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LA DAMA QUE CHICLAYO ESPERABA: Está vez Chiclayo votó y eligió bien

Escribe: Jorge Chávez Pita (*)
Edición N° 1272

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El 2 de octubre del año 2022, pasará a la historia como el día que “sí se pudo” elegir a una dama luchadora y persistente, quien desde 1 de enero del próximo año ocupará el cargo de alcaldesa del municipio de Chiclayo, para asumir el reto de recomponer una ciudad progresivamente maltratada y destruida por tres de sus antecesores - hoy en día dos de ellos privados de su libertad -, quienes aprovechándose de la autoridad conferida, han puesto a la ciudad al filo del descalabro total en todas sus formas y modos de habitabilidad social.

Ella es Janet Cubas Carranza, nacida en Chiclayo, mujer que lucha por sus ideales, persiste por alcanzar sus propósitos y busca la justicia social con valentía. Ella es la dama que esperábamos, a quien a pesar de que en varios momentos de su quehacer político le dijeron “no”, lo intentó con mucho esfuerzo y persistencia hasta lograr ser elegida - por voto popular - como la primera mujer en ocupar el sillón municipal en los anales de la historia de la hoy alicaída “Capital de la Amistad”.

Los retos que tendrá que asumir

Sin duda, Janet Cubas a partir del día uno del ejercicio de la función para la que ha sido elegida, a la luz de las evidencias, los retos no le son nada favorables, en tanto y en cuanto encontrará una ciudad devastada, sumida en el desorden total y el caos vehicular y, principalmente, sometida a la indefensión ciudadana producto de la inseguridad reinante en sus diferentes ámbitos, por cierto mal controlada y cada vez más acentuada. Sobre ello, encontrará un aparato funcional ejecutivo y administrativo desbordado, mal organizado, incapaz de lograr lo prometido; es decir, tratándose de retos, hay hasta para escoger.

Las metas que tendrá que alcanzar

El discurso y las ofertas electorales en la campaña ya terminada, han sido extremadamente electoreras por parte de la mayoría de candidatos que pugnaron ganar su elección, tal es así que, pudimos escuchar desde conseguir puestos de trabajo para sus votantes hasta cómo convivir en un paraíso de fantasía pura como siempre. Janet Cubas fue más mesurada en este sentido, sabía lo que había que ofrecer y las metas que tenía que alcanzar. De seguro que lo primero que hará es ordenar la casa y optimizar el capital humano, sin duda. Lo segundo sería echar a andar la maquinaria ejecutiva para encarar lo que se hizo mal y corregirlo. Lo tercero es gestar el bienestar social de calidad con los programas sociales recompuestos, como así también optimizar y transparentar la ejecución de la obra pública que genere el bienestar ciudadano en todos sus niveles, y, por qué no, más.

La labor de los munícipes

Según la norma electoral, esta prevé que la elección municipal también incluye el nombramiento de un grupo de fiscalizadores llamados regidores. En el caso de la provincia de Chiclayo contempla la conformación de un concejo municipal presidido  – a partir del 1 de enero de 2023 – por la alcaldesa recién elegida, 9 regidores oficialistas y 6 de algunas agrupaciones políticas participantes producto de nivel de votantes alcanzado en la contienda electoral. Hasta ahí la estructura gubernamental municipal queda plenamente conformada para el inicio de la gestión municipal por el período 2023 – 2026. En ese sentido, la labor de los munícipes plenamente establecidos por la norma electoral para fiscalizar la gestión municipal y procurar el desarrollo efectivo de la misma, será preponderante para alcanzar las metas trazadas por la expectante gestión edil.

¿Qué se espera de esta nueva gestión?

Esperamos que Janet Cubas asuma el liderazgo de su gestión con total apego a la honestidad y el bien común, más aún que, cuando los grandes desafíos se muestren tal cual para superar lo mal hecho y lo que no se hizo, tome las decisiones acertadas conjuntamente con el concejo municipal, declarando en emergencia lo que haya que atenuar con prontitud para paliar en parte el daño causado, dar esperanza y propiciar las salidas coherentes para su posterior y definitiva solución, es decir, requerimos un líder que haga lo que hacen los lideres, aplicar la autoridad conferida con respeto y ecuanimidad, ser eficiente y eficaz para reparar las averías causadas en todos sus niveles por las autoridades que la antecedieron, que nada bueno hicieron por la ciudad. ¡Bienvenida señora y manos a la obra!

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(*) Especialista en Contrataciones del Estado.          

