El suspendido juez del Tercer Juzgado Civil de Chiclayo, Óscar Tenorio Torres, salió con la pierna en alto para defender, a su modo, su permanencia en el Poder Judicial, luego que el órgano de control recomendara y aprobara su separación de la magistratura por seis meses.
Tenorio Torres no tuvo mejor idea que ofrecer una conferencia de prensa, curiosamente convocada por los mismos personajes que invitaban a las conferencias del tristemente célebre Fernando O’phelan, para lanzar cuanta puya le fue posible contra el jefe de la Oficina Desconcentrada de Control de la Magistratura – ODECMA Lambayeque, José Rodríguez Tanta.
Según el controvertido juez, que en más de un lío ha estado metido por sus sospechosos fallos en casos azucareros y municipales, Rodríguez Tanta le tendría una extraña animadversión y ello explicaría su suspensión de la judicatura.
Ha dicho no solo que denunciará al jefe de la ODECMA Lambayeque ante el órgano de control del Poder Judicial y el Consejo Nacional de la Magistratura – CNM, sino también que llegará a fondo para saber por qué Rodríguez Tanta lo habría agarrado – como se dice en el argot criollo – “de su puerquito”.
Pero vayamos por partes. En Lambayeque es conocido que Óscar Tenorio no es ningún santo, basta con saber que fue bautizado a nivel nacional por el periodista Ricardo Uceda como “El rey de las cautelares”, por los cuestionados fallos dados no solo para cambiar administraciones judiciales en las azucareras, sino también por avalar con una acción constitucional al hoy recluido exalcalde de Chiclayo, Roberto Torres Gonzales, e incluso haber validado cartas fianza de las cooperativas de Rodolfo Orellana.
A esto se suman otros casos, aunque de menor resonancia mediática, por los que también ha sido denunciado ante el órgano de control, se le han abierto investigaciones y sancionado. El más reciente es el haber entregado una cautelar a favor de una empresa que sigue un proceso en Piura, lo que para la ODECMA, por la configuración del caso y el proceder del suspendido juez, constituye una falta.
Según Tenorio, el jefe de la ODECMA Lambayeque le pone “ímpetu para investigar” los casos que él maneja, sintiendo que no sucede en igual proporción con otros magistrados. Como ejemplo ha citado el caso del juez de José Leonardo Ortiz que permitió el ingreso de una nueva administración en la azucarera Tumán.
“¿Acaso han visto alguna reacción contra el Juez de José Leonardo Ortiz, Pérez Alquízar, que ha dejado sin efecto dos administraciones judiciales y que cuya decisión ha sido cuestionada por el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial por no motivar sus resoluciones”, preguntó a los periodistas el día de su conferencia de prensa.
“Cuando se trata de Óscar Tenor, el Jefe de la ODECMA, realiza informes, pide suspensiones y se despacha a su gusto. Pero, cuando se trata de otro magistrado no lo hace”, agregó con sabor a pica e indignación.
Mencionó que no ha cometido irregularidad alguna al conceder la cautelar a favor del Consorcio Colán contra la municipalidad del distrito piurano, medida con la cual la empresa truncó, nada menos, que la continuidad de un proyecto de saneamiento básico.
“Como se puede decir que he intervenido en un proceso arbitral cuando este aún no se había iniciado. ¿Acaso esta es una persecución contra el juez que lleva a cargo el caso Pucalá? Si quiere dañar mi carrera judicial, debe saber que no lo voy a permitir. Rodríguez Tanta no es una persona objetiva ni con el mismo. Lo que me ocurre a mí tiene un trasfondo y debe aclararse, debe investigarse”, ha dicho con tono desafiante Tenorio Torres, quien argumenta que no fue notificado y que el proceso seguido por la ODECMA Lambayeque habría sido irregular.
Con sinceridad debo decir que el trabajo de Rodríguez Tanta tampoco se ha salvado de los cuestionamientos y como muestra recordemos la extraña forma en que se llevó la investigación contra la juez Yolanda Gil Ludeña. Sin embargo, este antecedente no resulta suficiente para avalar lo señalado por Tenorio Torres, más si su propia conducta como magistrado lo ha deslegitimado ante la opinión pública.
Lo cierto es que jueces como Óscar Tenorio le hacen mucho daño a la administración de justicia. Audios en los que se compromete su nombre, denuncias públicas de cobros a cambio de resoluciones, acusaciones de presuntamente coludirse con organizaciones delictivas y otros hechos de similar calibre pesan sobre él. Aunque le pese aceptarlo, la mala fama que detenta la ha formado él mismo.