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PIZZICATO: UN MUNDO PARA LA MÚSICA CLÁSICA

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 959

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Pizzicato es un nuevo programa radial que se transmite por Antena Virtual, la emisora de la Escuela de Comunicación de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo. Este programa, dirigido por el profesor Augusto Miñán Meléndez, se caracteriza por difundir la música clásica y promover la cultura entre sus oyentes.

 

“Hay quienes piensan que promover este estilo de música no es bueno o puede ser aburrido, pero es algo importante porque desafortunadamente los conocimientos musicales de mucho estudiantes son cortos y no pasan de lo que se escucha en las fiestas o bailes populares. No van más allá, no conocen este amplio mundo de la música”, afirma el historiador y docente.

 

Pizzicato nació como una iniciativa de su conductor mientras se encontraba en una conversación sobre la difusión de la cultura a través de los medios de comunicación con un colega de la universidad. “Mi compañero me animó a presentar la idea Cristhian Campos, quien dirige Antena Virtual, y con su ayuda se pudo hacer posible. El proyecto le agradó y empezamos a trabajar en el programa”, cuenta.

 

OBJETIVO Y DINÁMICA

El objetivo principal del programa es llenar ese mundo musical desconocido por los más jóvenes, enseñándoles que el arte no se limita, como dice Augusto Miñán, a las “canciones de la combi”. La idea es mostrar todo ese lado que no se difunde en el ámbito comercial.

 

La primera fecha de emisión fue dedicada a Amadeus Mozart, de quien se habló toda su vida, trayectoria así como sus mejores obras. El programa principalmente se centra en un compositor y un tema en específico, el cual se desarrolla durante los 40 minutos de transmisión, a la vez que se oyen las canciones principales.

 

“El segundo programa estará dedicado a otro gran compositor y así continuaremos. También tenemos planeado una transmisión especial para soundtracks, en esa fecha hablaremos de música de películas, que es algo desconocido, pero que es un tema que da mucho de qué hablar. Hay grandes composiciones para largometrajes que pasan desapercibidas y no se consideran como obras importantes”, explica el conductor.

 

PIZZICATO

En un inicio el nombre del programa era “40 minutos de música clásica”, pero por sugerencia de colegas a un nombre más comercial, que sea corto y diferenciador, se cambió a “Pizzicato”, palabra que refiere a una técnica de violín que consiste en jalar las cuerdas con los dedos en vez de frotar con el arco con el instrumento.

 

“Así nació Pizzicato, una palabra poco conocida pero fácil de recordar, que al igual que la música clásica es desconocida. No sería adecuado comentar temas musicales comunes y que suenan en cada momento, eso sería seguir con que ya se escucha en las radios”, especifica. .

 

TRANSMISIONES

El programa se emite todos los miércoles a las tres de la tarde en vivo desde la USAT. “Es difícil saber cuánta acogida se ha obtenido en los primeros programas, pero a partir de esta segunda semana ya estaré abriendo un espacio en la red social Facebook en donde podremos recibir los comentarios y sugerencias para Pizzicato”, añade.

 

La primera promoción del programa se realizó con la publicación del flayer desde la cuenta personal de Facebook de Augusto Miñán, en donde recibió muchas opiniones y reflexiones sobre este nuevo proyecto. Del mismo modo, hubo muchas felicitaciones por parte de profesores, colegas y personas relacionadas con el mundo del arte y la música, específicamente.

 

“La idea del programa también es recordar temas que son muy escuchados en eventos como las graduaciones universitarias, cuyos compositores han pasado al olvido o se les desconoce cómo dueños de la pieza como Bethoveen, Maller, George Vicent, entre otros”, señala Miñán Meléndez.

 

“Al inicio del primer programa estaba un poco nervioso, porque no había estado antes en una cabina de radio, más que una sola vez durante un conversatorio sobre el aniversario de la ciudad hace un año. Preparé todos los textos con cuidado y recibí las directrices necesarias para las siguientes emisiones”, finaliza. 

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¿LITERATURA LAMBAYECANA O LITERATURA EN LAMBAYEQUE?

Escribe: Nicolás Hidrogo Navarro*
Edición N° 959

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El problema de las identificaciones autorales en las literaturas regionales: caso región Lambayeque

  

A esa corriente de la globalidad que borra toda huella de color local, en algún momento inicial en los 90 se intentó contrarrestar con el reclamo de identidad y regionalismo para no sentirnos tan sin rostro ni huella que nos diferencie aún en esta heteroclidad y multiplicidad de razas y sincretismo de todo un poco. Las literaturas regionales dejaron de tener un color local con sus simbolismos y rasgos característicos, para dar paso a un exotismo que puede ser síntoma de todo, peor de nada en particular la vez. Es aquí cuando en inicios del siglo XXI, la literatura ha perdido la batalla en la identificación de tal o cual cronotopía cultural de una zona geográfica socio-cultural.

Por una razón puramente chauvinista y de terca identidad regional, en el Perú las literaturas se han subdividido entre las 26 regiones político-administrativos existentes. Eso puede tener una reivindicación localista frente al centralismo limeño capitalino, pero abre poblemas de catalogación autoral cuando se quiere posicionar su regionalismo.