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EL PERÚ: La república que no es lo que cree o pretende ser

Escribe: Luis Estela Sánchez (*)
Edición N° 1272

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En todo el Perú, el domingo 2 de octubre se llevó a cabo el proceso de elección de nuevas autoridades regionales y municipales para el período 2023-2026. Serán 4 años de un nuevo mando político que, entre luces y sombras, sigue empantanado en medio de un virus social sin vencer aún. Esta fiesta electoral nos ha recordado la tarea de re-pensar nuestra condición de ciudadanos, en medio de una coyuntura política aún caprichosa. Desde antes de los años 80 y de los 90, y junto a nuestra historia colonial, incluida la pre-emancipación, el contexto de nuestra sociedad peruana ha estado manchada siempre por los signos de la corrupción moral, el caos político y el deterioro civil, la cual nos exige, primero, no caer en el pesimismo, sino, situarnos todos en la urgente tarea de asumir nuestra responsabilidad moral como ciudadanos. El Perú republicano que se celebra no es aún maduro, pues a su adultez aún no se arriba. En su bicentenario, esa república naciente sigue -creo yo- aún en pañales, pues aún no es lo que cree o pretende ser. Urge, re-pensemos la identidad del Perú.

¿Qué pasa con la política en el Perú?

Este proceso de los 200 años de nuestra independencia nos debería proyectar, de manera impostergable, hacia el fondo de la cuestión, hacia el centro del problema político de nuestro tiempo, pues no cabe duda que enfrentamos un evidente deterioro del progreso moral en nuestro país, que nos tiene a todos escépticos y perplejos. Ante ello, surge una pregunta subyacente que sería probablemente antropológica: ¿qué está pasando con la política peruana?, ¿qué motivación mayor la moviliza?, ¿por qué no se percibe de la política el querer vivir bien como imperativo categórico de la voluntad popular? ¿No es acaso el ser humano fuente de bellas motivaciones solidarias, morales y políticas?, ¿qué pasa entonces con la política peruana?

Es una cuestión o una pregunta aún muy poco explorada pero que sí debería explorarse. Su respuesta de seguro no es nada fácil porque ante la situación hermenéutica que toca vivir no se nos devela fácilmente, sino que se oscurece, nos desconcierta, y nos indigna. De largo se denota que la respuesta a dicha cuestión pervive no sólo ahora, en estos tiempos, sino desde el nacimiento de la república, desde aquel 28 de julio de 1821 (realmente entre 1821-24). El proceso post independentista no se ha consolidado aún, porque aún no se ha conseguido la libertad anhelada.

Estamos aún lejos de la emancipación de una sociedad civil razonable cuya moralidad cívica sienta a la comunidad como aquel espacio común donde ciudadanos y ciudadanas promueven la no instalación de la corrupción, forjan la virtud del bien común, sin distinción de razas, sin privilegios de ciertos sectores más acomodaticios que, como en su momento M.G.Prada lo denuncia con firmeza en su Politeama, no ven que, nuestra forma de gobierno no se reduce a una gran mentira, porque no merecería llamarse república democrática aquel estado en que dos o tres millones de individuos viven fuera de la ley, pues sería un remedo de república, con violación de todo derecho.

Sabemos todos que, el s.XIX hereda la disputa entre conservadores y liberales, que, en medio de la victoria del liberalismo, se eliminaba la monarquía (centralismo del poder) y propugnaba la construcción de una república soberana (libertad de voluntades). Una república que puso sobre el tapete la discusión de la afirmación de la libertad civil. Una rebeldía ciudadana que despertó al Perú colonial hacia la independencia, pero que no ha traído aún la libertad en términos de ciudadanía, donde aún no se ven rasgos firmes del verdadero ejercicio democrático republicano, como, por ejemplo, construir un "orden" ante el permanente caos político peruano que pervive aún incluso hasta nuestros días. Hoy seguimos sin encontrar la legitimidad política anhelada, sin un sólido estado representativo (no sólo legal), con una eterna democracia pobre sin remedio para los más pobres y más excluidos. Seguimos creyendo en aquellas promesas electorales que dicen que la consolidarán. O con la esperanza resentida de si se cumplirá o no. Votamos bajo la angustia de no saber si será posible tanta belleza. Recordemos que son 04 los presidentes que juramentaron en menos de 05 años y son 03 los que fueron vacados por un congreso que usurpaba ilegítimamente el poder de la decisión popular: ¿volverá a resucitar la misma historia de siempre?

La herencia de la esperanza política

Este modo típico de caos político, sumerge al Perú obviamente en el atraso económico: ¡he ahí por qué cala hondo ciertas promesas populistas de ciertos atrevidos candidatos improvisados que prometen un super estado, o un super municipio, o una super región: gran progreso industrial más desarrollo social, prometen! En el Perú aún, se sigue advirtiendo la no abolición de la servidumbre indígena, sin “indiófilos”, sino, por qué razón sucedió lamentablemente lo del baguazo, sino por qué aún no se consolida ese “carácter nacional” que se percibe tan líquido para nada un imaginario sólido, expresión típica de M.G.Prada en Politeama. Este s.XXI, ni tan cerca ni tan lejos al s.XIX, sigue sin la firme unificación de poderes, sin respeto de los derechos de la voluntad popular, y sin haber consolidado ese desarrollo social prometido, pues, continua siendo producto de la simulada pervivencia de un antiguo régimen: centralista o de monarquía paternalista, de privilegios, de “mis amigos partidarios” y con una seguidilla de, ya no de guerras internas como las post-independencia de la 2da mitad S.XIX, sino de rebeldías internas como paros, plantones, huelgas, y pro-marchas que personifican la inconformidad ante las decisiones de los padres (y las madres) de la patria que traen a menos, con sus decisiones políticas, el orden civil de la sociedad peruana en general.

