Desde la instalación de nuestra República, los partidos Políticos, denominados tradicionales, se han caracterizado, sobre todo en una contienda electoral, con ataques arteros y con expresiones vilipendiosas a su contrincante Político, demostrándonos con ello que aún la democracia nuestra está en un proceso de maduración y muy distante de otros Países de América Latina. Los votos en las urnas no se consiguen con ataques violentos contra candidatos, que según su óptica, son sus enemigos Políticos.

Comentario aparte merece  la existencia de una concepción retrograda denominada ANTI  - VOTO O ANTI – PARTIDO, que no permite ni siquiera analizar las propuestas de Gobierno con una objetividad que exige todo análisis político, caso contrario, nuestros análisis serán subjetivos, hepáticos o viscerales, perdiendo por tanto su objetividad.

Es Bajo este contexto que las actuales campañas electorales de la mayoría de los partidos políticos, están orientadas a lapidar al otro candidato o sobre todo a quienes ocupan los primeros lugares de aceptación ciudadana según las encuestas  de opinión que reflejan una mayor credibilidad.

Es menester formular algunas recomendaciones, sobre el particular:

LA PRIMERA RECOMENDACIÓN, es que los partidos políticos en carrera deberán ser más tolerantes y dejar de insultar a su contendor político y sobre todo de ejecutar acciones violentas con tal o cual candidato a la Presidencia de la República, estos actos desdicen de la docencia y decencia política que debe primar tanto en los mítines de campaña como en los debates convocados para tal fin, es por eso que cada día cobra vigencia la expresión “Que las ideas se combaten con ideas”  y no con violencia.

LA SEGUNDA RECOMENDACIÓN, está orientada a que los analistas políticos deben ser imparciales y objetivos y no se dejen llevar por el anti voto o anti-  partido, que mucho daño hacen a nuestra joven y vulnerable Democracia y lo que es peor, este hecho no permite realizar un análisis serio y responsable de las propuestas de un plan de gobierno, de esta manera no se consolidará jamás una democracia sólida como forma de Gobierno  sino mas bien con estos actos estaremos construyendo el caos y la perdida de legitimidad de sus candidatos.