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ENRIQUE VALDERRAMA: “El APRA necesita una práctica interna de moralización”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1365

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Enrique Valderrama Peña, exintegrante de la Comisión Política del Partido Aprista Peruano – PAP, visitó Lambayeque y en diálogo con Expresión enfatizó en que los nuevos cuadros de la organización fundada por Víctor Raúl Haya de la Torre deben tomar la conducción institucional y promover un mensaje que responda a las necesidades de la población.

El Partido Aprista Peruano – PAP, recuperó la inscripción y ahora está en un proceso de reactivación de las bases. ¿Qué debe caracterizar este trabajo?

No haber participado en las elecciones del 2021 ni en el 2022 nos pone en una situación un poco fría, pero estamos activando con fuerza de cara a las elecciones del 2026 y definitivamente el relanzamiento del APRA debe caracterizarse por el impulso de la juventud para levantar banderas de cambio social. Creo que eso es fundamental.

¿En qué espectro se ubica en estos momentos el Partido Aprista a nivel político?

Creo que hemos sido siempre la izquierda democrática en el país, pero de una u otra manera hemos dejado que ese mensaje baje su volumen y esto por no saber responder, quizá, algunas de las críticas que se han planteado desde los adversarios políticos.

El APRA tiene que marcar una gran diferencia no sólo de la izquierda marxista, sino también de la derecha en el país. El país necesita reformas, necesita cambios, la derecha no cree en cambios y la izquierda marxista cree que para solucionar una jaqueca hay que decapitar al paciente. El APRA es la expresión más sofisticada y técnicamente preparada para impulsar un verdadero debate sobre lo que se tiene que cambiar.

¿Quiénes representan en el país a esa derecha que a veces se vuelve cavernaria?

La izquierda también se vuelve cavernaria si no recordemos las expresiones de Pedro Castillo en la campaña y las cosas que intentó hacer durante el gobierno o a Nicolás Maduro masacrando a su pueblo en Venezuela. Creo que la derecha y la izquierda tienen expresiones radicales, totalitarias y cavernarias, y sin duda la izquierda democrática, la democracia social, tienen que diferenciarse de todas esas expresiones, y también de la que no le corresponden a su naturaleza.

Hay expresiones de la izquierda marxista y la derecha que no necesariamente son cavernarias, pero que no van en sintonía con lo que nosotros pensamos. Un ejemplo es el costo del crédito financiero, mientras la derecha no propone absolutamente nada, la izquierda radical seguramente hablará de expropiaciones o cosas parecidas. Ante ello el APRA deberá tener un discurso propositivo.

No ha respondido, ¿quiénes representan en el Perú actualmente a esa derecha de la que el Partido Aprista debería marcar distancia?

En este instante puedo mencionar a dos agentes que identifico en la derecha y están haciendo un daño terrible al país, y están, además, sosteniendo al gobierno totalmente ineficiente e incapaz de la señora Dina Boluarte, y hablo de Fuerza Popular y de Alianza Para el Progreso. Esas son dos expresiones claras de una suerte de derecha sin tradición democrática, excesivamente pragmática, por un lado, y de una derecha mercantil, que es como un barco pirata metido en política.

De los tres partidos tradicionales en el Perú sólo el Partido Aprista está realizando un proceso de reactivación de bases, en comparación a lo que sucede con Acción Popular y el Partido Popular Cristiano. ¿Se está aprovechando esa ventaja?

Es una situación interesante. Históricamente el APRA no ha sido muy fuerte en Lima, como sí lo han sido Acción Popular y el PPC, pero en este acercamiento estamos ganando espacios. Sin embargo, lo más interesante se está viendo en el norte del país. Creo que el fujimorismo, que ha tenido acogida en el norte, va a evidenciar el desgaste de estar sosteniendo a Boluarte, y Alianza Para el Progreso también va a retroceder. Estas plazas, desde Tumbes hasta La Libertad están respondiendo al mensaje del APRA.

¿Es posible la recuperación del “sólido norte”?

El APRA empieza una campaña intensa desde ahora por la recuperación del sólido norte con banderas populares.

¿Si cabe una autocrítica, cómo se puede explicar el hecho de que el aprismo perdiera al “sólido norte”?

El régimen fujimorista nos golpeó mucho y tras la caída de la dictadura hubo un apoyo importante a las candidaturas presidenciales del 2001 y 2006. Sin embargo, un fenómeno interesante de analizar es que todos los partidos que gobernaron después de Fujimori quedaron muy débiles, situación que en el APRA no ha sido así, pues el partido sigue existiendo, firme y se prepara para una campaña nacional en el 2026.

De los errores, puedo mencionar dos: la alianza con el PPC y la disputa institucional que hizo bajar el volumen del mensaje en los aspectos sociales. Por eso la corriente de renovación que impulso es que el APRA vuelva a mirar los intereses de la gente, esto con una propuesta en seguridad ciudadana potente, con un planteamiento en generación de empleo y contra el abuso de los oligopolios. El APRA tiene que alentar una agenda social orientada a los dolores de la gente.

¿No le han daño los gamonalismos al partido?

Creo que sí y sobre todo los estilos de campaña. Hemos tenido oportunidades perdidas, gente que llegó a las alcaldías dejando un balance negativo incluso de orden moral y creo, y lo digo abiertamente, que las nuevas generaciones deben tomar el control del partido a nivel nacional, con un discurso de lucha contra la corrupción reforzado por una práctica interna de moralización.

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