¿Qué esperamos celebrar entonces en este próximo bicentenario? En el Perú actual, a partir de dicho deterioro político, el cual se gesta desde hace décadas atrás, brota una urgencia o una esperanza per se: re-pensar nuestro concepto de ciudadanía. Una tarea impostergable ante una república bloqueada, débil e incompleta; ante la legitimación de una actitud paternalista permisiva inmersa en la política peruana; ante la licitud de una corrupción generalizada: si hace obra, no importa que robe; ante las restricciones al derecho del bien común, donde pocos se benefician y prima la servidumbre de muchos; ante la pasiva disposición solidaria de un gran sector de actores políticos y también de la sociedad civil; ante la connivencia junto al deterioro moral del espacio público peruano, que legitima la agresión política, la invasión del espacio privado y la pos-verdad de los medios de comunicación como los fake-news de las redes sociales; ante la gestación premeditada de redes de corrupción política que con perverso cálculo buscan gobernar para tomarlo por asalto o una región o un municipio. Todo éste asunto, amigos lectores, es tarea que nos exige atrevernos a re-pensar nuestra república democrática. Pensar para contemplarla desde de nuestra condición de ciudadanos, vale decir, desde el quehacer de nuestra responsabilidad moral. Implica virtud cívica, implica amor civil al Perú si queremos vivir libres y solidarios por siempre; tarea que ojalá nos permita sostener con pundonor la bandera bicolor anunciando el esfuerzo de ser libres por siempre para vivir tranquilos y renovemos juntos el gran juramento que rendimos a diario al Dios de Jacob.

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(*) Ingeniero y filósofo.

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DÍA DE LA MARINERA: ¡Cómo se baila por acá!

Escribe: Eloy Seclén Neyra (*)
Edición N° 1272

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Hoy no ampliaremos el debate sobre verdaderos orígenes o por cómo ha sido y cómo debe seguir siendo. Hoy solo vamos a recordar el día que le dedicaron desde la sencilla alegría de bailarla, de escribirla, de entonarla: el sentimiento unificador que sostiene que el amor es bailar.

Quisiéramos hablar, por ejemplo, de los hermanos Áscuez, Augusto y Elías, quienes antes de ser los primeros en grabar marineras contestadas, se ganaban la vida como albañiles. La única formación musical posible era la que brindaba la vida misma. Decía Alicia Maguiña: “Lo recuerdo serio, reposado, prudente, educado, oportuno y certero en las improvisaciones”.

En el barrio de Malambo, Abajo el Puente, que hoy es la calle Francisco Pizarro, corazón del distrito limeño del Rímac, nació Augusto Áscuez Villanueva el 7 de octubre de 1892. Le llamaban el Señor de la jarana. ¡Cómo no iba a serlo! La armaban con Alejandro Sáez León en la guitarra y, posteriormente, con los hermanos Elías y Luciano Huambachano. Eran tiempos de contrapuntos virtuosos, competencias que generaban marineras contestadas.

En homenaje al ‘Señor de la jarana’ es que cada 7 de octubre se celebra el Día de la Marinera en todo el Perú.

Nombres para no olvidar

Recordamos, entonces, a los hombres y mujeres que forjaron la tradición musical que hoy nos enorgullece. Bartola Sánchez Dávila, Rosita Alarco Larrabure, Manuel Covarrubias, Samuel Márquez, Valentina Barrionuevo de Arteaga, Manuel Quintana, más conocido como el Canario negro. Nombres que descubrí en inolvidable charla con Alicia Maguiña, peruana mayor. Nombres que siguen escribiéndose en toda dirección. Luis Abelardo Takahashi Núñez, Emilio Santisteban Niño, Germán García Esquives, Víctor Mendoza Escurra, para no olvidar la presencia lambayecana en esta gran historia.

También está Rosa Mercedes Ayarza y el Tunante Abelardo Gamarra, quien bautizó al marinera como tal.

Respetar la tradición implica siempre estudiarla. Y el que estudia no repite de paporreta, sino procura un entendimiento crítico que es el sustento de la creación.

Crean marinera quienes, semana a semana, persisten en el largo camino de cultivarla como el baile nacional que es. Verlos en el escenario nos recuerda que no existe una, sino muchas marineras. Juventud perseverante que es parte de lo que conocemos como cultura viva.

