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LA NUEVA OBRA DE PAZ LARRAÍN: “FORTALEZAS Y ANÉCDOTAS DE MI PACORA”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1100

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Héctor Paz Larraín es contador público colegiado, tiene 76 años de edad y un amor interminable por el distrito de Pacora. Este apego por el lugar donde nació lo llevó a escribir un libro, en el cual narra la historia y costumbres propias de este pueblo.

 

Pacora es un distrito de Lambayeque, ubicado a 42 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo, dueño de diversas anécdotas, costumbres, secretos de la medicina natural, gastronomía y hasta la misma brujería.

 

El escritor lambayecano culminó en diciembre la obra literaria, en la cual da a conocer el valor histórico y las costumbres que posee Pacora. “El libro que he escrito se llama ‘Fortalezas y Anécdotas de mi Pacora’ y se refieren al patrimonio, recursos, bondades y todo lo grandioso del distrito”, explica.

 

Son 16 fortalezas y 50 anécdotas que Héctor Paz ha seleccionado como las principales del distrito y que expone en su libro, las cuales se centran en los carnavales, las ferias, las Bodas de Oro del Colegio San Pablo, la agricultura, la poesía, el fútbol, la gastronomía, la medicina natural, la antigua disciplina escolar y familiar, entre otras.

 

COSTUMBRES Y FORTALEZAS

Una de las fortalezas mencionadas es el Carnaval Costeño Pacorano, evento que une a todo el pueblo en una sola celebración y además atrae la atención de turistas nacionales. Está conformado por dos bandos: el verde y el rojo encarnado, cada uno posee dos orquestas, las cuales se encargan de musicalizar la fiesta desde las 4:00 de la tarde hasta altas horas de la madrugada. El Carnaval tiene como día central el último domingo de febrero.

 

En otro pasaje del libro, Paz Larraín se refiere al parto natural como una hazaña valerosa, puesto que las parteras solo se basaban en  la experiencia y en el buen criterio al momento de atender a una mujer gestante. Según el autor en el distrito de Pacora existieron cuatro reconocidas parteras, quienes además de atender los alumbramientos normales se encargaban de los nacimientos riesgosos y sin ningún tipo de consecuencias o secuelas post parto.

 

Asimismo, menciona que el cuy posee funciones similares a las de una radiografía, capaz de detectar cualquier tipo de enfermedad, pero además destaca por su valor nutricional y es  indispensable en los platos más representativos del distrito.

 

DISCIPLINA DE ANTAÑO

El colegio primario tenía como norma básica la sanción a causa del mal comportamiento o el bajo rendimiento del estudiante. Por ello, empleaban el castigo físico con métodos como el chicote o la palmeta. Según Paz Larraín los padres avalaban esta práctica, porque sabían que de ello dependía la formación de sus menores hijos. “Te hubiera dado el doble para que en la próxima vez aprendas, sin vergüenza”, se lee en uno de los párrafos del libro.

 

También relata que en la formación secundaria los estudiantes no eran castigados directamente por el maestro, debido a que los padres revisaban las tareas que los docentes les dejaban a sus menores hijos. Además, nadie se acostaba después de las 9:00 de la noche. La educación secundaria tuvo como consigna “La letra con sangre entra”, asevera el escritor.

Por ello, Paz Larraín considera que parte de su formación como profesional tuvo que ver con el Colegio San Pablo y bajo el título de “Bodas de Oro del Colegio San Pablo” le rinde homenaje a la institución, que cumplió 50 años el 11 de mayo del 2013. Este apartado relata el avance educativo, producto de la nacionalización de la institución, dirigida por la mejor plana docente y la excelente asesoría pedagógica de Félix Paz Casales, según afirma el autor del libro.

 

FILOSOFÍA DE VIDA

Las 50 anécdotas, que corresponden al segundo capítulo del libro, están relacionadas a la filosofía de vida que practica Héctor Paz, quien está convencido que la risa es la cura para cualquier tipo de enfermedad. “Estoy convencido que la risa cura. Además, está comprobado científicamente que cura el cáncer y es capaz de combatir el estrés”, argumenta.