Por ejemplo: en la región Lambayeque hay 32 autores –entre poetas, cuentistas, novelistas, ensayistas y críticos literarios-, con no menos de 03 textos publicados en su haber, que hacen carrera literaria sostenida –exigencia seria de alguien que puede probar que le interesa difundir su literatura hasta con su propio peculio a falta de apoyo del Estado y entes de la cultura, y tiene por lo tanto su partida de nacimiento ganada como escritor (no tomo en cuenta diletantes aficionados o advenedizos, beodos que solo buscan hacer vida perdularia o aficionados  que  más hacen ruido que literatura y nunca se conoce su obra, no se sabe si es verdad o mentira lo que dicen haber creado: sin obra conocida y difundida no hay socialmente escritor). De esta caterva regional en la región Lambayeque, el 75% son migrantes (nacieron y pasaron parte de su niñez, adolescencia o juventud en su lugar de origen foráneo a la región Lambayeque: Cajamarca, Ancash, Piura, Trujillo, Amazonas, etc.). El problema es su localización y denominación de autoría regional.

Otro aspecto que caracteriza el panorama literario en la región Lambayeque, es la pérdida de toda identidad regional hasta de los mismos autores natos. Es decir ¿qué le puede reclamar o cuestionar un autor lambayecano nato a un autor afincado en Lambayeque, por su falta de simbolismos lingüísticos y caracterológicos de personajes, temas y alegorización en sus tópicos temáticos, si ni los propios hacen una literatura con argumentos o tópicos lambayecanos, en predominancia? Asistimos, pues, a una literatura personalista y exotista, deslambayecanizada y predominantemente ficcional sin correlatos históricos ni de un tronco matriz generacional, sino de meras actuaciones con adhesiones efímeras y convenidas.

Si un autor nació en Cajamarca –que es la procedencia mayoritaria de autores en la región Lambayeque- y pasó su niñez, adolescencia o parte de su juventud en su lugar natal, pero ya vive unos 30 años en la región Lambayeque ¿es autor de literatura cajamarquina o lambayecana? ¿Tiene derecho a estar considerado en las dos regiones? ¿Es ético que pueda estar en las dos regiones en prospectos, planes lectores, quitando así un lugar al que lo merece en una sola región? Tamaña discusión.

NO tiene derecho estar en dos lugares de estudio, a no ser que sea considerado una autor de trascendencia nacional por la crítica literaria y aceptación lectora colectiva nacional (no dicha por él mismo o su grupo de compadres o amigos), cuya literatura haya rebasado cualquier umbral temático regional, por mérito propio.

tiene derecho a estar considerado y denominado como autor regional lambayecano si por mayoría de tiempo de vivencia y permanencia en la región Lambayeque ha asumido una prole, se ha formado en sus estudios superiores y ejerce su fuente laboral en el ámbito geográfico regional. Pero el problema presentado es: si es considerado autor literario regional lambayecano, ¿esta denominación no deberá estar regida y exigido en usar sus tópicos temáticos simbólicos y alegóricos lambayecanos? ¿Es la permanencia de 10, 20, 30, 40, 50 años o más –en caso de NIXA fueron casi 90 años, siendo pacasmayino- lo que lo convertiría en autor regional lambayecano, o deben ser tus temas de identidad regional lambayecana? ¿Y qué pasa si ese autor pese a que ya vive 50 años en Chiclayo, sigue escribiendo con temas andinos cajamarquinos –caso Andrés Díaz Núñez-, se puede tomar como autor lambayecano o cajamarquino? Esta problemática se presenta más en narrativa que en poesía. Puesto que en narrativa se impone el núcleo temático argumental. A diferencia de la poesía que puede ser más impersonal, abstracta, adiatópica, desargumentada y fácilmente el intimismo figurado hace perder el rastro de procedencia temática y pertenencia.

Al coexistir esta tendencia predominante en la región Lambayeque de un alto dinamismo migrante entre sus creadores literarios, no es tan preciso ni exacto hablar de una literatura lambayecana, cuando sus tópicos argumentales de sus obras son andinos o foráneos a la cultura local, sino literatura hecha en Lambayeque por migrantes (75%) y lambayecanos propiamente dichos (25%). Es posible ya que ni el lugar de procedencia nato, garantice un simbolismo en los tópicos temáticos, y estemos asistiendo a una convivencia e interferencia de literaturas cruzadas en los estilos, tópicos, niveles de calidad y concepciones de arte diferenciados y contrapuestos: el mundo costeño invadido por el mundo andino, en una práctica y ejercicio lector, se vive subterráneamente sin que nadie se dé cuenta más allá de lo que lee entre líneas.

¿Quién representa la literatura lambayecana? ¿Un nato local que no escribe nada sobre Lambayeque y sus temas se pierden en impresiones de sus cronotopos? ¿Un foráneo que escribe sobre su originario mundo andino y vive actualmente en este territorio? ¿Un escritor foráneo que viene se toma una foto en la plaza de armas de Chiclayo y eso le basta para decirse que representa una región? ¿Un escritor que nunca publica nada a pesar de decir escribir desde hace mucho? ¿Un escritor que pese a no haber nacido acá en la región Lambayeque, sus tópicos temáticos tiene un sabor a identidad y sentimiento regional lambayecano? ¿O nada tienen que ver los temas que abordes con tal que vivas y mueras en Lambayeque? Afinemos ¿quién representa la literatura si le denominamos lambayecana?, pues más parece una palabreja y pose chauvinista que sentimiento de pertenencia literaria e histórica.

El impase se puede solucionar bajo dos premisas metodológicas y categoriales: eliminar la denominación LITERATURA REGIONAL LAMBAYECANA y e imponer un radio más extenso y llamarla LITERATURA MACRORREGIONAL NORTE DEL PERÚ; o, para darle un rigor categorial denominatorio se tenga en cuenta de las obras de los autores en cuestión, los núcleos temáticos diatópicos y argumentales y etiquetarlos bajo la denominación de narrador andino (rural) o costero (citadino).

 

Nicolás Hidrogo Navarro

(Narrador, docente universitario, comentarista crítico, gestor cultural y editor).

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