Que este día sea el orgullo de quienes persisten en investigar. El conocimiento sobre música popular no debe ser una competencia para atribuirse el monopolio del origen o la rígida reafirmación de pautas estáticas. Cada vez que bailamos, ejecutamos los pasos que vimos a nuestros padres y abuelos. Bailamos siempre siguiendo a otros, lo cual podría ser el camino de la ancestralidad. Investigar es leer mucho, pero sobre todo observar, mirar con el corazón.

Valorar lo cholo

Investigar es siempre cuestionar, ampliar la mirada. Alicia Maguiña decía al respecto:

“Desde hace ya unos años vengo observando con preocupación que, habiendo un amplio y buenísimo repertorio de marineras norteñas bien hechas, en el Festival de la Marinera de Trujillo estas se reemplazan por una especia de jotas aragonesas, para las que se utilizan melodías que tienen dueño. Están quitándole lo cholo a la marinera de Moche. No entiendo la renuncia a la belleza”.

Sócrates decía que entender una pregunta es tener ya media respuesta. ¿En qué momento la marinera se legitimó solo como una coreografía imposible de repetir en la cotidianeidad? ¿Será que esa pomposidad mediática en lugar de fomentarla ha reducido su práctica? ¿En qué consiste lo cholo en la marinera?

Es el día también de quienes buscan estas y otras respuestas. Aquellos que convocan escuelas, familias y público alrededor de los concursos populares. Que su esfuerzo por ganar y competir sea siempre la fuerza de su convicción. Este es un baile hermoso. Y quien lo inculca a los niños y niñas siembra las raíces de la identidad. Enseñar es aprender dos veces. Bailamos lo que somos, mostramos lo que somos. Cuando lo hacemos, abrimos posibilidad de alternativas de desarrollo desde el turismo, la cultura y la ciudadanía. Marinera también es trabajo y comunidad.

Que sea el día, asimismo, de quienes cantan marinera y por supuesto de quienes la ejecutan. Guitarra y cajón, por supuesto, pero sobre todo banjo, arpa, checo, la voz y las palmas: la variedad de sonidos es infinita. Que cada persona dedicada a la música recuerde que ejerce por añadidura la investigación. Así crecen los repertorios. La marinera tiene muchas letras para ofrecernos, muchas coplas populares para recitar entre primera y segunda. Ellas no pueden perderse en el tiempo porque representan por sí mismas un arte. Conocer este recorrido debe ser la formación de quienes escriban letras nuevas, melodías que anhelamos ver crecer desde la raíz. Esa misma que sacaba tierra del suelo cuándo demostrábamos, cholos, cómo se baila por acá.

A la marinera le dedicaron un día de octubre para su conmemoración. El mes de la fe, el mes del heroísmo de Grau y de la dignidad nacional. Quizá todos esos valores la reflejen. Bailar es mucho más que moverse al compás del ritmo, es una posibilidad real de expresar quiénes somos. Somos sonidos, formas, colores. En el recorrido que somos hemos descubierto que el amor es bailar. Somos marinera.

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(*) Sociólogo y docente universitario.

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¿DÓNDE ESTÁN LOS LÍDERES? Urgencia del liderazgo ético

Escribe: Francisco F. Reluz Barturén (*)
Edición N° 1272

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En función de los resultados de las recientes elecciones regionales y municipales, se ha demostrado que a quienes están en ejercicio del poder, ya sea en el Ejecutivo o el Legislativo, como fuerzas políticas significativas de mayoría,hace un año y medio no más, ahora la ciudadanía los ha eliminado del mapa electoral; es decir, se encuentran sin el respaldo que creían o decían tener. Tal situación merece una especial reflexión sobre el ejercicio del liderazgo político, y las cualidades que deben tener los que pretenden concienzudamente ejercerlo.

Hay quienes creen que el liderazgo es del audaz sin escrúpulos, prueba de ello son los mal llamados y autodenominados “líderes” de los partidos políticos que vienen ejerciendo el poder en el Perú, sin más mérito que sus actos de corrupción, componendas delincuenciales e ineficaz gobierno, que destrozan instituciones y desestabilizan al país, mientras la delincuencia campea. Fue muy penoso escuchar mediáticamente al premier de turno “crear una líder”, como quien saca un conejo del sombrero de un mago, a una persona que tiene justificados indicios delictivos, o promover a quien se despacha en lengua suelta ensalzar lo que a todas luces es improperio y delito.

Características fundamentales

Pero, ¿quién es el líder?, ¿qué cualidades debe tener? Decía el célebre Aristóteles que no puede comandar bien alguien que nunca aprendió a obedecer, lo que de manera actual diríamos: no puede liderar un país quien violenta las propias leyes que lo rigen, o peor aún, quienes contravienen las elementales normas de convivencia ciudadana. Podemos afirmar que, ante todo, el líder es una persona capaz y competente para guiar hacia la realización de metas comunes que permitan desarrollarse íntegramente, por lo tanto, el líder no es conflictivo ni confrontacional, ni mucho menos incompetente, es constructivo.