 

De esta forma la anécdota de las “Vacas ingeniosas”, por ejemplo, recopila la historia de un empresario que criaba ganado vacuno y siempre sufría por la falta de insumos para la alimentación de este. Por tal razón, no se le ocurrió mejor idea que llevar a sus vacas a pastear a los huertos y establos muy cerca de la ciudad, con la intención de que al regresar a su establo sean capaces de comer cualquier cosa: billeteras, tinas plásticas y hasta testamentos. Según el escritor, el municipio de Pacora contempló en algún momento la posibilidad de contratarlas para las labores de limpieza pública, puesto que devoraban cualquier cosa que considerasen como alimento.

 

Otra historia similar se titula “Arreglo para casarse”, la cual se sitúa en la feria de San Pablo, fechas próximas al cierre de la festividad. Precisamente, estas fechas eran elegidas por las chicas del distrito para emprender una nueva vida junto a sus parejas. De acuerdo a Héctor Paz se le denominaba “salida” y tenía como máximo 15 días de plazo, para que el novio “arregle” con la familia de la novia y luego tenga el consentimiento para poder casarse.

 

 “NO ES MI PRIMER LIBRO”

Héctor Paz no es primerizo en la producción de obras literarias. Él ha escrito libros sobre contabilidad de costos y también es autor de “Mochicas, 25 años de anécdotas”. Asimismo, ha pensado en concertar con la empresa editora para que su obra se venda a nivel nacional y de esta manera  llegue a mayor público. Además, INDECOPI ha reconocido al libro y a él como autor de la mencionada obra.

 

El escritor pacorano también tiene el deseo de presentarse en la Feria Internacional del Libro, que se realizará en Lima desde el 19 de julio hasta el 4 de agosto, donde espera dejar el nombre de su distrito en alto.

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RAÍCES ANCESTRALES: LA VIGENCIA DE LA LENGUA MUCHICK

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1100

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  • Entender el pasado es necesario para desarrollar identidad y con ello surge la tarea de estudiar los orígenes de una sociedad. Entre ellos, las lenguas ancestrales.

 

En Lambayeque hasta el año 1930 se habló la lengua muchick y esta, como muchas más, son propias de un legado cultural importante que identifica a los lambayecanos y afianza la identidad mochica.

 

El profesor de historia e investigador lambayecano Antonio Serrepe Asencio expone que el estudio de dicha lengua ancestral es importante para los pueblos, porque a través de ella se encuentra el eje histórico de la transculturación lambayecana.

 

En 1987, cuando se descubrió el Señor de Sipán en Huaca Rajada, se incrementó la preocupación por fortalecer la identidad cultural muchik y para lograrlo se ha afianzado la práctica del folclor como las costumbres, las danzas y las comidas. Sin embargo, Antonio Serrepe afirma que no se puede dejar de lado a la lengua.

 

“La lengua es un eje de interculturalidad porque nos enseña la cosmovisión y es parte de nuestra historia. Es interesante conocer cómo los mochicas interpretaban el mundo terrenal y el mundo del más allá, al igual que su organización política, social, económica, el arte y su cultura”, dice.

 

HISTORIA

El muchick es una de las lenguas que se habló en toda la costa y parte de la sierra norte del Perú, en especial en Jaén y Chota. Además, se consolidó como una de las lenguas generales del país tal como el quechua y el aimara.

 

La población muchik desarrolló su propio idioma y antes de la llegada de los españoles, el muchik era una lengua ampliamente difundida y hablada por un número elevado de indígenas.

 

Incluso con la llegada de los españoles se siguió hablando pese a que lo tenían prohibido y muchas veces castigaban a quienes practicaban el idioma.

 

“El objetivo de los españoles era castellanizar a los indígenas e impartir el catolicismo, así que había severos castigos para quienes no obedecían el cambio de religión e idioma”, narra.

