Desde el domingo 27 de febrero, unas 700 parejas procedentes de distintos puntos del país dejan todo en la pista de baile para tratar de llegar a las instancias finales. El certamen ha entrado en su parte más emocionante y de mayor exigencia, ya que hoy se ingresa a la etapa semifinal, luego vendrá la primera final, y el domingo será la segunda y tercera final, para cerrar con broche de oro la final-final, de donde saldrá el nuevo campeón. El evento ayudará a que se pueda reactivar el turismo en Trujillo, un sector muy golpeado por la pandemia, sobre todo en el rubro de restaurantes y hoteles. El concurso es presidido por S.M. María Paz Ganoza Cortés.
Las calles señoriales de Trujillo respiran marinera, a cada paso se perciben y palpitan hermosas canciones compuestas en homenaje a nuestro baile de bandera: ‘Así baila mi trujillana’ de Juan Benites Reyes, ‘Amor serrano’ de Lucy de Mantilla, ‘Batuta y gloria’ de Alejandro Segura, ‘Chiclayano soy’ de Emilio Santisteban, ‘El danzante de la marinera’ de José Escajadillo o ‘Cholita ferreñafana’ de Luis Abelardo Takahashi Núñez, marineras que hacen retumbar cualquier pista de baile. Desde el domingo 27 de febrero, Trujillo se engalana y vive en su máxima expresión el 62° Concurso Nacional y 12° Mundial de Marinera, legado de peruanidad que dejaron para la posteridad los hermanos Juan Julio y Guillermo Ganoza Vargas, el primero presidente del Club Libertad, y el segundo miembro de su directiva. Por estos días, esta solariega ciudad, ubicada al norte del país, da la bienvenida con júbilo y algarabía a cientos de parejas que han arribado desde todas partes del territorio y del extranjero, cargados de muchas ilusiones y expectativas en búsqueda de la gloria, de llegar a ese tan ansiado podio que les permita ser el nuevo campeón del certamen que se inició en 1960 y que con mucho esfuerzo y tenacidad, el tradicional club trujillano ha sabido mantenerlo y darle continuidad a lo largo de estas seis décadas.
El coliseo cerrado Gran Chimú es mudo testigo de la entrega y sacrificio de niños, jóvenes y adultos que tratan de llegar lo más lejos posible en este concurso, el cual fue reconocido por el Estado el 30 de enero de 1986, mediante Ley N° 24447, la cual declara a Trujillo como Capital Nacional de la Marinera, y en 2012 se declaró el 7 de octubre como el Día de la Marinera, que coincide con el nacimiento de uno de sus principales intérpretes: Augusto Áscuez Villanueva. Las parejas derrochan toda su energía en la pista de baile, con vibrante zapateo, dulce coquetería y un expresivo galanteo, y al compás de la banda de músicos de la 32° Brigada de Infantería del Ejército hacen palpitar y saltar de sus asientos al público asistente que goza con esta danza. Desde los más pequeños hasta aquellos que frisan canas demuestran todo lo aprendido en largas jornadas de ensayo, de la mano de sus profesores, y dejan la piel y hasta la última gota de sudor en cada marinera para convencer al exigente jurado calificador. El pueblo trujillano recibe con los brazos abiertos no solo a las más de 700 parejas inscritas, sino a los turistas que cada año se dan cita al concurso, quienes a la vez disfrutan de las bondades gastronómicas y culturales que ofrece esta hermosa ciudad de grandes casonas coloniales y majestuosas iglesias.
Un regreso esperado
El año 2021, por los problemas sanitarios derivados de la pandemia de la Covid-19, el centenario Club Libertad, la entidad organizadora, decidió trasladar el 61° Concurso Nacional a la ciudad de Lima (Pachacamac) y lo realizó en una fecha y mes inusual al acostumbrado (en el friolento mes de agosto), y sin la tradicional banda de músicos (del Ejército) que interpreta las marineras ya elegidas para el evento. Como era de esperarse, se extrañó sobremanera esa adrenalina que solo se experimenta en el Gran Chimú, donde las barras de distintas academias -generalmente integradas por los propios familiares de los bailarines- ponen la cuota de alegría y entusiasmo brindando el apoyo a sus preferidos. Pese a las restricciones por el coronavirus, el Club Libertad sacó adelante el certamen que parecía imposible; por lo menos la esencia de la marinera siguió más viva que nunca, la identidad y el amor por este baile se mantuvo intacto, pues se realizaron Selectivos de Marinera en distintas ciudades del país, siempre respetando el aforo y los protocolos dispuestos por el Ministerio de Salud. Desde ese momento, las parejas comenzaron a bailar con mascarillas que cubrían nariz y boca, para evitar los contagios por la Covid-19. Hoy, pese a que esta enfermedad todavía persiste entre nosotros, nuestro baile de bandera se vive con intensidad y con mucha pasión desde Trujillo para el mundo entero, porque esta fiesta es de todos los peruanos y lo disfrutan grandes y chicos.
