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TRAS DOS AÑOS Y MEDIO DE EVALUACIÓN: SUNEDU DENIEGA LICENCIAMIENTO A UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1146

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  • La casa de estudios superiores no cumplió con ninguna de las ocho condiciones básicas de calidad.
  • La SUNEDU solo aprobó 11 de 44 indicadores evaluados a la Universidad Alas Peruanas - UAP.

 

Una más. La Universidad Alas Peruanas - UAP, institución que alberga a 17 filiales, una de ellas en Lambayeque, recibió la denegatoria de su licencia institucional por parte de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria – SUNEDU, tras dos años y seis meses de evaluación que incluyó a sus 29 locales. Con ello ya suman cuatro las universidades en el departamento que deberán implementar el cese progresivo de sus actividades en los próximos dos años. A la Alas Peruanas se suman la Universidad de Lambayeque, la Universidad Particular de Chiclayo y la Universidad Privada Juan Mejía Baca.

 

Según la Resolución del Consejo Directivo Nº 172-2019-SUNEDU/CD, del 24 de diciembre, la UAP solo aprobó 11 de los 44 indicadores evaluados, con lo cual no logró cumplir íntegramente ninguna de las ocho condiciones básicas de calidad, pese a haber retirado 119 programas de estudio de su oferta académica y desistir de 72 locales.

 

INICIO DEL PROCESO

El 29 de mayo del 2017 la UAP presentó su solicitud de licencia institucional, a través del RTD Nº 18197-2017-SUNEDU-TD, la cual tuvo respuesta el 2 de agosto de dicho año, mediante una comunicación de la SUNEDU en la que el órgano rector le informó a la casa superior de estudios la existencia de observaciones respecto a la información consignada en 15 de los formatos de licenciamiento presentados.

La UAP solicitó el 16 de agosto de ese año una ampliación al plazo inicial de 10 días para subsanar dichas observaciones. Así, la universidad presentó el 8 de septiembre un expediente de 733 páginas dando cuenta de la información que acreditaba el levantamiento de dichas objeciones.

No obstante, el 21 de febrero del 2018 la SUNEDU notificó a la UAP, a través del Informe de Revisión Documentaria Nº 033-2018, que la documentación presentada había obtenido un resultado desfavorable sobre 36 de los 40 indicadores evaluados, motivo por el cual se le requirió un plan de adecuación en un plazo de 30 días, sobre el cual se le dio un plazo adicional de 15 días.

El 30 de abril del 2018 la UAP presentó su plan de adecuación, al cual le añadió información complementaria el 5 de junio. Poco más de un mes después, solicitó la reprogramación del mismo cronograma de trabajo presentado en su plan, por lo cual en julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre del mismo año la universidad siguió adicionando más información, volviendo a solicitar el 28 del último mes una segunda ampliación.    

El 28 de enero de este año la UAP solicitó una tercera prórroga hasta el 28 de junio, argumentando retrasos en la ejecución de las obras correspondientes a la infraestructura de todos sus locales. Dicha petición le fue concedida el 1 de marzo, mediante la Resolución del Consejo Directivo Nº 023-2019-SUNEDU/CD, en la cual también se aceptó el desistimiento presentado por la universidad sobre 10 programas académicos y 54 locales.

Finalmente, el 28 de junio la UAP presentó la información que evidenciaba el complimiento de su plan de adecuación y de las condiciones básicas de calidad, a la cual se le añadió dos mil 824 páginas entre el 12 y 23 de agosto. En total, el expediente de la UAP consistió en 27 mil 237 folios, en el cual se dio cuenta del desistimiento a seguir brindando el servicio educativo en 72 locales, así como prescindir de 119 programas de estudio.

 

FALENCIAS

Así, mediante la Resolución de Trámite Nº 6, del 7 de octubre de este año, la SUNEDU resolvió realizar una diligencia de actuación probatoria del 14 al 30 de octubre, así como del 5 al 8 de noviembre en los 29 locales que la UAP había declarado.

Según el Informe Técnico de Licenciamiento Nº 062-2019-SUNEDU-02-12, del 13 de diciembre, se constató que la UAP no evidenció contar con documentos de planificación estratégica y operativa que contribuyan a cumplir con sus objetivos institucionales, además de presentar información inconsistente sobre su oferta académica.

Asimismo, se consignó que la universidad no regula de forma precisa la evaluación, calificación y distribución de vacantes para sus procesos de admisión, y que carece de información consistente sobre el número de postulantes e ingresantes de los últimos dos años.

