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ADIÓS A MAESTRO DEL BALLET: La imborrable huella de José Puga

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1358

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El maestro José del Carmen Puga Mendoza falleció el viernes 28 de julio. Su deceso deja una profunda tristeza en quienes fueron sus alumnas en la famosa Escuela de Ballet de Chiclayo, así como en los amantes del arte y la cultura.

Es una cálida tarde de 1957 y en un aula de la Asociación de Artistas Aficionados de la ciudad de Lima, el niño admira con la inocencia propia de su edad la belleza de una joven silueta que, al compás de un piano, realiza movimientos con una delicadeza similar a la de un ángel. Amor a primera vista, amor para toda la vida. José Puga se enamoró del ballet.

Nacido en el año 1948 en la ‘Capital de la Amistad’, José del Carmen Puga Mendoza tuvo que vivir momentos difíciles desde pequeño. Debido a las simpatías políticas de su padre con el Partido Aprista Peruano, la dictadura de Manuel Odría exilió a su familia a México, donde fueron acogidos hasta restaurarse la democracia en el Perú.

Durante los ocho años de destierro, José Puga desarrolló múltiples habilidades, una de las principales orientada a la música, específicamente en el piano. A su retorno al Perú, aquella tarde del 57, sintió que debía abandonarlo todo y dedicarse al ballet. Debía dejar la escuela y debía dejar Chiclayo por este amor que había nacido inesperadamente. Él no lo había buscado, la vida había escrito en el libro de José Puga que debía ser bailarín de ballet.

Momentos difíciles

Mario Alberto Puga Imaña, padre de José y reconocido escritor oriundo de la ciudad de Trujillo, falleció en 1959, cuando el joven bailarín tenía 11 años de edad. Esta pérdida arremetió duro no solo para él y sus dos hermanas, sino que dejó a su madre, Carmela Mendoza Salgado, en una depresión que parecía no tener fin.

Sin embargo, el hecho de que José se quedase en Lima la ayudó a superar este vacío que había dejado su marido. “Cuando vivía con ella yo cocinaba, yo preparaba el desayuno, arreglaba, yo la ayudaba a vestirse, yo la bañaba a mi madre. Le ayudó mucho la decisión de ser bailarín y vivir en lima, siempre vigilado por mi hermana mayor, Stella, quien llegó a ser directora del Ballet Nacional”, contó a Expresión en el 2015.

De esta forma se inició su larga travesía. Fue solo cuestión de tiempo para que el talento de José Puga fuera reconocido. Con tan solo 13 años postuló e ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero como no estaba interesado en la carrera viajó a Chile y se convirtió en el profesor más joven de la Universidad Católica del país del sur, donde dictó cátedra sobre la Historia del Arte y participó como primer bailarín en el Ballet de Cámara de Antofagasta.

Las cualidades de Puga Mendoza siempre fueron motivo de admiración, al punto que el recordado presentador de televisión Pablo de Madalengoitia lo calificó de “Niño Genio” en América Televisión.

Estando en Chile, ojeadores europeos enrumbaron en el camino de fama a José Puga. Su ruta de viaje lo llevaron por las costas ibéricas participando en Radiotelevisión Española, hacia La Habana, al pie del Big Ben en Londres, donde se le conoció como ‘The Peruvian Mountain Goat’ (La Cabra Monteza Peruana, por la particularidad de sus saltos), y ciudades de Alemania y Sudáfrica. 

“La gente cree que porque eres artista, eres un muerto de hambre. Un ministro de Belaunde me dijo eso: ‘¿Y el jovencito a qué se dedica?’ Soy artista, bailarín de ballet, hago poesía y también actúo. ‘Ah, un muerto de hambre’, me contestó. Yo le pregunté cuánto ganaba uno que no es muerto de hambre, a lo que me respondió con orgullo que su sueldo ascendía a más de diez mil soles. Yo acababa de traer al Perú el primer Jaguar E- Type y venía con un contrato de 45 mil dólares con Radiotelevisión Española. A lo que le contesté: ‘Mire mi carro que está estacionado en frente de su carcocha’”, rememoró.

Propósito de vida

“La educación debe valorar más a la cultura y el arte, porque se les menosprecia en todos los niveles”, indica José Puga, quien considera que nuestro país no progresa porque no educamos en cultura a los jóvenes, pese a ser el arte el que ayuda a desarrollar y explotar sus inteligencias. “Cuando un niño se sienta y se pone a componer, se pone a pintar o a esculpir, ese niño se vuelve genio por un instante”, comentó.

Desde 1975, José Puga desarrolló en la región la tarea de inculcar el ballet. Su escuela, la Escuela de Ballet de Chiclayo, en la que se ha formado a más de seis mil alumnos, ha realizado diversas presentaciones.  A lo largo de su trayectoria por la escuela han pasado grandes bailarinas como Lourdes Manay, hoy residente en Alemania, y Sonia Porras, que tiene la escuela de marinera más grande de Estados Unidos; entre otras.

Puga Mendoza estudió en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Madrid y fue profesor del Conservatorio Elemental Municipal de Palma de Mallorca.

En 1989 el Concejo Provincial lo declaró como ‘Chiclayano Distinguido’ por la organización del Primer Festival Internacional de Danza. Ha recibido diversos premios y reconocimientos a lo largo de su trayectoria, entre ellos la Diploma de Honor del Congreso de la República y con ocasión del 188° aniversario de la provincia la medalla de la Ciudad de Chiclayo.

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