La revolucionaria industria de la moda es uno de los nichos de mercado más competitivos a nivel internacional. Por ello, estudiar una carrera orientada al diseño y confección, es una alternativa profesional de altas oportunidades. La Escuela de Moda y Belleza Guadalupe es la opción para iniciarse en este rubro, ya que lleva 27 años formando a profesionales competitivos y de éxito.
Isabel Senador Seclén, gerente del centro superior, menciona que su interés por la costura y confección inició al egresar del Colegio Rosa Flores de la Oliva, donde aprendió a cocer por los talleres que se dictaban en este, luego decidió estudiar en la academia “La Buena Esperanza”, anteriormente ubicada en la calle San José, donde siguió la carrera de costura por un año.
“Debido al conocimiento previo de las técnicas de costura, la directora de la academia me designó como una de las profesoras, donde enseñé por seis años. Posteriormente laboré en la academia San Martín de Porres por diez años, y después de haber realizado una carrera docente decidí formar mi propio centro educativo de costura y confección en marzo de 1989, con la ayuda de mi esposo Armando Pupuche Portilla, iniciando con tan solo dos alumnas”, comenta.
En el presente año el centro técnico cuenta con 80 alumnos, quienes al concluir el período de estudios salen certificados como confeccionistas en diseño de modas o cosmetólogos en la industria de la belleza. Isabel Senador comenta que establecerse en un lugar propio fue difícil inicialmente, y, que a través de los años, logró formar una academia sólida, teniendo como nombre “Nuestra Señora de Guadalupe”, virgen a quien le tiene devoción especial. El centro cuenta con reconocimiento oficial del Ministerio de Educación.
“Inicialmente el centro se encontraba ubicado en la calle Tacna 615, luego se trasladó a la calle Juan Cuglievan en un local alquilado, posteriormente a la avenida Luis González y, por último, en esta nueva residencia propia en la calle Lora y Cordero. Nosotros celebramos el aniversario no en marzo, sino el 12 de diciembre por el día de la Virgen de Guadalupe, a quien tengo devoción desde muy joven, y quien siempre ha sido el soporte de nuestra institución”, indica.
CURSOS
Senador Seclén manifiesta que la escuela de belleza cuenta con tres carreras: Diseño de Modas, Corte y Costura e Industria de la Belleza. Al culminar los estudios, los alumnos obtienen progresivamente certificados por los cursos realizados y el título técnico de la carrera.
Los cursos dictados dentro de la especialidad de Diseño de Moda son Patronaje Industrial, dictado por Patricia Ibarra; Imagen Personal, a cargo de Luis Saldaña; Etiqueta Social, enseñado por Nancy Córdova, y Alta Costura, a cargo de Dorca Castro y Maritza León.
“Lo que refiere a Patronaje Industrial es la confección de prendas bajo una marca personal, en el que el diseñador desde el inicio del curso debe confeccionar en las clases ropa con su propia marca, estilo y hacia el público objetivo elegido. Imagen Personal es el curso que ayuda a los diseñadores a unir la estética personal en sus presentaciones, al igual que un asesoramiento a las modelos que vistan sus prendas en los desfiles que realicen. Alta Costura es un curso especializado para confeccionar vestidos de gala y para novias, siendo la técnica con mayor rigurosidad en su producción. Por último, Etiqueta Social es un curso destinado al comportamiento de la persona, en el que buscamos educar al diseñador a tener una correcta postura de presentación en diferentes espacios y situaciones", explica.
Asimismo, la especialidad de Corte y Costura se divide en dos cursos los cuales son Básico y Avanzado, en los que se enseña la confección de ropa para niños, damas y caballeros, lencería para damas, ropa deportiva, polos, buzos y licras dictados por Patricia Ibarra, Lucila Benites y la auxiliar Carmen Ramírez, y sastrería para caballeros, encargado por Juan Lara Guerrero.
“Recibimos personas inexpertas que desean elaborar prendas fáciles y en un corto período. Sin embargo, muchos de ellos que lo realizan inicialmente como un pasatiempo, se especializan al finalizar. A las personas que llegan con un grado mayor de conocimiento no solo se les orienta en la confección y costura, sino también a diseñar su propia línea de ropa, ya que buscamos que las persona que salgan de nuestro centro puedan emprender independientemente”, señala.
En Industria de la Belleza se dictan cursos de nivel básico y avanzado. En el primer nivel se enseñan las técnicas de peinados, trenzas y ruleros, cortes de cabello, ondulaciones, tratamiento capilar y facial, maquillaje, manicure y pedicura, y tintes directos.
“Mayormente las estudiantes no necesitan traer modelos para los cortes de cabello, ya que en cada clase siempre se presentan personas que están dispuestas a realizarse un corte o peinado. Nosotros formamos desde lo más básico hasta lo más avanzado, buscando siempre que la persona entienda los procedimientos con facilidad para obtener un resultado de calidad”, puntualiza.
En el nivel avanzado se enseñan las técnicas de colorimetría, laceado y cepillado de cabello. Los cursos están a cargo de las cosmetólogas Marly Ramos y Magali Espinoza por el período de nueve meses y seis meses en el primer y segundo nivel respectivamente.
OBJETIVOS TRAZADOS
Una de las metas del centro es ampliar las especialidades en Diseño de Modas de los cursos ya dictados, como Patronaje Industrial e Imagen Personal, con la finalidad de especializar los contenidos. Asimismo, incluir el curso de Fotografía, además de llegar al título de Instituto ya que hasta el momento se encuentran bajo la Resolución N° 6099 del Ministerio de Educación como Centro de Educación Técnica Productiva.
