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Columnista - Semanario Expresión

Magíster en Cirujía Dentista

 

EN ESTE EJERCICIO HAY FALTA DE ÉTICA Y MORAL: EL ABORTO ES UN GENOCIDIO EVIDENTE

Escribe Antonio Víctor Durand Picho para la edición N 1010

El aborto conocido como la interrupción del desarrollo del embrión durante el embarazo, cuando aún no ha alcanzado la madurez fetal, o capacidad suficiente para vivir por fuera del útero es un genocidio evidente.

 

GENOCIDIO DECLARADO

El genocidio es un mal indescriptible que cualquier ciudadano con un mínimo de sentido común y honestidad intelectual y volitiva pueda pretender mantener de que el embrión o feto no sea un niño o persona y que el aborto no es un acto de violencia o asesinato- el aborto es un mal incalificable, crimen, asesinato, cuya magnitud actualmente se compara con la de cualquier crimen en contra de la humanidad- los diccionarios enciclopédicos , definen el genocidio como la destrucción premeditada y sistematizada de una nacionalidad, raza, religión, cultura origen étnico o grupos “no deseados”, esta definición se aplica perfectamente al aborto. Por ejemplo, la nacionalidad del grupo exterminado en Norteamérica, el grupo de los “no deseados” son los niños no nacidos y están siendo destruidos a un promedio de uno por cada tres niños concebidos. Los concebidos no  nacidos  están siendo asesinados en una red amplia de centros de matanza muy bien estructurados y desarrollados, que producen miles de millones de dólares, como veremos luego con las confesiones del rey de aborto y converso al catolicismo, Bernard Nathanson. 

 

“CULTURA DE LA MUERTE”

El mundo entero y especialmente el Perú de hoy, por acción de los abortistas, feministas y partidarios de  la “cultura de la muerte”, están promoviendo el aborto, la anticoncepción con píldoras abortivas y esterilizantes, gastando millones, en vez de invertir en hospitales donde la atención a los pacientes es un desastre. Debemos profundizar nuestros conceptos sobre estos hechos, debemos reflexionar sobre las estrategias y engaños de esta nueva secta para no caer en sus garras.

 

Podemos comentar mucho sobre la eutanasia,  la reproducción planificada, la Fertilización In Vitro (FIV), sin embargo hoy quiero compartir con ustedes lectores de Expresión el testimonio valiente y  honesto  del que fuera conocido como “ el rey del aborto”, el converso a la santa iglesia católica, doctor Bernard Nathanso, que es un verdadero ejemplo de rectificar conductas y modales para todos.

 

 TESTIMONIO NATHANSON

El doctor Bernard Nathanson participó en el congreso de conversos "Camino a Roma" celebrado en Ávila (España) del 8 al 10 de noviembre de 2002. Dio un testimonio impresionante en el que se presentó como "asesino de masas" y "responsable de la muerte de 75.000 niños inocentes".

 

Ahora consagra sus energías a la defensa de la vida humana.

 

Explicó que dirigía la "mayor clínica abortista de Occidente, en Nueva York. Tenía 35 médicos a mi cargo, con 85 enfermeras. Hacíamos 120 abortos cada día en 10 quirófanos... Durante los 10 años en que fui director, realizó 60.000 abortos. Además, supervisó 10.000 y personalmente realizó 5.000. Dijo “Tengo 75.000 muertes inocentes en mi haber".

 

Conocido como el "rey del aborto", "tenía barcos, avionetas, fincas, mujeres... pero era todo en base a una gran mentira, la mentira de que la persona  en el vientre materno no vale nada", reconoció.

 

Hijo de un prestigioso médico judío especializado en ginecología, "me críe judío, 3 veces a la semana iba a la escuela judía. Mi padre, educado como judío pero alejado de la fe, me preguntaba por lo que yo aprendía, se reía de mí y ridiculizaba lo que me enseñaban... A los 13 años, tras la ceremonia de entrada en la vida adulta judía, dejé de acudir a la sinagoga. Era un judío ateo".

