En los primeros años de la nueva gestión, Pomalca enfrentó múltiples desafíos que amenazaban su estabilidad y crecimiento. La realidad de la industria azucarera estaba marcada por problemas económicos y sociales que requerían de un esfuerzo conjunto para ser superados. Sin embargo, gracias al compromiso de trabajadores, directivos y gerentes, se logró ir consolidando una paz social que se ha convertido en uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de la empresa.
“Al ingresar a Pomalca, el Grupo Oviedo trajo consigo una experiencia rica en aprendizajes. Con un objetivo claro en mente, su deseo fue asumir grandes retos y contribuir al desarrollo de la empresa. Desde el inicio, supo que Pomalca enfrentaba desafíos significativos, y no solo él, sino todo un equipo directivo y administrativo, se unió para abordar estos retos. Juntos, trabajaron para mejorar las condiciones laborales y elevar la productividad, convencidos de que cada paso hacia adelante beneficiaría a todos los involucrados”, comenta Walter Culqui Carrera, gerente general de la empresa.
Resultados tangibles
Con el tiempo, los esfuerzos comenzaron a dar frutos. Pomalca logró realizar inversiones sustanciales que no solo mejoraron la infraestructura de la fábrica, sino que también permitieron el pago de utilidades a los trabajadores y la declaración de dividendos para los accionistas. Este ciclo virtuoso genera una sensación de satisfacción y orgullo entre todos los que forman parte de la organización. Sin embargo, la visión de progreso no se detiene en estos logros iniciales; el compromiso de seguir avanzando y mejorando es constante.
“El contexto en el que hace un año operaba Pomalca no era sencillo. Desastres naturales, como El Niño y el fenómeno climático Yaku afectaron la producción, pero la resiliencia del equipo permitió que la empresa se mantuviera en pie. El compromiso de anticiparse a las adversidades se volvió un mantra. Entre 2023 y este año, se han realizado cambios significativos, incluyendo una parada de más de 40 días para realizar actualizaciones importantes en la fábrica, mejorando la eficiencia y la capacidad de producción sin que los trabajadores dejen de percibir sus remuneraciones”, destaca.
Se ha mencionado que la atención no solo se centró en la fábrica, también se consideraron inversiones en el campo, donde se realizaron obras para optimizar el uso del agua, un recurso fundamental para el cultivo de caña de azúcar. La conexión entre la fábrica y el campo es vital para el éxito de la empresa, y se trabaja en sinergia para asegurar que ambos aspectos se desarrollen de manera armónica.
Otras realidades
Pomalca también se enfocó en mejorar su infraestructura administrativa. Explica el gerente general que se han modernizado los espacios de trabajo, creando un ambiente más agradable y eficiente para el personal administrativo. Este cambio no solo busca la comodidad, sino que también fomenta un entorno donde las decisiones se tomen de manera más efectiva, lo cual es fundamental para el éxito de cualquier organización.
“El hecho de que compañeros de trabajo de otras azucareras como Pucalá y Tumán estuvieran enfrentando despidos y largas jornadas laborales ha sido motivo de preocupación. Las historias de trabajadores que tienen que salir de casa a las 4:00 a. m. y regresar a las 9:00 p. m. son un recordatorio de la importancia de mantener la estabilidad laboral en Pomalca. La fortaleza de la empresa se basa no solo en su producción, sino en la capacidad de proporcionar empleo y bienestar a la comunidad, eso lo tenemos muy claro”, enfatiza.
Razones como la expuesta han hecho que el sentido de pertenencia se vuelva cada vez más fuerte entre los trabajadores de Pomalca. La disciplina se convirtió en un elemento clave que no solo organizaba y evaluaba, sino que también generaba un compromiso profundo.
“El crecimiento de la empresa es notable. En un periodo de siete años, hemos visto un incremento en la producción que llevó a Pomalca a superar las 3600 toneladas en molienda. Se ha establecido metas ambiciosas, como alcanzar las 4000 toneladas diarias de producción en el futuro. El crecimiento no solo se mide en cifras; cada avance representa un paso hacia la consolidación de una empresa más competitiva, capaz de enfrentar los desafíos del mercado”, destaca Walter Culqui.
Cumplimiento y compromiso
Menciona que la paz laboral es esencial y el compromiso con el cumplimiento de las obligaciones laborales, inquebrantable. A pesar de los desafíos económicos y las crisis que enfrentó la empresa a inicios de este siglo, Pomalca continuó cumpliendo con sus acreedores, demostrando una sólida capacidad de gestión y responsabilidad.
“El pago puntual a trabajadores y proveedores, así como el cumplimiento de obligaciones tributarias son prioridades. Con más de 2200 trabajadores y una planilla que supera los S/4 millones mensuales, Pomalca no solo impacta en su entorno inmediato, sino que también contribuye a la economía local de manera significativa. Los trabajadores acceden a oportunidades financieras que antes eran inimaginables, como tarjetas de crédito y préstamos, lo que refleja un cambio positivo en su calidad de vida”, comenta.
Con una mirada hacia el futuro, Pomalca se posiciona para seguir creciendo y desarrollándose. La proyección de un crecimiento continuo está en marcha, con una visión clara de llegar a niveles de producción que la coloquen como un competidor fuerte en la región. Las metas son una invitación a todos los miembros de la organización a trabajar juntos, con fe y determinación.
“El mensaje de unidad y esfuerzo conjunto resuena en cada rincón de la empresa. La historia de Pomalca no solo se trata de azúcar, sino de personas que, con su dedicación y compromiso, están forjando un futuro prometedor. Agradecidos por los logros alcanzados y esperanzados por lo que vendrá, el equipo de Pomalca se preparaba para enfrentar nuevos retos y seguir escribiendo una historia de éxito, siempre mirando hacia adelante”, afirma.
respuesta de LUZ BRAVO el 2019-12-06.
Deseo cotactar hacer investigación cientÃfica
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