Se ha puesto de manifiesto una situación alarmante: la Red de Estudios para el Desarrollo - Redes ha señalado que la carencia de ingresos está impactando negativamente en la calidad de vida de las familias lambayecanas. Este problema ha provocado un incremento preocupante de la pobreza, que ha escalado cerca de 6 puntos entre 2018 y 2023, afectando al 17.9 % de la población. La crisis golpea con mayor fuerza a los distritos con mayores índices de pobreza, como Cañaris, Incahuasi y Salas, donde la escasez de recursos agudiza las condiciones de vida y reduce las posibilidades de desarrollo.
“Las personas en situación de pobreza se encuentran particularmente expuestas a la inseguridad alimentaria debido a que cuentan con menos recursos económicos, lo que limita su acceso adecuado a una alimentación suficiente y equilibrada. Además, su capacidad adquisitiva se ve severamente afectada por las fluctuaciones en los precios de los alimentos –ante factores externos y locales–, lo que provoca que cualquier incremento en el costo de los productos básicos reduzca aún más su poder de compra”, explicó Carlos León, economista de Redes.
Teniendo en cuenta esta problemática, que afecta sobre todo a los hogares más vulnerables, el especialista destacó la importancia del trabajo realizado por el Banco Central de Reserva del Perú - BCR. Este esfuerzo ha sido fundamental para contribuir a mitigar el impacto, logrando que la inflación a nivel nacional vuelva al rango meta establecido, que oscila entre el 1 % y el 3 %.
De cara a los próximos meses, el especialista subrayó la necesidad de promover empleos de calidad y reforzar la economía regional, que sufrió una contracción del 5.7 % en 2023. Señaló que, cuando el empleo resulta insuficiente o es de carácter precario, los ingresos de las personas se reducen, lo que limita su capacidad adquisitiva y aumenta el riesgo de que caigan en condiciones de pobreza.
“Un mayor nivel de empleo formal juega un papel clave fundamental en la reducción de la pobreza y en la mejora del acceso a alimentos. Cuando las personas consiguen empleos estables, formales y bien remunerados, sus ingresos aumentan y pueden cubrir mejor sus necesidades básicas, incluida la alimentación. Un entorno laboral más productivo es una herramienta eficaz para combatir la inseguridad alimentaria y mejorar las condiciones de vida de la población”, remarcó León.
Redes señala que, aunque el ingreso promedio de los hogares lambayecanos en 2023 alcanzó los S/1427, mostrando un leve incremento, León destacó que los precios de los alimentos de la canasta básica han experimentado un alza aún más pronunciada. En efecto, la inflación en la región durante 2023 fue del 6.9 %. Como resultado, las familias se ven imposibilitadas de adquirir la misma cantidad de productos que antes.
Al comparar los precios de octubre de 2023 con el mismo periodo de 2024, se identifican algunas variaciones significativas. Por ejemplo, el camote amarillo aumentó de S/1 a S/1.70, la papa yungay subió de S/2.40 a S/3.30, el arroz incrementó su precio de S/4.40 a S/4.60, y la papa canchan pasó de costar S/2.30 a S/2.60. Es importante recordar que la canasta básica familiar está compuesta por los productos esenciales para un hogar, incluyendo pan, cereales, pescado, lácteos, aceites, frutas y hortalizas.
“La insuficiencia alimentaria impide que las familias proporcionen una nutrición adecuada a los niños, lo que provoca deficiencias como la anemia y la desnutrición crónica. Estas condiciones impactan gravemente en su desarrollo cognitivo, físico y emocional, afectando su capacidad para aprender, concentrarse y rendir académicamente. A largo plazo, este déficit nutricional limita su desarrollo de habilidades, lo que reduce su competitividad en el mercado laboral y disminuye su capacidad productiva”, señaló el economista.
Al respecto, León resaltó que, en Lambayeque, la tasa de desnutrición crónica en menores de 5 años ha experimentado un aumento, pasando del 9.3% en 2018 al 12.5% en 2023. Ante esta situación, destacó, que la lucha contra esta situación debe ser vista como una prioridad nacional, ya que está en juego el futuro de generaciones enteras. “La salud de los niños es la base para un desarrollo social y económico, inclusivo y sostenible”, concluyó.
¿Qué han hecho las autoridades regionales y locales al respecto? ¿Tienen en su agenda atender las necesidades más elementales de la población con mayores carencias? Como bien se indica desde Redes, el problema demanda de una mirada integral y una intervención multisectorial. No hacerlo, condena a miles a la pobreza más extrema.