Este 62° Concurso Nacional y 12° Mundial de Marinera es presidido por S.M. María Paz Ganoza Cortés, quien fue coronada el 12 de febrero pasado por el titular del Club Libertad, Fernando Burméster Landauro. Esta joven trujillana baila nuestra danza desde hace seis años, siendo una de sus canciones favoritas ‘Cholito pantalón blanco’ de la compositora Marina Quipuzco. “Es una canción que me hace pensar en mi abuelo, que le dicen el ‘cholo’ Cortés. Siempre ha sido un chalán de aquellos; le encanta el concurso del caballo de paso peruano” (La República). Desde esa fecha, la soberana engalana todas las actividades relacionadas a este certamen, como en los ensayos en el Club Libertad, donde demostró sus cualidades y la destreza para bailar la marinera. María Paz señaló que es un honor promover y promocionar la marinera por todo el mundo, y agregó que la realización del evento ayudará a que se pueda reactivar el turismo en Trujillo, un sector muy golpeado por la pandemia, sobre todo en el rubro de restaurantes y hoteles, generando ingresos para muchas personas que viven de estos rubros. Ella también está presente en cada jornada eliminatoria, y acompañada de un campeón mundial de marinera deja su huella en la pista del Gran Chimú. La bella María Paz irradia una sonrisa natural y tiene un garbo estilizado, que hacen honor a su investidura.
Un poco de historia
La marinera es uno de los bailes más reconocidos del Perú, que al son de la música y los aplausos deleita al público en cualquier momento. Es un baile que muestra del mestizaje hispano-amerindio-africano, cuyo nombre fue dado por el escritor Abelardo Gamarra Rondó “El Tunante” en 1879, en honor a la Marina de Guerra del Perú y Miguel Grau, en medio del espíritu patriótico del país de aquella época (la guerra con Chile). Los historiadores señalan que el antecedente de la marinera es el fandango y otros ritmos traídos por los españoles durante la colonia, los cuales presentaban el baile de parejas y movimientos de cortejo. Otros señalan que la cultura negra es la que motivó la aparición de bailes eróticos donde resalta el zapateo. La nobleza española en reuniones sociales bailaba danzas como el minué y la cuadrilla, que fueron vistos por los esclavos que le dieron un estilo propio. En lo que coinciden muchos especialistas es que la marinera tiene como antecedente principal a la zamacueca, que se hizo popular en el siglo XVIII donde se utilizaba el pañuelo. La zamacueca recibió el aporte de muchas culturas, pero una combinación especial nació en Perú.
Entre todos los tipos de marinera hay tres más reconocidos: la limeña, con movimientos más suaves y marcados; la serrana, con una expresión melancólica pero estilizada; y la norteña, más pícara y enérgica. En cuanto a la marinera norteña, el hombre baila con o sin zapatos, mientras que la mujer no los usa. Para los danzantes es motivo de orgullo bailar en superficies difíciles y calientes, sin perder la calidad de sus pasos. Esto se debe a que, con mucha práctica, los pies se endurecen y las parejas pueden bailar en terrenos irregulares. La vestimenta de los varones consiste en el típico traje de los chalanes, y puede ser negro o blanco, con adornos y encajes. Las mujeres usan un vestido largo con encajes y largos pliegues. Sin embargo, ambos vestuarios pueden variar según la región en la que se baile.
Se entra a la recta final
Son diez las categorías en las que participan los concursantes en esta versión 2022: de la Unidad, Preinfantes, Infantes, Infantil, Junior, Juvenil, Adulto, Senior, Máster y Oro. Desde hoy jueves, el concurso entra en su parte más emocionante y de mayor exigencia, pues se ingresa a la etapa semifinal, y entre el viernes y sábado se efectuará la primera final, en tanto que el domingo será la segunda y tercera final, para cerrar con broche de oro la final-final en cada una de las categorías (tres parejas), de donde saldrá el nuevo campeón nacional y mundial. En esta etapa los bailarines tienen que demostrar esa estirpe de la que están hechos para este baile, tendrán que poner en escena todos sus recursos para sacar ventaja a su ocasional contrincante, porque ante tanta calidad el jurado califica los pequeños detalles. El colofón de esta fiesta de los pañuelos blancos y de trajes multicolores, será el denominado Campeón de Campeones, donde participan solo parejas que han obtenido algún campeonato desde la categoría juvenil en adelante.
Trujillo vibra fuerte con su baile emblema que se mantiene imperturbable desde hace 62 años, gracias al trabajo tesonero de los directivos del Club Libertad (con sus errores y todo). Pese a los cuestionamientos que se hacen a esta entidad por supuestos pagos económicos para favorecer a determinadas parejas para hacerlas campeonar, esta fiesta nacional sigue en pie y ojalá se mantenga vigente, siempre en el marco de la transparencia y la honestidad.
(*) Licenciado en Ciencias de la Comunicación y primer vicedecano del Colegio de Periodistas de La Libertad.