Cada quince días, un grupo de diez madres se reúne para compartir tertulias sobre literatura femenina. Ellas forman parte del club Piedraluna, un espacio de madres lectoras fundado en mayo de este año por Claudia Incháustegui López y Matilde Granados Requejo, que aspira a ser un proyecto cultural donde cada madre tenga un espacio de integración, confianza y seguridad para conectar con los libros.
Claudia Incháustegui explica que el nombre del club surge de un mineral que precisamente se llama Piedra de la luna, cuyas propiedades están asociadas a la fertilidad. “Nos pareció muy bonito y a la vez suena un tanto ambivalente por lo duro que es la maternidad, la mezcla de emociones que puede traer esta etapa”.
Fascinación por los libros
Cuenta que se reúnen cada quince días, intercalando una reunión virtual con una presencial, la cual se realiza en la sede de la Dirección Desconcentrada de Cultura. Durante este tiempo han leído libros de autoras contemporáneas que han usado la maternidad como punto de partida tanto en poesía, cuento y novela.
Resalta a literatas peruanas como Blanca Varela y Gabriela Wiener, y extranjeras como Samantha Schweblin, Jane Lazarre, Elizabeth Gilbert, Nuria Labari, Marina Yuszczuk y otras.
“Somos el primer club de lectura en la región orientado a madres, hay otros clubes de lectura en otras regiones, en Lima, sobre todo, pero nosotros ante la falta de espacios públicos amigables para las mamás en Chiclayo decidimos que era interesante construir algo para nosotras”, señala.
Por su parte, Matilde Granados resalta que en octubre participaron de la I Feria Internacional del Libro de Chiclayo, donde compartieron sus experiencias sobre maternidad y literatura.
“Fue la primera vez en la que varias de nuestras integrantes tuvieron la oportunidad de estar en un espacio así. ‘Piedraluna’ les da la oportunidad de participar en diferentes actividades donde ellas vinculen sus talentos para ampliar su horizonte de trabajo”, precisa.
Proyectos a futuro
Matilde Granados señala que en noviembre concluyeron su ciclo de reuniones y se encuentran organizando nuevos proyectos para el próximo año.
“El próximo año vamos a realizar un taller sobre cómo promover la lectura en los niños de un año, es un taller sensorial. También tenemos proyectado realizar algunos eventos de literatura donde se difunda el tema de la maternidad y así continuar con el club y acoger a nuevas participantes. Queremos también participar de otras ferias para intercambiar con otras comunidades lectoras nuestras experiencias”, indica.
A mediano y largo plazo menciona que la intención es expandir su campo de acción para promover proyectos emprendedores que estén vinculados al campo cultural, a fin de que cada integrante tenga la oportunidad de presentar un proyecto y sacarlo adelante.
Esta posición es compartida por Claudia Incháustegui, quien destaca que entre las miembros del club hay madres que también escriben y tienen destrezas artísticas.
“Nos gustaría que el espacio pueda compartir talleres orientados a mamás, a familias, esto es algo que falta mucho en Chiclayo. Queremos darle la oportunidad a las integrantes de que puedan desarrollar algunos proyectos personales en cualquier expresión artística. Tenemos algunas madres que son escritoras, que hacen manualidades, que tienen distintas destrezas que han desarrollado y sienten que pueden explotar mucho más. Queremos apalancar eso y que a futuro no solamente se sientan más seguras de tener iniciativas independientes, sino que también puedan hacer un aporte directo a la ciudad”, enfatiza.
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