A poco de celebrarse el Día de la Fraternidad, fecha conmemorativa por el natalicio de Víctor Raúl Haya de la Torre (22 de febrero), Expresión conversó con el analista político Enrique Valderrama Peña, quien como militante aprista lidera una corriente de renovación al interior del partido que fuera dos veces gobierno.
¿Cómo celebran los apristas el natalicio de Haya de La Torre?
La forma de entender a Haya de la Torre es multidimensional. En estos momentos de profunda crisis moral en el país, de políticos que negocian su representación, que negocian prebendas y tienen en el seno del parlamento delitos espantosos en sus narices, se torna vigente el ejemplo de Haya de la Torre para la política nacional, pues vivió pobre y murió pobre, legándole al país un partido que defendiera la democracia y la justicia social.
Fue un genio visionario, ideólogo avanzado que planteó principios fundamentales que cien años después de la fundación del Apra continental siguen vigentes como el antiimperialismo que lo vemos en las noticias internacionales, la necesidad de la unidad de los pueblos en el continente, la necesidad de discutir el asunto de Panamá, que muchos pensaban era algo del pasado y vemos cómo cobra vigencia actualmente. Lo vamos a celebrar a lo largo y ancho del territorio nacional con eventos conmemorativos que no solamente convocan a los apristas, sino a los ciudadanos de a pie.
¿Alguien pretendió ‘deshayizar’ al Apra y hacer protagonista al alanismo en algún momento?
Creo que esa es una falsa dicotomía, Alan García en múltiples oportunidades declaró que hay que regresar al esfuerzo del origen para un entendimiento del Apra. Declaró que Haya de la Torre fue su maestro, fundador, guía del movimiento, y Haya muchas veces dijo que rechazaba la expresión hayismo, pues lo que él quería era aprismo, no personalismos. Debemos proyectar nuestra prédica hacia las nuevas generaciones y quizá en eso en los últimos tiempos no hemos estado muy finos, pero hay que volver a andar el camino.
¿Cree que el Apra está preparado para enfrentar el proceso electoral que se avecina?
El Apra no participó en el 2021 porque el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) vetó nuestra participación. el Tribunal Constitucional estableció en sentencias diferentes que el JNE, tanto al Apra como al PPC, les recortó su derecho de participación política, por lo tanto no podríamos contar eso como una falta de respaldo popular.
Es verdad que hemos disminuido la inserción que teníamos en el tejido social, pero creo que después de algunos años, donde han querido construir un Perú sin el Apra en el parlamento y el Ejecutivo, se ha visto lo que ha significado un país sin el Apra como una influencia política importante.
En las zonas del norte recordarán muchísimo la actuación que han tenido en estos años Fuerza Popular y Alianza Para el Progreso de blindaje absoluto a Dina Boluarte. Creo que van a voltear la mirada hacia el Apra, que puede plantear una agenda social del cambio. Y en el sur también van a mirar el haber apostado por un Pedro Castillo que dijo que haría muchas cosas por ellos, pero que al final no pudo ni comprar urea. Estamos trabajando también el sur del Perú.
¿Sigue siendo el Apra el partido más organizado y más representativo políticamente?
El Apra siempre ha pensado que tiene un rol protagónico en el hecho de llevar al Perú al éxito en términos económicos, sociales, de justicia social, etc. Y eso sin duda lo seguimos pensando y más ahora porque hemos visto como aquellos que hablaban en nombre del pueblo han terminado defraudándolo. El gobierno de la señora Dina Boluarte, salvo la parte democrática, no dista mucho de lo que hizo Castillo en los indicadores sociales y económicos.
¿Está de acuerdo con el cambio generacional o veremos los rostros que han estado siempre?
Creo que el aprismo necesita dos cosas fundamentales e indisolubles: renovación y unidad. No va a haber unidad si no hay un gesto fuerte de renovación y no habrá renovación si no hay unidad porque no habría un partido viable. Por eso considero fundamental que reflexionemos. Las bases exigen en la plancha presidencial, en sus listas al senado, gestos importantes de liderazgo de gente nueva que pueda emerger. No lo digo necesariamente en términos etarios, sino de gente que no haya participado antes de la vida pública del país. Necesitamos un Apra que se muestre renovado y esa es la prédica que estamos llevando a nivel nacional. He visitado 80 provincias y estoy dispuesto a impulsar este proceso hasta las últimas consecuencias.
¿Quién sería la cara visible para este proceso electoral?
Creo que la corriente que le menciono de renovación del partido va a presentar un esquema relacionado con la plancha presidencial del 2026, por lo tanto, competirá con la que seguramente puedan impulsar directa o indirectamente los compañeros de amplia trayectoria, exparlamentarios limeños que seguramente querrán también tener influencia o ser cabeza de plancha, están en su derecho.
¿Cuál es su aspiración?
Estaré donde la corriente de renovación plantee que pueda estar, no rehúyo a ninguna posibilidad y estoy convencido que animaremos la contienda interna en cualquier posición que nos encontremos.
¿Qué significa Alianza Para el Progreso en el país?
