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EN LA ERRADICACIÓN DE TRABAJO INFANTIL LAS CIFRAS HABLAN POR SÍ SOLAS

Escribe: Rosa Amelia Chambergo Montejo
Edición N° 965

En nueve años de labores solo se ha logrado que 652 niños reviertan el trabajo infantil por educación y recreación, pues a la fecha el Observatorio Socioeconómico Laboral de Lambayeque registra 16  niños que trabajan y, en consecuencia, sufren la afectación de su desarrollo físico, mental, social y económico. Esta situación atenta contra sus derechos, dignidad y el acceder en un futuro a trabajos decentes que les permitan salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida.

 

Señalo esto porque de acuerdo al censo del Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI, del 2007, en Lambayeque se detectó que 16 mil 652 niños fueron detectados en labores de trabajo infantil. La estadística actualizada al 2016, registra que todavía hay 16 mil seres  humanos de corta edad que renuncian al derecho de ir a la escuela por tener que realizar labores que les genere ingreso económico para ayudar sus hogares.

 

Ello significa, a mí entender, que el Gobierno Regional de Lambayeque no ha podido revertir esta cifra preocupante de nuestros niños, niñas y adolescentes y aquí tiene que haber una autocrítica de parte de los gobernantes, porque ha faltado articulación entre los sectores ediles, de educación y otros para acortar esta brecha que está relacionada al índice de pobreza y pobreza extrema en Lambayeque.

 

Revisando archivos periodísticos he encontrado que desde el año 2009 al 2014 se menciona el resultado de lo que publicó el INEI en el 2007. Preguntó, ¿dónde están las cifras reales o la estadística actual que muestre que hay resultados halagadores respecto a la erradicación del trabajo infantil?

 

Tal vez la ausencia de resultados positivos tenga que ver con la falta de estrategias y acciones efectivas que lleven a disminuir una cifra que se menciona desde hace nueve años atrás.  Y como dice el refrán tan popular “zapatero a tu zapato”, que en buen cristiano entendemos que quienes están al frente de esta responsabilidad no son las personas más adecuadas, que podrán estar ocupando estos encargos por favor político y no por ello trabajar para disminuir estas cifras preocupantes.

 

Bien podría señalar que nos decepciona el escuchar que se sostienen reuniones para analizar el problema del trabajo infantil y que se articula esfuerzos para solucionar en corto plazo este flagelo, pero lo que no escucho es cómo se está disminuyendo año a año este grave problema social.

 

Hace tiempo se dijo que debería contarse en Lambayeque con un centro preventivo de atención a los menores en estado de abandono y elaborarse un diagnóstico de la real situación del problema que atenta contra la integridad física y psicológica de los menores. Hasta donde sé, todo quedó en el papel y en la noticia publicada por diversos medios de comunicación. Esto, sin duda, revela la falta de sostenibilidad de acuerdos que conlleven a cumplir objetivos.

 

Dónde quedó la promesa de la construcción del Complejo Policial donde funcionaría la Comisaría de la Familia y el Centro Preventivo. ¿Qué hacen nuestras autoridades lambayecanas?

 

Anhelo que la cifra de 16 mil niños identificados, aunque estoy segura que son más, disminuya. Me gustaría que nos sensibilicemos cuando vemos niños lustrabotas, limpiando carros, recicladores, vendiendo chocolates o cobradores de combis.

 

Es importante conocer la estadística de deserción escolar de los últimos años, cómo está ha disminuido o aumentado, porque si dejan de estudiar es obvio que lo hacen por trabajar para ayudar a sus hogares.

 

Es necesario conocer cómo ha mejorado la empleabilidad en los últimos años en Lambayeque y cómo se refleja en el aspecto socioeconómico de las familias pobres y extremadamente pobres en todo Lambayeque.

 

No quiero menoscabar el trabajo del Comité de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil de Lambayeque, pero no creo equivocarme al referir que nuestras autoridades en Lambayeque están aún de espaldas, porque me he convencido que no manejan cifras actualizadas, reales y ello refleja que no hay un trabajo serio y profesional, más porque no conocemos las políticas que permitan disminuir los elevados índices que todavía se estiman.

 

Como muchos de los problemas de Lambayeque, considero que el Trabajo Infantil tiene que ser punto de atención con prioridad en la  agenda pública del gobierno regional, es obvio que el reflejo de los resultados tendrá que ver con la reducción de pobreza, mejora de la calidad educativa, respeto de la normatividad legal de nuestro país y, sobre todo, con el liderazgo de nuestras autoridades.

 

Ojalá que en algún momento podamos mostrar testimonios de niños y niñas que cambiaron el trabajo por la educación y recreación, que más empresas del sector privado también se involucren, ejemplos tenemos como el de Telefónica, que de manera sostenida en el distrito de José Leonardo Ortiz permite que un grupo de niños y niñas cada día aprendan a leer, escribir que se empoderen en el conocimiento, que sueñen cambiar su status y tengan nuevas oportunidades.

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