“Tenemos la visión de seguir creciendo en el área de Diseño de Modas porque es un sector con alta demanda ahora en los nichos de mercado. Nuestra diseñadora no solo se forma en las técnicas de alta costura, sino también en su presentación como persona y en la imagen de diseñadora. Es importante educar siempre desde el interior hacia afuera, porque de esta manera los preparamos ante cualquier espacio y situación. Nuestra escuela de Moda y Belleza Guadalupe está orientada a formar con calidad técnica y humana”, concluye.
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La tradicional marca de King kong San Roque cumplirá en noviembre próximo 96 años dedicada a darle dulces momentos a los lambayecanos, y la mejor manera de festejarlos será luciendo, por todo lo alto, la reciente distinción obtenida por la empresa en Bruselas, Bélgica, donde se le ha conferido, por su calidad, una estrella en los iTQi Superior Taste Award, uno de los galardones más importantes de la gastronomía mundial.
Pero este no es el primer premio internacional que recibe la empresa fundada en 1920 en la apacible ciudad de Lambayeque. En el 2011 y el 2014, San Roque también fue reconocida por el Instituto Internacional de Sabor y Calidad – iTQi (por sus siglas en inglés), por la acertada innovación realizada al emblemático dulce departamental, con la incorporación de los sabores de lúcuma y chirimoya. El premio de este año fue por el king kong con sabor a sauco y zarzamora.
Cambio empresarial
En el 2010 San Roque inició un cambio total de la marca que involucró no solo la diversificación de sabores, sino también de la imagen corporativa. Desde entonces, año a año ha ido renovándose y cada 18 meses lanzado nuevos sabores de kingkones.
“Iniciamos por el sabor de chirimoya y lúcuma, luego pasamos al de maracuyá y, por último, el sabor de sauco y zarzamora. Asimismo, en estos cambios, sacamos una nueva presentación de un producto que es el king kong mini, que es el king kong bañado en chocolate. También hemos migrado por una línea de productos más pequeños que no están relacionados con el king kong pero sí con los productos tradicionales. Tenemos los alfajores, suspiritos, bolicocos y santa clara, que son otra línea de producción y muy solicitada por los clientes”, destaca Ana Lucía Mendoza, gerente comercial de San Roque.
La empresa piensa desde ya en la celebración de sus cien años, en el 2020, y espera llegar a esta fecha con una nueva línea de producción y el lanzamiento de nuevos productos, algunos nos relacionados directamente con el King kong.
Otro objetivo es el seguir expandiéndose en el mercado internacional. Desde 1994 San Roque inició su proceso de exportación a Estados Unidos y poco a poco ha empezado a abrirse espacio en países como México, Chile, Canadá, Japón o Francia, a los cuales destina el 10 % de su producción total.
“Llegamos con todo lo que son kingkones, es decir con los de 900 gramos, 450 gramos, 250 gramos y 75 gramos, en toda la línea de sabores. En lo que sí no exportamos son los productos pequeños ya que tienen 15 días de vida. Las distancias son largas y llegarían vencidos”, señala.
Diferenciación por calidad
En el Perú, la presencia de San Roque también empieza a crecer. Actualmente la marca tiene 15 tiendas a nivel nacionales, llegando a ciudades como Piura, Trujillo, Lima, Iquitos, Arequipa y Cusco, estableciendo además sus productos en cadenas de supermercados como Wong, Metro, Plaza Vea y Vivanda, o en grifos como Repsol y Primax.
“La empresa ha ido creciendo y en los últimos años no solamente se han hecho mejoras en el proceso de producción, sino también en la ampliación de la planta. En 1920, que fue el año en el que surgió la empresa, la planta contaba con 792 metros cuadrados, y en el año 2015 hemos cerrado con cinco mil 200 metros cuadrados construidos, contando de 180 trabajadores entre producción, planta, ventas y administrativos”, comenta Ana Lucía Mendoza, añadiendo que San Roque tiene entre sus planes a mediano plazo franquiciar la distribución de sus dulces, para de esta manera llegar a más mercados.
La producción en San Roque sigue siendo artesanal, aunque con el paso del tiempo las innovaciones también se han aplicado a ciertos procesos que le han permitido elevar la calidad ofrecida.
Otra fortaleza de la empresa es que cuenta con la certificación HACCP, que la obliga a que sus proveedores cuenten con el mismo respaldo a fin de ofrecer insumos de calidad que se emplean en el proceso productivo. Lo destacable es que la marca se ha relacionado con otras empresas lambayecanas para obtener sus insumos, como sucede en el caso de la pulpa de maracuyá, por ejemplo. A esto se suma la integración vertical que San Roque ha logrado, es decir que también genera sus propios insumos.
“Nosotros tenemos nuestro propio establo que nos permite asegurarnos que la leche que empleamos sea de calidad. Pero no nos quedamos solo con tener nuestras vacas, también producimos el alimento que estas necesitan para darnos una leche con los estándares de acidez y densidad para obtener un buen producto”, manifiesta.
Desde que en el 2010 se lanzó la nueva imagen comercial, año a año San Roque ha ido renovando sus envases, haciéndolos mucho más atractivos y que permiten al cliente visualizar cómo es el producto en sí.
Y como no todo es producción y ventas, la empresa implementó en el 2006 una fundación de apoyo a niños de bajos recursos de la ciudad de Lambayeque. A través de esta se encarga de brindarles asistencia educativa, alimentaria y de salud, en el propósito de mejorar su calidad de vida. También se les ofrecen talleres deportivos y artísticos.
Asimismo se trabaja con medidas de protección medio ambiental con el uso de biodegradables y la reutilización de las aguas que se emplean en los procesos de fábrica.