 

Así describió el primer eslabón de una cadena interminable: "Tuve mi primera experiencia con el aborto en la universidad. Mi novia se quedó embarazada, y nos parecía imposible casarnos. Mi padre me dio dinero para pagar el aborto, ilegal, que se complicó. Ella estuvo a punto de morir. Yo la cuidaba, y me llenaba de indignación social contra el aborto ilegal".

 

 "Años después continuó otra novia mía se quedó embarazada. Ella no quería abortar pero yo la persuadí. Quería el mejor abortista, y ése era yo: lo hice y así ejecuté a mi propio hijo, fríamente, sin sentimiento, otro procedimiento quirúrgico más para mí".

 

El doctor Bernard Nathanson fue cofundador de la Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto: "Tuvimos éxito: en dos años conseguimos destruir la ley de Nueva York que penalizaba el aborto desde 1829. Pero el aborto legal no bastaba: debía ser barato, seguro y humanitario... En esa época no sabíamos nada del feto, no teníamos forma de medirlo, ni verlo, ni confirmar su humanidad. Nuestro interés se centraba en la mujer, no en el bebé, pero cuando dejé la clínica y fui director de obstetricia en el Saint Luke Hospital de Nueva York, algo cambió... Allí empezábamos a tener la tecnología con la que hoy contamos. Por primera vez pudimos estudiar al ser humano en el vientre y descubrimos que no era distinto de nosotros: comía, dormía, bebía líquidos, soñaba, se chupaba el dedo, igual que un niño recién nacido. La verdad era que esto era un ser humano con dignidad, dada por Dios, que no debía ser destruido o dañado".

 

El médico se convirtió a la defensa de la vida después de estudiar al feto durante 3 ó 4 años:

"Cuestioné el aborto con conferencias e hice dos películas. En una se veía un aborto real, un niño de 12 semanas aspirado hasta la muerte. Se veía cómo le succionaban brazos y piernas, se rompía el tórax, etc. Era muy fuerte... Los pro aborto dijeron que era un montaje. Les he animado siempre a que, si piensan así, hagan ellos su propia película de un aborto real, con sus propias imágenes. Nunca lo han hecho, porque saben muy bien lo que se vería".

 

Pero a la transformación de Nathanson faltaba todavía algo importante, según él mismo relata:

"A principios de los ochenta yo tenía dinero, propiedades, bodegas, tres matrimonios fracasados, un hijo trastornado y 75.000 víctimas... Negaba que hubiese otra vida, pero sabía que la había. Deprimido, pensaba en el suicidio.  Conocí entonces a un sacerdote pro vida y empezó un diálogo de siete años. Él fue mi guía, mi Virgilio en el infierno... Me convencí de la verdad, de que la gran mentira ya no dominaba mi vida. Ahora mi trabajo pro vida salía del corazón y del alma, no sólo del cerebro".

 

"A menudo se plantea el tema del aborto como libertad de elección de la mujer. Pero una persona no puede elegir quitar la vida a otra. No es posible hablar del derecho a elegir, porque se trata del mandamiento, " ¡No matarás!".

 

Esta conversión, cambio, arrepentimiento o como quiera llamarse del abortista más grande del mundo, que logró abortar a su propio hijo, estudió la  Fetología y la ecografía para comprobar objetivamente  que  el ser vivo inicia su vida desde la concepción, es decir, desde el mismo instante que los pronúcleos del espermatozoide se fusiona al del óvulo, formando el ovocito que inicia su división, es decir  inicia la vida más o menos en el tercio del oviducto  para luego llegar a la matriz, donde se realiza la implantación hasta los nueve meses, significa que a los pocos minutos de la relación sexual se ha iniciado la concepción, por lo tanto las píldoras llamadas anticonceptivas son abortivas y esterilizantes y no deben ser utilizados, ya que todo este proceso constituye el aborto, científicamente hablando.

Antonio Víctor Durand Picho
Fecha 2017-04-27 15:55:39