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CRUZ DE MOTUPE CELEBRA 149 Aí‘OS DE HALLAZGO Y VENERACIÓN

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1025

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El 5 de agosto de 1868, José Mercedes Anteparra Peralta, de 22 años, encontró la cruz en la cumbre del cerro Chalpón incrustada en la gruta. Entre 1860 y 1865, el religioso de la orden franciscana Fray Juan de Abad vivió en el cerro Chalpón, lugar que convirtió en un sitio de oración en su búsqueda por la santidad

 

La Cruz de Motupe celebró el pasado 5 de agosto sus 149 años de hallazgo, luego de descender del cerro Chalpón, en medio de aplausos, plegarias y cánticos de miles de feligreses.


El día central se ofició la tradicional misa en los exteriores del templo “San Julián”, a cargo del obispo de la Diócesis de Chiclayo, Robert Prevost. Miles de feligreses veneraron al del “Sagrado Madero” y homenajearon en concurrida procesión por diversas calles del distito motupano.


Agentes de diferentes unidades especializadas de la Policía Nacional se desplazaron a Motupe y brindaron seguridad a las miles de personas de diferentes partes del país así como del extranjero, que arribaron a este distrito para adorar a la Santísima Cruz de Chalpón.


Como sabemos la gruta del Sagrado Madero situada en el cerro Chalpón, resultó destruida a raíz de “El Niño Costero”. Lo que obligó a que metros abajo se habilitara una capilla para que pernocte de manera temporal. La festividad de la Santísima Cruz del Cerro Chalpón se desarrollará hasta el 14 d.c. donde es visitada por miles de feligreses.

 

HISTORIA

José Mercedes Anteparra Peralta, de 22 años, encontró la cruz en la cumbre del cerro Chalpón incrustada en la gruta.

 

Entre 1860 y 1865, el religioso de la orden franciscana Fray Juan de Abad vivió en el cerro Chalpón, lugar que convirtió en un sitio de oración en su búsqueda por la santidad. Un día el sacerdote decidió partir para visitar otros pueblos avisando a los pobladores que había dejado tres cruces talladas por él en la cima del cerro Chalpón, Cerro Rajado y Cerro Penachí.

 

Los pobladores salieron a buscar las cruces pero no las encontraron. Poco tiempo después se recibió la noticia de que el padre Abab había fallecido víctima de la “uta” el 13 de octubre de 1866. La búsqueda de las cruces quedó en el olvido hasta que se vaticinó un cataclismo que destruiría parte de la humanidad.

 

La reacción del pueblo fue inmediata y se lanzó en la búsqueda de las cruces con ayuda de los manuscritos del padre Abad. El 5 de agosto de 1868 un joven de 22 años, llamado José Mercedes Anteparra Peralta, encontró la venerada Cruz de Motupe en la cima del cerro Chalpón incrustada en una gruta.

 

El obispo de Trujillo de ese entonces lo nombró primer mayordomo, tarea que tuvo hasta el final de sus días el 10 de abril de 1921.

 

LA FIESTA

Se celebra desde el año en que se encontró la Cruz de Motupe en el cerro Chalpón (1866) y se inicia el 2 de agosto con la bajada en hombros de la cruz hasta el caserío de Zapote, ubicado en las faldas del cerro.

 

La venerada cruz pernocta en la capilla del caserío bajo el resguardo de los devotos. Se ofrece una misa, seguida de un espectáculo de fuegos artificiales. El 3 de agosto sigue su recorrido hacia Motupe, localidad a la que llega el 4 de agosto.

 

El cinco de agosto es el día central de la fiesta la cual empieza a las 11 de la mañana y se prolonga hasta la madrugada.

 

LA SANTÍSIMA CRUZ

Al igual que el Padre Franciscano "Fray Guatemala", Fray Juán Abad, tuvo la gran maestría y arte del más fino ebanista, y en sus prolongados retiros de este mundanal ruido, se dedicó a tallar preciosamente, de la madera de Guayacán (árbol que crece en la zona), según manifestó de las personas de extrema confianza de él, tres cruces, habiendo dejado una en el cerro Chalpón; otra en el cerro Rajado y la última en el de Penachí, recomendando que a su muerte las buscaran hasta encontrarlas y las hicieran objeto de veneración declarándolas protectora del lugar.

 

Trascurría apaciblemente el año del Señor de 1860 cuando de la noche a la mañana, hizo su aparición en el pueblo de Motupe un Ermitaño, como habitante del enmarañado conjunto de peñas, algunas muy altas y elevadas que constituyen el coloso centinela del despoblado norte del departamento de Lambayeque, bautizado con el nombre del “Cerro Chalpón” a inmediaciones de la progresista villa, (hoy ciudad) anteriormente citada.