Creo que es el cáncer del Perú, creo que Acuña es el cáncer del Perú, los Acuña lo son. No solamente hablamos de un conjunto de ideas negativas, ojalá tuvieran ideas para debatirlas, han sido parásitos de la política que han vivido de los recursos públicos en el buen y en el mal sentido. En el buen sentido me refiero que han sido parlamentarios, alcaldes, han usado los recursos públicos, pero han parasitado y sostenido gobiernos absolutamente absurdos en momentos críticos. El gobierno de Vizcarra lo sostuvieron ellos; el de Sagasti que, bueno, tenía que ser sostenido; pero el gobierno de Castillo lo sostuvieron ellos y lo mismo con Boluarte. Han cogobernado prácticamente en los últimos años sacando ventajas, poniendo directa o indirectamente ministros para su beneficio personal, no han hecho absolutamente nada.
Los Acuña tienen 20 años de fuerte influencia en el norte del país. En este tiempo, ¿cómo está el tema de salud, pistas, veredas, seguridad ciudadana? No digo que han destruido el norte porque el norte es muy fuerte y volverá a ser próspero muy pronto, pero lo han desmejorado muchísimo. Creo que es momento de un cambio de paradigma allí y estoy convencido que, con líderes propositivos, buenos, que puedan venir del Apra y otros partidos, podremos superar este momento tan triste que impacta en la política nacional.
Pero el Apra también ha cogobernado alguna vez.
Los únicos esquemas de colaboración que hubo fueron muy contados. Del 45 al 48 para salir de una dictadura para un proceso democratizador del país, el cual el presidente de turno en ese momento, Bustamante, no pudo entender y terminó ilegalizándonos, y luego para volver a la democracia tuvimos una convivencia, pero en esquemas donde estaba en juego la democracia del país en términos reales, no era una excusa, era la clandestinidad, la gran persecución, la restricción de los derechos versus el hecho de volver a empezar a construir vida democrática.
Sin embargo, el Apra ayudó al nacimiento del fujimorismo, cogobernó con ellos y vivimos una dictadura.
En principio, nosotros participamos en la elección del 90 y quedamos terceros, creo que el hecho de una colaboración del Apra con la victoria de Fujimori está descartada. Creo que nuestros militantes ante los insultos reiterados de Vargas Llosa votaron contra él, pero Alan García fue buscado casi con una orden de asesinato. Fuimos ilegalizados. Cuando regresamos y ganamos las elecciones, que ellos hayan votado iniciativas de gobierno como lo hizo el PPC, que fue un aliado mucho más claro, no me parece mal.
Lo que sí creo, y tengo autocrítica con eso, es que cuando fuimos solamente cinco parlamentarios y el fujimorismo eran 73, fue un error haber participado en su mesa directiva. Ellos ya tenían mayoría, no necesitaban a nadie y aceptar la tercera vicepresidencia no fue un hecho muy bueno.
¿La situación política de Pero Castillo pone en exterminio a la izquierda que llegó con ellos y a Dina Boluarte?
Creo que el extremismo tomó el rostro de Pedro Castillo, pero no se agota en él. Lamentablemente, las zonas altas del sur del Perú que se levantaron cuando él cayó, y en parte fueron engañadas no han visto que el estado haya aplicado un plan de emergencia social allí ni que haya invertido más o tenido gestos, ni siquiera se ha esclarecido bien los fallecidos durante las protestas. Por tanto, no descarto que una posición extremista pueda tener votos importantes en la primera vuelta de abril del 2026.
Dina Boluarte dice que tiene las manos limpias, sin embargo, se ha descubierto que una de sus hermanas es asesora de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). ¿Cuál es su opinión?
Me parece que lo que dice la presidenta está fuera de foco. Ella tiene un hermano que está requerido por la justicia a quien blindó sistemáticamente. Mencionó claramente ante una pregunta de la prensa que su hermano se podía reunir con quien él quisiera, con lo cual blindaba y daba el mensaje a los demás de que su hermano estaba empoderado y ya sabemos cómo terminó.
También sabemos toda la polémica en torno a la no captura de Cerrón. Creo que es protegido por el gobierno. Y creo que el hecho de tener una hermana alrededor de la JNJ le hace un flaco favor a esta institución que debería prescindir de esta señora.
¿Cuál es su mirada del Proyecto Olmos?
Creo que los grandes proyectos de irrigación en el país son sumamente importantes. Al día de hoy se cultivan entre cinco a seis millones de hectáreas en el país, de las cuales 350 mil son de agroindustria, menos del 10 %. Una hectárea de agroindustria genera dos puestos de trabajo, tenemos casi un millón alrededor de la agroindustria, pero todo lo demás es pequeña agricultura, casi de subsistencia, por lo tanto, potenciar grandes proyectos de irrigación en el Perú nos permitiría pasar de 350 mil hectáreas para la agroexportación a un millón de hectáreas y generar un millón y medio de empleos.
Finalmente, Victor Raúl Haya de La Torre dijo alguna vez “mortal, mortal, no hagas de tu odio inmortal”. ¿Qué no le perdona el Apra a Alianza Para el Progreso? Usted ha dicho que APP es el cáncer del país.
Creo que es una expresión de la representación que nosotros tenemos, aunque disminuida, en el norte, respecto a lo que ellos han hecho. Una cosa es la descripción de lo que significan y otra cosa es odiarlos, pero lógicamente sin odiarlos hay que combatirlos. Dejarles el camino libre para que sigan operando como lo están haciendo sería bastante irresponsable y poco empático de nuestra parte, pero no hay odio. Creo que no han estado a la altura de la posibilidad que tuvieron y en estas elecciones esperamos recuperar terreno en el norte del país y volver a hacerlo sólido.