En relación a ello, cabe mencionar que un líder político debe aprender a ver oportunidades en cada dificultad que encuentre, por ello debe tener visión de país que le permita, al mismo tiempo, el poder de anticiparse y generar proyectos viables de beneficio común sin empañarlos con la corrupción.

El buen líder ha de ser una persona con conocimientos diversos, empático, moderado en el hablar y en el decir, pero ante todo una persona con ética. Es lamentable que quienes ejercen liderazgo tras el poder de turno empleen ‘El arte de la guerra’ de Sun Tzu en perversa estrategia del engaño que oculta ilícitos, en vez de establecerlo como criterio orientador de pautas que faciliten la adecuada organización de nuestras instituciones políticas.

Hay especialistas que ven los resultados electorales de esta última gesta democrática con mayor pesimismo, manifestando su preocupación por la falta de liderazgos sólidos. Yo los veo como oportunidad, como conciencia ciudadana de un: ¡Basta, hasta acá no más con las malas prácticas de políticas delincuenciales!

Nuevos cuadros

Es tiempo oportuno, estimados lectores, no de buscar pseudolíderes mesiánicos que “salven” al Perú, sino de dar oportunidad a nuevos cuadros ciudadanos que en la cancha; es decir, que en su vida personal y en el ejercicio profesional demuestren ser competentes. Es nuestro momento ciudadano para formarnos y comprometernos con nuestra vida política, recordemos en este aspecto a Platón, quien sentenció: “Si el buen ciudadano se niega a participar en la vida política tiene por sanción que sea gobernado por los peores hombres”.

Eligiendo mayoritariamente a movimientos regionales, el peruano de la ciudad y el campo costeño, de la sierra y la selva, del norte, centro y sur, habló con su voto que no quiere liderazgos malsanos, que se encuentra en búsqueda de un liderazgo transformador, cercano sin hipocresías victimizantes, ético y no corrupto, que una y no divida, que gobierne más allá de ideologías, atendiendo a las reales necesidades ciudadanas de todos: estabilidad política y económica, trabajo, seguridad, vivienda digna, educación y salud de calidad.

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(*) Filósofo e Investigador CONCYTEC, docente de la Universidad Señor de Sipán.

   

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LOS GRANDES PERDEDORES DE LAS ELECCIONES REGIONALES Y MUNICIPALES: Movimientos regionales han desplazado del mapa político a partidos nacionales

Escribe: Juan Vejarano Vergara (*)
Edición N° 1272

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Los recientes comicios 2022 han cambiado el mapa electoral del país, donde las agrupaciones regionales y locales han ganado espacio al triunfar en la mayor cantidad de gobiernos regionales y municipales. Es evidente que varios partidos nacionales han sufrido un fuerte desgaste producto de errores graves incurridos cuando les ha tocado ejercer el poder en los gobiernos subnacionales. Los grandes perdedores de esta jornada democrática han sido el derechista Fuerza Popular y el partido de gobierno Perú Libre. El primero presentó candidatos en 19 regiones y no ganó en ninguna, mientras que el segundo lanzó candidatos en 15 regiones y solo logró dos victorias pírricas. Esta ha sido la respuesta contundente del electorado a dos agrupaciones que lucharon encarnizadamente en la segunda vuelta por la Presidencia de la República, y llevaron al país a una ola de violencia y de inestabilidad política y económica.

Tras los resultados de las elecciones regionales y municipales 2022 el mapa electoral cambió radicalmente a nivel nacional. Los partidos nacionales -tradicionales y no tradicionales- han recibido una bofetada de su propia medicina en las urnas, han perdido protagonismo y presencia en la mayoría de jurisdicciones electorales, debido, entre otras razones, a la crisis de institucionalidad que enfrentan hace bastante tiempo, la ausencia de liderazgos sostenidos y una evidente pérdida de credibilidad y confianza ante la ciudadanía. La clase política que nos representa no está a la altura de las circunstancias, con organizaciones sumidas en problemas de orden ético, moral e ideológico, cuyos líderes han perdido la confianza de la población por estar inmersos en actos de deshonestidad (son investigados por el sistema de justicia por casos de corrupción), y por ambiciones desmedidas por ganar cuotas de poder. Tal es la ausencia de liderazgos fuertes y cohesionados en el país, que una reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruanos reveló que el 50% de entrevistados no se siente representado por ninguno de los actuales jefes de los partidos y un 18% prefirió no opinar. Esto demuestra la resistencia y el rechazo mayoritario del ciudadano de a pie hacia estos líderes, que no muestran empatía con las justas demandas nacionales y solo defienden intereses particulares o de grupos económicos.

