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TUMíÂN: UNA LUZ EN EL TÚNEL

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1021

La Empresa Agroindustrial Tumán, después de más de una década de administración judicial, tiene hoy la oportunidad de voltear la página, sin que ello signifique borrón y cuenta nueva. A quienes de manera ilegal y probadamente hayan defraudado el patrimonio empresarial que se les aplique el peso de ley.

 

El directorio que preside Felipe Cantuarias Salaverry e integran Juan Carlos Eguren Neuenschwander y Carlos Isla Montaño, ha solicitado a la gerencia general, a cargo de Antonio Becerril Rodríguez, un Plan Social que permita restaurar la paz, continuidad y sostenibilidad de la azucarera.

 

Entiendo que los nuevos mandamases de la agroindustrial anhelan acortar la desconfianza del grueso sector de trabajadores que se resisten a regresar a sus labores. Quieren generar confianza para restituir no solo las labores habituales, sino también para recuperar los índices de producción que permitan cumplir en primer lugar con las planillas de trabajadores, jubilados, viudas y herederos, con el abono de los campos que deben producir de inmediato.

 

Por lo tanto, con carácter de emergencia la gerencia debe, de manera responsable, cumplir con un flujo de caja que les permita también el cumplimiento de pagos con Sunat, Essalud, proveedores y otros, buscando a la vez el equilibrio financiero que necesitan para demostrar que Tumán es aún viable y que pueden restablecer una convivencia en paz.

 

El plan social que es fundamental y aplicable en la Empresa Agroindustrial Tumán  tendrá que ver con el acompañamiento de un grupo de profesionales conocedores de sociología, antropología, economía, psicología, salud y educadores, a fin de laborar con todos los trabajadores de manera coherente los cambios profundos que deben aplicarse en la azucarera.

 

Los tiempos han cambiado mucho en empresas con un grueso capital humano como la agroindustrial Tumán. Hoy en día se apuesta por empresas inteligentes, que buscan desarrollarse a la velocidad de los cambios tecnológicos para adaptarlos a la mejora de sus operaciones.

 

En la azucarera Tumán se necesita un trabajo arduo de comunicación, en el que se acuerde una reconciliación con sinceridad, reflexión, autocrítica y para ello hay que abrir el diálogo sin amenazas, represalias y juzgamiento, porque se ha iniciado una nueva temporada.

 

Debe abrirse toda la información posible, haciendo un corte de hoy hacia adelante, haciendo ver a cada trabajador porqué debe cambiar de actitud en el trabajo, porqué debe cuidar las horas laborales, porqué es importante vivir en paz y concordia. De allí que cuando escuché al Felipe Cantuarias señalar que entre las líneas a efectivizar de parte de la actual gestión está implementar una gestión transparente y ética, a la que llama una gestión con gobierno asociado, donde la comunicación tiene que ser abierta y fluida, me llenó de esperanza.

 

Creo no equivocarme que este directorio tendrá la capacidad de convertirla en una empresa inteligente, que significa adecuarla a los cambios y a las demandas de la época en que vivimos. Para lograr este esquema de empresa inteligente es preciso e importante que todos sus miembros tengan muy claro cuál es la misión y visión de la agroindustrial Tumán y ser capaces de adecuarla a un trabajo en equipo con una comunicación adecuada y creativa entre todos los componentes de la organización, así como de los actores con los que esta se relaciona, demostrando así capacidad absoluta de adaptación, donde el avance tecnológico, la información y el capital humano sean los pilares de las actividades laborales y el desarrollo de liderazgo.

 

En Tumán hay un valioso capital humano al que se debe respetar y darle su lugar. Todo es posible lograr con actitud de cambio.

 

Es obvio que si todas las relaciones humanas se recomponen, de inmediato la azucarera deberá invertir en modernizar su infraestructura, de tal manera que pueda aplicar procesos de producción con eficiencia, sin pérdidas y grandes resultados en beneficio de socios y trabajadores.

 

Anhelo ver a los miembros del directorio en el campo, con los sembradores y cortadores de caña, con los trabajadores de fábrica y oficinas, extendiéndose la mano, abrazándose para que toda esa energía positiva redunde en beneficios de mejores relaciones humanas.

 

Si se logra todo este objetivo y las cinco líneas de trabajo que los miembros del directorio han diseñado, en corto plazo se verá a una empresa dando frutos y un  distrito azucarero que tenga mejores condiciones de infraestructura para ofrecer mejor condición de vida para quienes lo eligieron como su ciudad.  

De allí que todo lo que ha pasado no solo en la empresa, sino también en el distrito tumaneño, debe ser visto como una oportunidad de mejora y de cambio positivo, fomentando actitudes como la participación de todos los miembros de la empresa, trabajando en equipo y trazando metas y objetivos laborales, sin descuidar el tiempo para la reflexión y toma de decisiones conjuntas.

 

Éxitos señores Felipe Cantuarias Salaverry, Juan Carlos Eguren Neuenschwander, Carlos Isla Montaño, César Alberto Arbe Saldaña, Carlos Alberto Andrade Villar, Segundo Pedro Marín Aguilar, Segundo Camacho Delgado, José Gregorio Guevara Chávez, Iván Gonzáles Valdivia, Juan Gonzalo Rodríguez Soto y Marco Antonio Nevado Panta.

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