 

En la soledad de estos breñales y en la quietud sólo interrumpida por el ulular de algún animal salvaje o el raro silbido de los pájaros silvestres permaneció el ermitaño, rindiendo culto a la naturaleza, entregado a sus prácticas religiosas y austera penitencia, como cuando en cansadas y largas caminatas, visitaba los pueblos de Motupe y Olmos, poblados más próximos a su solitaria y escondida “posada”, en el pueblo se le veía rara vez caminando por las calles polvorientas, siempre apresurado y solitario, ignorando donde y como vivía y cuáles eran sus diarias ocupaciones.

 

Contando con el silencio de las horas y sin preocuparse del mundo y sus maldades, con la ayuda incapaz de su rudimentaria herramienta, el ermitaño talló con sus habilísimas manos, manos divinas, toscas pero maestras, una cruz de madera, con el palo incorruptible a la acción del tiempo y las edades, del árbol comúnmente conocido como “Guayacán” considerando el tamaño de la cruz, proporcionalmente grande, es de imaginar al piadoso e improvisado artífice solitario, imaginarse la manera de confeccionarla sin las herramientas propias de oficio.

 

El Ermitaño terminó la cruz y la colocó en el interior de la cueva, donde él vivía en penitencia y oración. Transcurrían las horas, los días, las semanas, los meses, ante ella, oración por oración; rezo por rezo en forma interminable, santificaba su alma, con el humano afán de alcanzar la paz eterna junto a Jesús.

 

No contento con estas prácticas religiosas, viajaba continuamente a pie a través de un enmarañado camino que solo él conocía, para llegar a Motupe y otras, esporádicamente a Olmos, para rezar el Santo Rosario con los habitantes de aquellos lugares y para proveerse de víveres, repartir limosnas, ayudar a los indigentes, dar sanos y morales consejos, consolar a los afligidos y hasta curar enfermos y desaparecería como por encanto, cuando menos se lo esperaba.

 

La veneración y respeto a que se hizo acreedor fue tal que nadie dudaba que era un santo y al efecto, todos los habitantes de Motupe lo conocían como  el “Padre Santo”, debido a que la mayoría de ellos, casi en su totalidad, ignoraban su real y verdadero nombre, este que hasta hoy confunden, propios y extraños al lugar con el de José Ramón Rojas, religioso franciscano, muy conocido y recordado como “El Padre Guatemala”.

 

El laborioso y andariego ermitaño, de cerro en cerro y de monte en monte, apareció alguna vez en la sierra de Penachí, lugar que aunque distante, pertenece a la jurisdicción de Salas, en el cerro Yanahuanca se dedicó también a trabajar otra cruz, con el mismo palo de Guayacán, la que según noticias colocó en una cueva aún más escabrosa e inaccesible, la misma que también es venerada con mucha devoción por muchos hermanos cristianos.

 

Existe una historia oral que se transmite de generación en generación de que en el cerro Rajado también hay una cruz, pero que se encuentra en el centro de una laguna.

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EN CAYALTí SE PRIVILEGIA EL CONTROL DE CALIDAD: "LA CLAVE ES REDUCIR LOS EFECTOS DE UNA PLAGA EN LA CA&iacu

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1025

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El experto Manuel Pollack Velásquez recorrió los campos cañeros de Cayaltí donde compartió una serie de secretos para disminuir las plagas que son inherentes a este cultivo. Destacó el profesionalismo de los trabajadores del laboratorio de Entomología de la empresa que exitosamente realiza el proceso de control de una enfermedad denominada barrenador del tallo.

 

¿En qué consistió el trabajo que usted realizó en los cultivos de Cayaltí?

Al equipo de laboratorio y a todos los integrantes del equipo les hemos enseñado un sistema de evaluación que les permita conoce cómo están los niveles de la plaga para luego tomar una decisión de control. Hemos ofrecido suficiente información que le permita monitorear todos los campos y saber cuándo se presenta la plaga y en qué momento se dan las condiciones para ser controlada.

 

¿Cómo se presenta la plaga?

Está presente en parte de los cultivos pero no es significativo o señal de alarma. Lo importante es estar atentos a disminuirla porque es difícil eliminarla. Es inherente a la caña de azúcar.

 

¿Cuánto demora el proceso para reducirla?

Tarda unos meses, no es inmediato. La empresa tiene todos los elementos: personal capacitado, un laboratorio bien equipado y todos los elementos para reducir la plaga. Sugiero hacer una campaña entre todos los trabajadores para que su trabajo lo hagan con honestidad y responsabilidad porque la información que ellos registren permitirá tomar las mejores decisiones.

 

¿Cayaltí tiene las herramientas y el personal para combatir esta plaga?