Desgaste político

Así tenemos que el partido Alianza Para el Progreso (APP), uno de los más organizados y estructurados en la actualidad, ha perdido piso político en diversos distritos y provincias del país, así como en gobierno regionales. Lo que evidencia que la agrupación liderada por César Acuña ha sufrido un fuerte desgaste producto de una serie de errores graves incurridos cuando han ejercido el poder a través de gestiones municipales o regionales, con alcaldes sentenciados por el Poder Judicial que hoy están prófugos, con una bancada congresal que actúa de acuerdo a cómo se mueven los hilos de la política para salvaguardar los intereses de su partido. Y con un Acuña que suele entrar y salir de los escándalos con suma facilidad (el más reciente se produjo en plena campaña electoral, cuando se filtró la conversación entre el fundador de APP y la entonces presidenta del Congreso, Lady Camones, pidiéndole la aprobación de un proyecto de ley que beneficiaría su candidatura al Gobierno Regional de La Libertad). Todos estos hechos le han pasado factura a APP en el plebiscito del 02 de octubre último, habiendo perdido hegemonía en muchos territorios del país (una de las más fuertes: la alcaldía de Trujillo). Sin embargo, ha logrado mantener su cuota de poder al regresar al GR de La Libertad, y luchará en segunda vuelta los gobiernos de Lambayeque y Cajamarca. Si bien el norte catapultó a APP y Acuña en los últimos 15 años, este idilio ha decaído por yerros propios de la misma organización.

Con las manos vacías

Otras agrupaciones nacionales que también han sufrido una derrota contundente en las ánforas son Acción Popular, que solo ha logrado rescatar algunas alcaldías distritales, al igual que Podemos y el Frente de la Esperanza. Mientras que Somos Perú ha asegurado las regiones de Loreto y San Martín, y definirá en segunda vuelta la gobernación de Lambayeque con APP; además de haber ganado la codiciada alcaldía de Trujillo. La victoria más contundente del izquierdista Juntos por el Perú ha sido la alcaldía provincial de Chiclayo; en tanto que el ultraderechista Renovación Popular ha tenido su mayor logro al ganar la alcaldía de Lima, y el derechista Avanza País ganó el Gobierno Regional de Madre de Dios y ha arrebatado algunas alcaldías limeñas y otras del interior del país. Pero los grandes perdedores de esta jornada democrática han sido el también derechista Fuerza Popular y el partido de gobierno Perú Libre. Los resultados para el partido fundado por Keiko Fujimori han sido devastadores, pues presentó candidatos en 19 regiones y no ganó en ninguna. Ello si tenemos en consideración que en los tres últimos procesos presidenciales pasó a segunda vuelta, y el no haber logrado un solo triunfo el 02 de octubre es un golpe terrible para su ego y su organización. Perú Libre tampoco lo ha pasado bien. El partido que llevó a Pedro Castillo a la Presidencia lanzó candidatos en 15 regiones y solo logró dos victorias pírricas: uno en la provincia de Bolívar en La Libertad, y el otro en el distrito de Pomalca en Chiclayo. Esta ha sido la respuesta contundente del electorado a dos agrupaciones que lucharon encarnizadamente en la segunda vuelta por la Presidencia de la República, y que llevaron al país a una ola de violencia e inestabilidad política y económica que hasta hoy se percibe.

Hartazgo e indignación

En tanto los movimientos regionales independientes han ganado mayor espacio en este proceso, desplazando a partidos consolidados con mayor logística, infraestructura y recursos económicos. Hasta el momento los movimientos independientes han ganado en 22 regiones y los partidos nacionales en 3, a diferencia de las elecciones del 2018, donde los grupos independientes obtuvieron 14 gobiernos regionales y los partidos nacionales, 11. Es evidente que la ciudadanía tiene hartazgo e indignación por la forma cómo se conducen los partidos nacionales, cuyos dirigentes se aprovechan de la buena fe de las personas para llegar al poder. Lamentablemente estas agrupaciones tienen una imagen ligada a los grandes hechos de corrupción en el país, con expresidentes de la República investigados por la justicia por estar involucrados en redes mafiosas que han desfalcado los recursos públicos mediante actos ilícitos. Una podredumbre espantosa en cuanto a decencia e integridad, que es responsabilidad directa de nuestra decrépita clase política, que solo ha accedido al poder para usufructuar el dinero de todos los peruanos y no ha sido capaz de abordar con inteligencia todas estas debilidades acumuladas a lo largo de los años, para encontrar fórmulas que les permita salir de este atolladero. Esta ha sido la respuesta a una clase política que no ha aprendido de los errores del pasado y persiste en la vieja práctica del borrón y cuenta nueva, y no toma en consideración la voz de la militancia.

