria, La Algodonera, La Orchia, entre otros, que a diario tienen que cruzar el cauce de la quebrada a través del badén Miraflores.

En tales circusntancias, los lugareños ponen en serio riesgo su salud, más aún cuando los olores nauseabundos se expanden 2 km a la redonda.

Las aguas residuales han convertido a la quebrada en un foco infeccioso y caldo de cultivo de enfermedades  para los pobladores y también para el ganado que pastorea por este lugar.

Del mismo modo, la filtración de las aguas contaminadas afectan considerablemente el sistema acuífero pues existiría un daño directo a los cultivos regados con agua proveniente de los pozos artesanales.

Si el problema, como se advierte, ha rebasado el ámbito local, el Gobierno Regional de Lambayeque a través de la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión Ambiental, está en la obligación de intervenir a fin de evitar daños mayores, según las facultades conferidas en la Ley Bases de la Descentralización 27783 a través de la cual se el encarga la gestión de los recursos naturales y mejoramiento de la calidad ambiental, competencia compartida ahora con el Ministerio del Ambiente.

Como antecedente, se tiene su accionar en el distrito de José Leonardo Ortiz por la contaminación de los residuos sólidos ante el deficiente sistema de recojo de la basura por la municipalidad distrital. De igual modo, en las 10 localidades de Mórrope donde se advirtió la presencia de metales pesados principalmente de arsénico en agua de consumo humano.

La gestión ambiental, es una de las políticas de gobierno que deberían priorizarse más aún cuando está en riesgo la salud y las actividades productivas de una comunidad, como es el caso de Olmos, cuya población  exige de soluciones inmediatas ante el deterioro ambiental de la quebrada Pumpurre.

Nuestras instituciones públicas están en la obligación de proteger y salvaguardar la vida y la salud de la población, así como proteger el ambiente de nuestra casa mayor llamada Tierra, por lo que no pueden permanecer indiferentes frente al clamor ciudadano que espera una mínima atención al problema que los afecta.