Primero deseo incidir en que el trabajo tiene que hacerse con varios elementos naturales, nada de productos químicos. Cayaltí tiene un laboratorio con insectos benéficos. La clave es optimizar todas las herramientas que tiene la empresa. No traeremos nada de afuera. El equipo de campo se encuentra suficientemente preparado para reducir los efectos.

 

¿Qué pasos se deben seguir para enfrentar con éxito un control de plagas en los cultivos de caña de azúcar con tecnología de riego?

La recomendación es la puesta en marcha de un programa de manejo de plagas que implica: a) identificación de la plaga, ciclo de vida y enemigos naturales b) disponer de una metodología para evaluar la población de una plaga (cuantos insectos vivos están presentes y cuanto están dañando) c) establecer un nivel de daño tolerable a través de un nivel de ‘acción’ d) elección de la técnica de control puede ser el incremento de enemigos naturales por liberaciones de inundación, controles mecánicos (recolección de larvas), uso de trampas atrayentes y el empleo racional de productos químicos y finalmente una evaluación de resultados antes y después de aplicar la técnica de control.

 

¿Cuán valeroso es un evaluador de campo y qué cualidades debe tener para lograr buenos resultados?

Uno de los pilares del manejo de plagas es disponer de una metodología de evaluación (conteo o censo) y de información que permita ser analizada con un buen grado de confianza. Los encargados de hacer las observaciones en el campo son los evaluadores, los ‘plagueros’, que deben ser previamente entrenados para el reconocimiento de la plaga y de sus enemigos naturales, además en tabulación de los datos. Las cualidades que debe tener un evaluador son honestidad, veracidad, responsabilidad y sobretodo ser muy observador.

 

¿Qué experiencias ha tenido en otras empresas en el control de plagas?

Mi experiencia con responsable del manejo de plagas en caña de azúcar la inicie en Paramonga, luego en Casa Grande, San Jacinto y Maple Etanol. También trabajé en Palmas del Espino en el manejo de plagas en palma aceitera y últimamente en Arena Verde, en cultivo de quinua.

 

¿Qué diferencia hay entre control de plagas en el sistema de riego por goteo y en riego por abundancia?

El fundamento del manejo de plagas es el mismo en cualquiera de las condiciones en las que se desarrolle el cultivo.

 

¿En qué zona de la planta de caña se focaliza una plaga?

Diatraea saccharalis es el insecto plaga que ahora  está afectando el cultivo y es reconocida como la ‘plaga clave’ del cultivo de la caña de azúcar. La afecta durante todo su desarrollo y se localiza en el tallo.

 

¿Puede ocasionar pérdidas económicas o reducción en la productividad?

Toda plaga provoca pérdidas para eso se tiene que monitorear sino se hace podría generar pérdidas. Por eso es necesario tener un sistema de monitoreo y saber en qué momento debemos actuar para tener la plaga bajo control.

 

¿Cuál es la explicación de la aparición de una plaga como la que se presenta en la caña de azúcar?

Cuando existe un monocultivo como la caña es una característica normal que haya una plaga. En otros escenarios como un bosque donde hay una diversidad de especies la realidad es diferente.

 

¿Cuántos casos de plagas en la caña ha podido enfrentar durante su trayectoria?

El más serio fue en Paramonga el año 1983 durante la ocurrencia del Fenómeno El Niño. La  presencia de mangas del delfacido Perkinsiella saccharicida nos obligaron a recurrir al empleo de plaguicidas. En 1985 en Palmas del Espino, la aplicación tardía de la medida de control provocó una fuerte defoliación de las palmeras con el consecuente retraso de la  formación de frutos. 

 

¿Podría mencionar algunos casos emblemáticos de plagas en otros países y cómo se enfrentaron esas emergencias? 

Durante una visita el ingenio Providencia de Colombia pude observar el ataque de una larva defoliadora conocida como “gusano cabrito”, esta larva consume toda la lámina foliar, además los adultos son mariposas grandes y la cantidad de adultos obstruíanel radiador de los vehículos.

 

¿Qué mensajes daría a los trabajadores de Cayaltí sobre el Cayaltí de hoy?

En diversas conversaciones que he tenido con grupos de trabajadores les he comentado que la empresa les está dando una buena oportunidad que es completamente diferente a lo que ocurre en las demás empresas en las que existen muchos conflictos. La visión de la empresa es interesante porque, por ejemplo, están utilizando mejor el agua. Con esta tecnología de riego por goteo se convierten en más eficientes porque ganan más agua y más área para el cultivo de caña. Esto finalmente genera mejores posibilidades de desarrollo para los trabajadores, los hijos de los trabajadores y la propia empresa agroindustrial.

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