Del mismo modo, en el 93 % de los locales de la UAP todavía se estaban realizando trabajos de adecuación de la infraestructura e implementación del mobiliario, siendo que en el 67 % de estos las obras estaban por debajo del 80 % de avance.

Sumando a ello, las instalaciones no contaban con los estándares mínimos de seguridad, toda vez que el 56 % de los laboratorios y talleres (258 de 458) no estaban operativos en los términos que había indicado la misma universidad.

Además, en el 79 % de sus locales (23 de 29) se generaban residuos sólidos y líquidos peligrosos, empero, en 11 de estos no había un centro de acopio final o provisional, pues si bien la casa superior de estudios presentó contratos de prestación de servicios para la recolección, transporte y disposición final de residuos sólidos, el 77 % de las empresas tercerizadoras no contaban con un registro para este fin emitido por la Dirección General de Salud – DIGESA, o el Ministerio del Ambiente – MINAM.

Respecto a los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos – RAEE, se evidenció que en 23 de los 27 locales donde se generaba este tipo de desechos no había un centro de acopio ni empresas contratadas para su traslado.

De otro lado, no se pudo constatar que la UAP cuente con la disponibilidad de todos los servicios complementarios (sociales, deportivos y culturales), tanto en la sede principal como en las filiales, ni de actividades destinadas a la protección del medio ambiente.

La UAP tampoco pudo garantizar que el agua suministrada en sus locales sea apta para el consumo humano, pues en el local de la filial Andahuaylas se encontró coliformes (especie bacteriana), además de falta de mantenimiento en las cisternas de Ica y San Martín, habiéndose encontrado en esta última heces y animales.

 

INVESTIGACIÓN

Por otro lado, la UAP no pudo acreditar contar con procedimientos claros para evaluar y seleccionar sus proyectos de investigación, así como tampoco tener un órgano con funciones delimitadas para este fin. Sumado a ello, las filiales no disponían de los recursos económicos necesarios para la ejecución de sus actividades en esta materia. Pese a esta realidad, se verificó que la universidad solo ejecuta el 20 % del presupuesto para investigación y las filiales menos del 10 %.

Se verificó también que la universidad destinó un millón 253 mil 165 soles para la implementación de Centros de Investigación, Producción y Transferencia Tecnológica en el 2019, pero solo se ejecutó el 5 %.

Asimismo, tampoco se pudo comprobar la existencia de un órgano responsable de la promoción y el resguardo de los derechos de propiedad intelectual. En tanto, solo el 1 % de los docentes estaban vinculadas a la investigación, siendo que en siete de las 17 filiales no había ninguno ni contaban con horarios disponibles para desarrollar dicho trabajo.

Del mismo modo, no se constató que la UAP garantice la excelencia de sus docentes, pues en nueve filiales se encontró catedráticos con el grado de bachiller. En tanto, no demostró contar con ambientes para docentes plenamente operativos, pues el 95 % de estos estaba aún en proceso de adecuación.

 

ADICIONAL

Sumado a todo ello, se evidenció que la información del portal de transparencia de la UAP no estaba debidamente actualizada y que no había un plan que garantice la promoción de la empleabilidad de sus egresados y graduados, además de tener una bolsa de trabajo con una cantidad limitada de ofertas laborales vigentes, no acorde con la cantidad de alumnos.

En tanto, se observó que entre el período 2014-2018 hubo un incremento del 566 % en las cuentas por cobrar, lo cual denotaba que la UAP mantuvo un nivel de pagos pendientes superior al nivel de recuperación de créditos. Además, la universidad presentó proyecciones que preveían incrementar su utilidad en 1048 % del 2019 al 2023, pero no explicó cómo, toda vez que entre el 2014 y el 2018 mas bien hubo una disminución del 68 %.

De ese modo, la UAP solo cumplió con 11 indicadores de las condiciones básicas de calidad: Documento que regule la obtención de grados y títulos (3), Sistemas que brinden soporte a los proceso de gestión (4), Disponibilidad de energía eléctrica (22), Disponibilidad de líneas telefónicas (23), Internet (24),  25 % de docentes a tiempo completo (39), Servicios psicopedagógicos (45), Servicios de seguridad y vigilancia (48), Material bibliográfico (50), Convenios de prácticas (53) y Alianzas con el sector público/privado (54).

 

+NOTICIAS

  • La UAP cuenta con 65 mil 78 estudiantes y 80 mil 946 graduados. Su oferta se compone de 30 programas en pregrado, 26 maestrías, 12 doctorados y 10 segundas especialidades. Tiene tres mil 173 docentes.
  • La Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo aún sigue en espera del licenciamiento y cuenta hasta la fecha con seis indicadores favorables, ocho en riesgo y 30 desfavorables.

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