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ARMONÃÂA TRANSREALISTA: LA INSPIRACIÓN DE FERNÃÂNDEZ ESPINO

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1086

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El artista lambayecano Jorge Fernández Espino presentó su exposición pictórica titulada ‘Armonía transrealista’ en la Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque, que consiste en una fusión entre lo real y lo surreal, formando así paisajes que apelan a la imaginación y al subconciente.

 

Jorge Fernández menciona que la pintura tiene varias escuelas y una de ellas es la escuela realista, donde se retratan las cosas tal como son. Sin embargo, el transrealismo va más allá, pues fusiona al realismo con una serie de veladuras, generando yuxtaposición de imágenes.

La exposición constó de 15 cuadros al óleo que varían en formato y la temática fue variada. Se apreciaron paisajes urbanos, marinos, campestres y otros.

Jorge Fernández Espino tiene 75 años, es poeta, actor de mimo y pintor que se dedica a la vida cultural desde 1963. Inicialmente se desempeñó como actor y poeta participando en diversos montajes teatrales en la Casa de la Cultura. Posteriormente, participó en el Primer Festival Latinoamericano de Teatro en Manizales, Colombia y en otras partes del mundo.

 

INICIOS

El artista trabajó desde los 12 años como repartidor de diarios. Con el paso del tiempo incursionó en la imprenta, preparando los almanaques y poco a poco se inclinó por el dibujo.

“Yo soy autodidacta. Escribo poesía desde los 18 años y actúo como mimo desde los 23, pero lo he dejado por dedicarme más al trabajo literario y la pintura”, cuenta.

Jorge Fernández Espino empezó a hacer teatro en la Casa de la Cultura en el año 1963. Por entonces ya escribía obras de teatro y poesía. Como pintor y profesor de mimo se desarrolló en el Cusco. Luego, viajó a Francia y perfeccionó su técnica en acuarela. Refiere que se sentaba en plazas públicas o jardines y cogía pétalos de flores para frotarlos en sus cartulinas y llenarlas de color.

Cuenta que en Francia hizo teatro con leyendas peruanas quechuas. De ese modo recorrió Europa por más de 16 años. Ahí montó obras con muñecones y fue profesor de expresión corporal y teatro. Expuso en café teatros, café galerías, restaurantes y más.

“Después de participar en el I Festival Latinoamericano de Teatro en Colombia, recorrí Guayaquil, Quito y varias otras ciudades del Ecuador caminando por las plazas públicas, pintándome la cara para pasar el sombrero y ganarme el viaje”, cuenta.

 

AUSENCIA DE ESCUELA DE BELLAS ARTES

Según el pintor, el arte se ha desplazado un poco, pues ahora priman otros contenidos como los digitales, motivo por el que cada vez más personas pierden la humanidad y la sensibilidad.

“Como chiclayanos debemos insistir en la creación de una Escuela de Bellas Artes, pues solo así creceríamos más, tal como Trujillo, Piura, Cuzco, Lima, Bagua, Chimbote y Arequipa”, dice.

Agrega que Chiclayo es una ciudad comercial y su gente solo se dedica al negocio del día a día. Sin embargo, existen personas, aunque en pequeño número, que realizan talleres de arte y que quieren hacer las cosas, pero no tienen el espacio.

“La DDC promueve este tipo de actividades, al igual que otras instituciones, pero a nivel cultural aún nos falta mucho, sobretodo el dinero que no se destina al desarrollo cultural”, menciona.

Jorge Fernández Espino indica que desde el año 1950 hubo iniciativas para crear una Escuela de Bellas Artes en las que se reunieron peticiones y se enviaron al gobierno de Lima, pero las archivaron.

“En el 2000 teníamos el Movimiento Artístico Trazos que lo dirigía Ramón Montenegro Serquén. Este movimiento hizo exposiciones en los distritos de Chiclayo y con ello reunimos 150 firmas para la fundación de la escuela. Vinieron dos representantes de la Escuela Autónoma de Bellas Artes de Lima y nos ofrecieron ayudarnos, pero debíamos tener local, computadoras, el mobiliario y otros aspectos más”, cuenta.

Informa que el Ministerio de Agricultura les ofreció su espacio, pero eran oficinas muy pequeñas donde no se podía constituir la escuela y todo se vino abajo.

 

VIVIR DEL ARTE

De acuerdo con el artista, sí es posible vivir del arte. Explica que los grandes movimientos se originan en Europa y la cultura de allá llega hasta el Perú porque los estados subvencionan los gastos y se preocupan por ese aspecto.

“En Europa hay fundaciones que apoyan el arte y la gente ha creado sus galerías con líneas de pintura especializadas. Por ejemplo, solo aceptan cuadros surrealistas y otros solo paisajes, pero siempre apoyan y valoran la obra hecha por el pintor”, expone.

Jorge Fernández refiere que el arte nunca está desligado de la naturaleza del ser humano, pues está presente desde la niñez al dibujar un árbol y durante toda la vida, pero con el transcurso del tiempo y por otras obligaciones las personas lo olvidan.  

“En la actualidad formo parte del trabajo cultural con poetas y pintores locales y esperamos que esta corriente se siga promoviendo en Chiclayo porque existen personas dedicadas a esto y aman lo que hacen”, finaliza. 

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