 

El muchik se siguió hablando hasta los primeros años de la vida republicana y se dice que en Ciudad Eten se habló por una comunidad grande hasta que en 1930 murió en la última persona muchickhablante.

 

INVESTIGACIONES

Con el paso del tiempo, la lengua fue recuperada por grandes estudiosos como el sacerdote Fernando de la Carrera, quien radicó en Reque e hizo un estudio llamado: ‘El arte de la lengua yunga’, enfocado en la gramática del idioma y que ha servido de base para todas las demás investigaciones.

 

Antonio Serrepe menciona que también está el trabajo del alemán Hermes Miden Dafont, quien vivió en Ciudad Eten e investigó sobre el idioma; Federico Villareal, sabio que dejó un libro llamado ‘Yunga o mochica’ y otros investigadores como el lambayecano Jorge Cevallos Quiñones.

“La Universidad de San Martín de Porres, por intermedio del doctor José Antonio Salas también, ha dejado un diccionario. Hay investigaciones y se ha rescatado la lengua, ahora lo que debe hacerse es difundirla y enseñarla”, sostiene.

 

SU TRABAJO

Antonio Serrepe publicó un libro en el 2017 titulado: ‘El Habla de los Mochicas’ Tomo I, que condensa dos mil 880 fonemas, frases populares y oraciones modelo, seguidas de la historia de esta civilización. El tomo II se publicará este año y se enfocará en la gramática moche.

 

“El Habla de los Mochicas es una recopilación de todos los trabajos que sobre este imperio se realizaron desde el virreinato hasta la fecha. He trabajado con libros y 14 documentos. Dentro de ellos, con cinco diccionarios de la cultura moche”, informa.

 

El historiador refiere que ‘El Habla de los Mochicas’ reúne información sobre cómo interpretaban las partes anatómicas, su pensamiento filosófico, religioso y su vida doméstica. Además, expone que el muchick es una lengua superior porque contiene frases, oraciones y palabras sobre asuntos como filosofía, psicología, comunicación, salud, religión, aspectos sociales, arte y cultura.

 

ACCIONES

El Gobierno Regional de Lambayeque promulgó la Ordenanza N° 011 – 2010 para que se enseñen aspectos básicos del muchick en escuelas y colegios de primaria y secundaria, además de ponerlos en práctica en ceremonias públicas y actividades cívicas.

 

Sin embargo, enfatiza Antonio Serrepe, los colegios no cumplen la ordenanza porque en la región existen pocos profesores capacitados en esta lengua.

 

“Docentes no hay muchos, pero hay gente que ha estudiado el idioma. La ordenanza está, los colegios tienen la disposición, pero falta personal capacitado. Cabe resaltar que no se pretende enseñar el muchick como una asignatura, sino de forma circunstancial”, manifiesta.

 

Agrega que todas las personas deben poner manos a la obra como ya lo han hecho algunas instituciones del Perú. Una forma de contribuir con ello es desarrollando actividades que se enfoquen en apuntar hacia el desarrollo de la identidad moche, lo que fortalecerá el conocimiento haciéndolo cada vez más profundo.

 

Explica que, el Museo Tumbas Reales de Sipán es uno de los promotores de la lengua, pues todos los veranos enseña muchick para niños. De igual manera, los otros museos tienen algunos lemas y en sus ceremonias ensayan algunas frases y oraciones.

 

Desde el sábado 9 de este mes, Antonio Serrepe dicta un taller de lengua muchick en la Alianza Francesa, que está dirigido para estudiantes de educación superior y profesores. El curso se divide en dos módulos. El primero trata sobre la historia de la cultura mochica y el otro sobre el idioma.

 

“Cuando se busca cómo explicar una sociedad, no hay mejor eje que el idioma y nuestro idioma muchick está vigente hasta ahora porque en la región existen muchas personas con apellido mochica, incluso lugares”, finaliza.

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