A tener en cuenta

Debemos precisar que elegir a un gobernador o un alcalde de un movimiento local o regional, no necesariamente es garantía de transparencia, eficiencia y honestidad. Según el Ministerio Público, de los 25 gobernadores regionales elegidos en 2018, a la fecha, 21 afrontan investigaciones por presuntos delitos de corrupción, de acuerdo con información difundida por el Centro Liber. (La República, 03/10/2022). A diferencia de las elecciones presidenciales, los recientes comicios se caracterizan por ser más vecinales, por ello es común ver el nacimiento de movimientos locales y regionales solo para ese proceso, lo cual al final puede ser peligroso porque no contribuye a vigorizar el sistema de partidos, ya que si los candidatos no son elegidos estos grupos generalmente tienden a su disolución, y si el movimiento logra su propósito, perdura solo el tiempo que dura el mandato de la autoridad y luego desaparece, sobre todo ahora que no hay reelección de alcaldes y gobernadores. Estos movimientos no tienen una militancia ideologizada y solo hay simpatizantes entusiasmados, pero que no garantizan permanencia en el tiempo. Si a los partidos nacionales les cuesta mucho hacer escuela política o formar a nuevas generaciones, imagínense las dificultades que sortean los movimientos regionales para preparar a nuevos cuadros. En 2018, la Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Corrupción, publicó el informe temático “La corrupción en los gobiernos regionales y locales”, que identificó 4.225 casos de corrupción ocurridos en los gobiernos regionales y municipales a nivel nacional, por autoridades electas entre el 2002 y 2014. De este total, 222 casos tenían sentencias consentidas o ejecutoriadas, mientras que 4.003 casos se mantenían en investigación (Ojo Público).

Reitero, el mapa electoral tras los comicios regionales y municipales ha cambiado, y se mantendrá así hasta las elecciones presidenciales del 2026. Los grupos nacionales tienen el tiempo suficiente para trabajar desde ya en la organización y estructuración partidaria, la reactivación de bases, la promoción de nuevos líderes políticos y mantener contacto fluido con su militancia, todo ello en aras de lograr su fortalecimiento institucional. La clase política que nos representa hoy en el Congreso es la mejor expresión del deterioro ético y moral de la partidocracia, las bancadas viven de espaldas a la realidad nacional y sus miembros son digitados para actuar de acuerdo a la conveniencia de cada grupo político, para proteger los intereses de sus caudillos o de grupos económicos. Hay que tener en cuenta que los partidos son esenciales para la vida en democracia, ambos coexisten y son necesarios para garantizar derechos fundamentales como el acceso a la justicia, la libertad de expresión y el equilibrio de poderes.

(*) Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Primer Vicedecano del Colegio de Periodistas de La Libertad.

 

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POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA: Una mujer es elegida para gobernar Chiclayo

Escribe: Yefferson LLonto Caicedo (*)
Edición N° 1272

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Chiclayo, la capital de Lambayeque, sigue siendo la principal economía del departamento, con un claro desempeño comercial y una concentración alta de servicios como salud y educación; de ahí que alberga el 80 % (46,590 micro, pequeñas y medianas empresas) del tejido empresarial formal, concentrándose el 92 % en el sector servicios, seguido el 6,2 % del sector manufactura y el 1,5 % del sector primario, adicional a un 70 % de emprendedores informales.

Junto a ello la evolución tanto urbana como demográfica de la ciudad de Chiclayo ha sido tan apresurada, que en 10 años prácticamente fue duplicada su población y su ocupación física. Mostrando la ausencia de políticas del control urbano y la especulación generada por parte de las urbanizaciones y traficantes de terrenos, que conllevó a grandes impactos económicos y sociales de la población con el periódico fenómeno El Niño Costero y así también con la crisis sanitaria de la COVID-19, cuya vulnerabilidad mostrada con las brecha de acceso al servicio de agua del 7.3 %, de acceso al saneamiento del 17,8 %, enfrentando tasas de desnutrición crónica del 10.8 %, de anemia del 35.7 % y tasa de pobreza y pobreza extrema del 11,8 % y 0,7 %.

Desde la perspectiva territorial diferentes zonas del territorio de Chiclayo han ido creciendo en función a las actividades económicas que se desarrollen, pero el fenómeno de migración y la falta de la ejecución real, capaz y consuetudinario de los instrumentos de planificación territorial, han hecho que crezca como un territorio roto, en su aspecto físico y morfológico; sin los servicios básicos y el equipamiento respectivo, caracterizándose solo por el incremento del área urbana en detrimento de las tierras de cultivo y procesos informales en la periferia urbana.

Pero la preocupante tendencia de densificar sectores ya ocupados, que generara sobrecarga a los puntos céntricos de la ciudad, no solo ha desordenado el uso del suelo, sino han complicado la circulación vehicular y el impacto cada vez negativo en el medio ambiente, por la espontánea aglomeración demográfica y un proceso de urbanización acumulado en actividades económica-productivas.

Situación municipal

La Municipalidad Provincia de Chiclayo ha ejecutado el 51.4 % del total de presupuesto público asignado de 583,252,876 millones de soles; mientras en la ejecución presupuestal en inversión pública registró un avance del 34.9 % de un presupuesto público asignado de 312,771,196 millones de soles; de ahí que Janet Cubas Carranza, ganadora de la elección del último domingo, requerirá de un equipo técnico idóneo y con capacidad de gasto , que convenza en su primer año de gestión en el año 2023 hacia las prioridades de infraestructura, alineado a su planificación territorial-urbana, siendo urgente la actualización del Plan de Desarrollo de la Metrópoli de Chiclayo, que lleva consigo un modelo de gobernanza y una visión de largo plazo para el óptimo desarrollo de su territorio.

