Chiclayo cumplirá el próximo 18 de abril 190 años de elevación a la categoría de provincia. Es la cuarta ciudad más poblada del país y en los últimos 20 años ha sufrido la equivocación de sus electores, pues se eligió a personas sin liderazgo, mentirosas, corruptas, aprovechadoras del cargo y sin palabra para honrar sus dizque planes de gobierno municipal, lo que nos trajo como consecuencia pérdida de tiempo, dinero, esperanza y fe, porque no pudieron hacer de Chiclayo la metrópoli líder del norte peruano, la que aspiramos la mayoría de ciudadanos de esta provincia.

La falta de capacidad de quienes ocuparon el sillón municipal ha llevado a la comuna de Chiclayo a una situación de crisis institucional y económica muy difícil de solucionar en corto plazo. Quien asuma la conducción de Chiclayo deberá ser una persona de ideas fijas, capaz de comprarse todo el pleito habido y por haber, sin cálculo político, solo con el propósito de sentar las bases de un orden a recobrar, que traiga desarrollo y bienestar, así como seguridad y sea el atractivo de la inversión sostenida.

Ad portas del período electoral a desarrollarse el próximo 7 de octubre, dentro de siete meses, no sabemos aún quiénes serán los candidatos, entre los cuales estará el que tendrán el honor de sentarse en el sillón edil chiclayano. Si de comparaciones se trata, aunque algunos no les guste, podría decirse que Arturo Castillo Chirinos es el mejor alcalde de las últimas décadas. ¿Las razones? Sus obras físicas que se mantienen intactas como la calle San José, el Paseo de las Musas o el Paseo del Deporte, o por haber sido el único que planificó el desarrollo con el Plan Director del 92 o que introdujo la cooperación internacional con Ciudades Sostenibles, el financiamiento de Dinamarca para el sistema integrado de transportes o el mapa de riesgos con recursos del PNUD y el INDECI. “Al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios”.

Tomar la decisión de ser candidato a la alcaldía exige de honestidad, transparencia, responsabilidad, ética, capacidad e idoneidad. Quien no tenga estos atributos como persona y profesional por favor que no se presente.

Quien pretenda ser electo tiene que decirnos por qué quiere ser alcalde de Chiclayo, luego qué equipo lo acompaña, como regidores y profesionales de confianza para la gestión, personas a las que estamos obligados investigar en todos los aspectos para no lamentar ser mal representados. Si ejemplos de malos acompañantes quieren, solo recuerden los nombres de quienes acompañaron a Roberto Torres y de quienes secundan a David Cornejo.

Quien aspire a la titularidad de la MPCH debe decirle a los electores cómo solucionar la alta deuda económica que tiene el municipio, que no es sujeto de crédito en el sistema financiero; cómo y en qué tiempo solucioná la cifra roja de la comuna, las deuda a la SUNAT, ESSALUD, la ONP, que son millonarias, y qué haría con la alta carga laboral que hoy ostenta el municipio.

Señores candidatos, la comuna tiene más de dos mil 500 trabajadores, con una planilla mensual de tres millones 800 mil soles, que al año significan, según el reporte 2017 la astronómica cifra de 50 millones 503 mil 428 soles.

La comuna tiene una deuda de más de 250 millones de soles con instituciones como la banca, la SUNAT, la ONP, ESSALUD y el Tesoro Público. ¿Cómo solucionarán estos problemas que no han sabido enfrentados por quienes han ocupado el sillón municipal?

Los candidatos también deberán responder qué tratamiento le darán al gran problema de la basura, del transporte, del comercio ambulatorio; cómo y de qué forma se hará respetar el catastro actualizado para sincerar el número de contribuyentes de la ciudad.

Además qué propuestas viables en infraestructura serán posibles de ejecutar en los próximos años, como por ejemplo un nuevo mercado o mercados para diversos lugares de la provincia, así como el Terminal Terrestre.

Deben decirnos cómo recuperarán espacios públicos, de qué manera se trabajará con todos los pueblos jóvenes y distritos de la provincia para articular la ejecución de obras trascendentales que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, dotándolos de los servicios básicos como el saneamiento y la electrificación.

Chiclayo necesita construir de inmediato sus anillos viales dentro y fuera de la ciudad, para conectarnos con los distritos de la zona metropolitana que involucra a La Victoria, José Leonardo Ortiz, Pimentel, Pomalca, Monsefú, Eten y Reque.

Paralela a la solución y ejecución de estos proyectos urgentes para la ciudad, la próxima autoridad deberá trabajar de manera estrecha con los sectores de educación y salud. Con los escolares se debe trabajar temas de valores en los que el amor por la ciudad se trabaje de manera sostenida, defendiéndola en su limpieza y orden.

No solo el cemento será importante en la próxima gestión, el trabajo articulado con las madres, los jóvenes y el adulto mayor será vital si se quiere tener resultados de gestión y allí los locales comunales en los diferentes pueblos jóvenes serán de medular importancia.

Por ello y mucho más quien aspire el sillón municipal de la calle San José deberá por encima de todo ser el  mejor gerente y gestor que haya tenido la ciudad, cuyo principal título será el de honestidad, capacidad y decisión en solucionar los múltiples problemas que nos afectan.