No quiero ser alarmista. Se quieren crear las condiciones para que el Presidente del Perú se convierta en el “Fujimori del siglo XXI”, me explico. El Perú, como país, está convulsionando. Existe un desgobierno total, el Congreso de la República y el Poder Judicial tienen ínfima aprobación por la ciudadanía. El sistema de seguridad no existe, los peruanos estamos desprotegidos. Los “delincuentes” nos gobiernan. Los partidos políticos están desacreditados, la economía se está desacelerando, el mundo entra en pánico. Los países dependientes, como el nuestro, están temblando. El cambio climático es parte de nuestros días. La iglesia no cumple su papel en la sociedad. Los peruanos viven en la informalidad, la inflación está aumentando. Los importadores las están viendo negras. Se deprecia nuestra moneda. Los sectores del “Boom Económico” están calladitos. La prensa se está viendo afectada por el estado, en parte, y por la misma prensa. Acá me refiero a la concentración de medios de comunicación. El “Fenómeno El Niño” está por visitarnos y no estamos preparados (como siempre) para recibirlo. Cuando hubo plata se gastó mal, la calidad de gasto fue pésima.
La historia económica nos ha demostrado que el “milagro económico peruano” no existe hasta que tengamos un país sólido en materia institucional. No la tenemos por eso no existe “el milagrito”.
Vivimos una democracia a medias. Solo vamos a las urnas y punto, nada más.
El Presidente del Perú no tiene, sin embargo, el apoyo de la ciudadanía que avale un golpe de estado e instale un “nuevo régimen” o una nueva constitución. Y tampoco tiene el respaldo económico para sostenerse hasta encontrar “una solución”.
Se está hablando de un golpe de estado. Los principales medios de comunicación en Lima escriben editoriales al respecto. Hay chisme por el momento.
En eso se basa la prensa, en promedio, hoy en día, en los chismes de esquina, en chismes de la tienda. Qué mal.
Yo no le tengo miedo a un golpe de estado propiciado por el Presidente. Humala no es Chávez. Humala no es Fidel. Humala no es Correa. Humala no es Evo. Humala es esposo de Nadine. Punto. Si en 4 años no hizo nada, peor aún, lo hará en estos meses. No tiene las condiciones sociales y económicas que lo respalden, además el mundo, como sistema, no lo avalaría. No existe el terrorismo de “Sendero Luminoso”, sí existe el narcotráfico.
No generemos pánico en la población. No nos comportemos como “terroristas” de la comunicación.
Al contrario, yo le tengo miedo, si es como la ciencia lo presenta, al “Fenómeno El Niño”. Ese golpe sí va a doler, ese golpe es el que sí se viene de verdad, ese golpe afectará aún más a nuestra economía y a nuestra clase vulnerable.
El niño nos golpeará. Cómo. No se sabe. No podemos poner cifras exactas. Los economistas, o al menos yo, no somos magos para adivinar. Pero todo “niño” tiene sus consecuencias. No podemos ir contra lo que se viene. Es un comportamiento de la naturaleza, un comportamiento divino.
Lo que sí podemos hacer o pedir es que los gobernantes sean menos inmaduros e incapaces. Que sean certeros en su pedido de presupuesto porque “el niño” golpeará la pesca, la agricultura, el transporte, la gastronomía, la extrema pobreza y pobreza, la inversión privada. Colapsarán los desagües, al menos en Lambayeque. No existe sistema de drenaje en Chiclayo. La tubería está obsoleta. En suma, no tenemos POLITICA DE PREVENCIÓN. Y la historia del Perú lo demuestra, este no es un chisme de tienda.
Es tarde. “El Niño” nos chocará. Esperemos los resultados y actuemos de inmediato.
El golpe del NIÑO sí es real y sí existe, el otro no.
No quiero ser alarmista.