Y otra vez tuvimos que contemplar de lejos cómo se fue al agua nuestro “punto de quiebre”. Ya estamos en la fecha 10, oficialmente ayer iniciaron los partidos de revancha y la Selección no levanta cabeza. Nuestros resultados son alarmantes y la tendencia es muy desalentadora, sin embargo seguimos esperanzados en que se nos dé “el milagro” o se cumpla la famosa “ilógica del fútbol” que nos lleve al Mundial. Y por pensar así es que seguimos rezagados, sin la más mínima chance que la situación cambie y podamos siquiera pelear el anhelado quinto puesto que nos permitiría acceder al partido de repechaje.
“Jugamos como nunca, perdimos como siempre”. Hemos escuchado tantas veces esta expresión que hasta alergia nos debería ocasionar volverla a oír. El fútbol se gana con goles, los resultados son los que pasan a la historia y los millones de “casi” no sirven de nada. ¿De qué vale quedarnos con la sensación de haber podido traer al menos un puntito a casa si pasan los 90 minutos y no logramos nada? Hemos obtenido 1 punto de 6 posibles en esta fecha doble. Nos hemos hundido aún más en la tabla de clasificación y estamos a 8 puntos de Argentina, país que se encuentra en la quinta posición. Ésa es la realidad.
Pero a la inmensa mayoría de peruanos le encanta que se les venda “humo”. “Matemáticamente, aún podemos clasificar.” Me suena a burla cuando escucho estas declaraciones y no veo respuesta en el equipo de todos. Se reconoce el esfuerzo, compromiso y actitud de este grupo joven, esas ganas de no dejarse ganar en el segundo tiempo. Pero, ¿y los primeros 45 minutos? El partido dura 90 y desde el primer minuto se debe salir con la convicción de hacer un buen partido, no cuando solamente queda la segunda mitad. Sinceramente, fuimos afortunados de los desaciertos chilenos en el primer tiempo. Fácil pudimos habernos ido al descanso con tres goles en contra y hasta justo hubiera sido.
Y por esas cosas lindas que tiene el fútbol, lo que pudo haber sido una fea goleada, terminó en un transitorio empate que nos ilusionó a todos. Fueron 9 minutos de felicidad y esperanza hasta que apareció el “Rey Arturo” y nos devolvió a nuestra realidad. Un gol de otro partido, un gol que nadie esperaba, un gol propio de alguien que brilla en Europa y puede tranquilamente cerrar un partido con una jugada individual. Un gol que duele. Un gol que posterga nuestro “punto de quiebre” hasta nuevo aviso. Para variar, la próxima fecha enfrentamos a Paraguay en el “Defensores del Chaco”. Puedo sonar pesimista, antipatriota o frío pero no puedo dejar de dar mi presagio: no vamos a ganar ese partido.
En lugar de seguir engañando al pueblo con una “posible clasificación”, Gareca debería aclarar de una vez por todas que este equipo es la base para dar pelea en la clasificación a Qatar 2022. Y que deje de convocar a jugadores como Carlos Lobatón, que poco o nada le aporta a una selección que urgentemente necesita un recambio generacional. Hay madera en estos jóvenes y sería atractivo que se trabaje a largo plazo con ellos, teniendo los objetivos claros. Ya nos cansamos que en cada partido de este proceso nos digan que va a ser nuestro “punto de quiebre” para resucitar y llegar a Rusia. Es falso, es utópico, es imposible por ahora. Pero estoy convencido que tenemos opción para dar pelea de igual a igual en las próximas Clasificatorias. Sí se puede. Ya es hora de escuchar el “!Arriba Perú!” en un Mundial. No hay mal que dure cien años.