Un grupo de jóvenes universitarios de 14 a 22 años, con disciplina y trabajo en equipo, difunde la cultura artística folklórica de la costa, sierra y selva del Perú. Con su arte han viajado a diferentes lugares dentro y fuera de Lambayeque.
“Sin Fronteras” es una asociación cultural fundada el 28 de septiembre del 2013. Grupo liderado por Diego Salazar Samamé, director general, y Víctor Bereche Tocto, director artístico. En los próximos meses cumplirán tres años de organización institucional.
“Los mayores requisitos para practicar el arte en la danza son tener disciplina y hacerlo con pasión. Nosotros no solamente difundimos el tondero, sino también el festejo, la marinera norteña y las danzas de departamentos como Moquegua, Ayacucho o Áncash. El objetivo como grupo es viajar al extranjero para difundir la cultura peruana”, sostiene el director general.
“Somos artistas que nos autofinanciamos, porque no existe un apoyo desinteresado al arte lambayecano. Dentro de Chiclayo solventamos nuestros gastos, la ventaja es cuando nos invitan a otros lugares donde el organizador del evento nos reconoce los gastos. Hemos viajado a Piura, Cajamarca y Tumbes. La danza es un arte vivo, nos gusta y lo hacemos con pasión”, añade.
PRESENTACIONES
El 16 de abril los jóvenes artistas se presentarán en Piura, y hasta ahora han montado diversos espectáculos en distritos como Pátapo, Tumán, Pomalca, Ferreñafe, Picsi, Túcume, Oyotún, Zaña y en zonas populares como Las Brisas y Simón Bolívar.
“Tenemos por lo general invitaciones anticipadas, en fechas establecidas. Hace tres semanas hubo el evento Takillakta, que se realizó en la Plazuela Elías Aguirre y estuvimos participando. En mayo se viene el Festival de Pumaskalla, que se realiza en las calles Leoncio Prado y Tarapacá todos los años. En julio esperamos cumplir una de nuestras metas que es viajar al extranjero”, refiere.
Salazar Samamé indica que la danza es algo que se puede sentir y despertar pasión en lo que se hace.
ENSAYOS
“Nuestra asociación ha tratado de conseguir un local para los ensayos, pero en todo sitio nos han cerrado las puertas, el problema es que quieren cobrarnos, nosotros no lucramos con nuestras presentaciones, somos artistas que cultivamos las costumbres de nuestras danzas peruanas”, sostiene Salazar Samamé.
Los ensayos los realizan en el parque San Juan, los días martes y jueves desde las 7:30 a 9:40 de la noche, y los sábados de 5:00 de la tarde a 9:00 de la noche. “Cuando no estoy toma la batuta mi mano derecha Víctor Bereche Tocto, él es que se encarga de dirigir el grupo. Esto ha hecho posible a que se mantenga unido. Las reuniones del se realizan tres veces por semana”, explica.
Asimismo, señala que para unir al elenco de danza se desarrollan estrategias como la comunicación asertiva, la generación de autoestima, el desarrollo personal y el trabajo en equipo.
“Ustedes tienen que caracterizarse por ser un grupo unido. Trabajar como si fueran uno solo. Si sale bien, salimos bien todos. Nuestro interés como asociación no es formar buenos danzarines únicamente, sino también formar buenas personas, es lo que siempre les recordamos a nuestros jóvenes”, expresa el director.
ANÉCDOTAS
Cuenta que a algunos danzantes a veces se les ha caído el vestuario en pleno baile o se ha apagado la música durante las presentaciones. En estos casos, el control de los nervios juegan un papel muy importante. “En una presentación en Real Plaza el 5 de julio del año pasado los chicos estaban bien preparados. Ellos ya estaban en ocho presentaciones de baile y en la ultima los nervios les jugaron un mala pasada. Los chicos uno por uno empezaron a caerse cuando se hiso una redondela. Siempre se baila en cuadrado o en rectángulo, sin embargo terminaron perdiéndose en los pasos” comenta.
También, una vez se malogró el carro cuando regresaban de Nueva Arica y tuvieron que esperar una hora hasta que lo reparen para volver a Chiclayo. La anécdota más que más recuerdan sucedió en Pimentel “Nos enviaron un oficio para acudir a un evento, nosotros tomamos la movilidad y al llegar nos dimos con la sorpresa que no había nada. Con el oficio en mano nos fuimos y reclamamos, pero no había nada”, rememora.
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