Pero además, con el quiebre presupuestal de la comuna chiclayana por el gran bolsón de deudas que arrastra de gestiones anteriores; así como la deuda social con los trabajadores, tendrá que orientar esfuerzos a la cooperación internacional, asociaciones público-privadas y obras por impuestos, que le permita convencer al empresariado nacional e internacional de apostar por la futura metrópoli de Chiclayo, que requiere urgente el cambio en gestión ambiental y tratamiento de residuos sólidos, así como el sistema integral de los servicios básicos de agua y desagüe.

El deficiente pilar institucionalidad en Chiclayo en sus últimas tres gestiones ha develado que se requiere de una reforma desde dentro del Palacio Municipal, que conlleve a un proceso de enfoque de gestión por procesos y la instauración de Servir, que parte por actualizar y ordenar sus documentos de gestión con soporte tecnológico, que le permita anclar una reforma de modernización de la gestión pública dentro de la institución, si desea una acelerada ejecución del gasto público a través de la integralidad de la administración financiera del sector público (AF-SP).

Transparencia y apertura

La rendición de cuentas se convierte en el arma clave para con los ciudadanos chiclayanos y el tejido empresarial, que es el principal ente de tributación de la comuna. De ahí que, para lograr un desarrollo económico equitativo, sostenible y de visión de largo plazo se necesita instituciones transparentes, honestas, eficientes y eficaces, e involucrar a los agentes económicos en donde los conceptos de gobierno abierto y accountability (rendición de cuentas) se conceptualiza de manera ambiciosa en la gestión pública moderna, que busca el eslabonamiento en la relación de los gobernantes, administración pública y sociedad, que genera transparencia, colaboración y una cultura de gobernanza basada en principios éticos que busca ser un modelo de referencia para instituciones frágiles como en el caso de Chiclayo.

En dicho contexto su modelo de gobernanza debería apuntar a transformar la relación gobierno-ciudadano, que implica los ciudadanos seamos participes en la toma de decisiones de los gobernantes en su accionar con ideas innovadoras en las políticas públicas, los servicios públicos y los diversos procesos gubernamentales, donde el ciudadano es el eje de la reforma del gobierno abierto, conllevando al cambio del paradigma tradicional, aceptando aciertos y errores para su retroalimentación.

Tres ejes

En el Plan de Gobierno de Juntos para el Perú para la postulación a la alcaldía 2023-2026 plantea tres ejes de gestión, con la ruta de recuperar la confianza del vecino.

Para ello propone un equipo humano muy calificado basado en valores y usando herramientas de gestión de transparencia; develar y difundir la manifestación del alma chiclayana, esto para recuperar la identidad social y dinamizar el turismo y comercio como ejes estratégicos de la reactivación económica de la provincia de Chiclayo y mejorar los servicios públicos y equipamiento urbano para reducir las brechas del sistema equipamental que requiere la provincia.

Para el deseo del cambio, que conlleve a la provincia de Chiclayo a una verdadera metrópoli, sin olvidar sus 38 distritos y alcanzar la visión al 2026: “Merecemos vivir mejor”, es necesario que en la gestión pública se ingrese a una ruta de nueva organización del sector público, que parte del gobierno abierto con ciudadanos que innovan y concretan oportunidades para fortalecer la democracia, caminando de una institucionalidad burocrática, frágil y volátil hacia una cultura de gobernanza, donde no solo la toma de decisiones, la aplicación de la legislación y de los sistemas de rendición sea una cuestión técnica, sino donde los cambios culturales con ciudadanos empoderados y una sociedad civil organizada generen cambios en los valores, creencias, normas de conducta y expectativas individuales e institucionales, que se materializan en nuevas políticas, servicios y bienes públicos, entre otros.

De esta forma, la gestión de la alcaldesa respaldada por más de 88 mil votantes podrá resolver los puntos críticos de la ciudad tales como infraestructura de saneamiento básico, la gestión de residuos sólidos, la seguridad ciudadana, la salud y en paralelo ir gestando la generación y/o actualización de proyectos de inversión pública innovadores y creativos, incluyendo los factores de riesgo como el de la actual pandemia, así como los documentos de gestión necesarios que permita reactivar la economía local y de la provincia de Chiclayo, pues desde ya antes los ojos del Perú y el mundo estamos categorizados como una de las provincias que no cuenta con una gestión eficiente y eficaz y lograr un clima de inversiones que permita atraer inversión a Chiclayo; así como un impacto positivo en términos de empleo y desarrollo económico local.

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(*)Magíster de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, economista de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo y especialista en Inversión Pública y Privada e Investigación.

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