El Perú es un país biodiverso en el que habitan miles de especies. Sin embargo, el hombre realiza pequeñas acciones indiferentes e irresponsables que ocasionan grandes impactos a la naturaleza y así restringen y deterioran el hábitat natural de sus habitantes.
Dentro de todas sus bondades, el territorio peruano posee gran diversidad ornitológica y nuevas especies son descubiertas periódicamente. Incluso, el país registra cerca del 20 % de aves del total mundial, por ello urge la necesidad de generar información y difusión en cuanto a educación ambiental, específicamente sobre los beneficios de la naturaleza y sus cuidados mediante talleres dirigidos por especialistas.
Uno de ellos es Igor Lazo Paredes, educador ambiental y especialista en aves del Programa de Educación y Sensibilización Ambiental del Centro de Ornitología y Biodiversidad – CORDIBI, cuyo trabajo consiste en observar, identificar e interpretar el comportamiento de las aves en su entorno, tanto natural como citadino.
Igor Lazo observa aves hace 10 años. En el 2008 inició en este mundo como miembro del Club Amigos de la Naturaleza – CANATURA, donde aprendió lo básico. Posteriormente, continuó con la labor como parte de un pasatiempo hasta que se volvió su estilo vida y se comprometió con la idea de preservarlas.
RIQUEZA ORNITOLÓGICA
Los lugares ricos en aves – dice - son aquellos espacios naturales que se encuentran muy bien cuidados, pero no es un factor exclusivo, también depende de la variedad de hábitats que alberga el lugar. Por ejemplo, Lambayeque cuenta con el Santuario Histórico Bosque de Pómac y el Refugio de Vida Silvestre de Laquipampa, ambas son áreas naturales protegidas por el Estado.
A estas se suman el Área de Conservación Privada Chaparrí, la laguna de Collique y los humedales de Eten, San José y Baldera, este último ubicado entre Pimentel y la caleta San José.
Todos estos lugares protegen la flora y fauna silvestre, pues sirven de refugio para mamíferos pequeños y grandes como el zorro, el gato montés, el oso de anteojos, pumas y muchas aves que anidan y encuentran alimento dentro de ellos.
Por otro lado, la ciudad registra muchas aves comunes como la paloma cuculí o paloma ojiazul y la paloma madrugadora o serranita, peculiares por su canto durante las mañanas. También destaca el gorrión americano y el gorrión europeo, ubicados en jardines, parques y alrededores de los mercados.
“Las aves de ciudad no son más que aves silvestres que se vieron en la necesidad de adecuarse al modus vivendi de la sociedad. La mayoría de aves corre el riesgo de morir atropelladas o asesinadas por la ignorancia de las personas, como las lechuzas, por la vieja creencia que traen muerte al hogar”, afirma.
Otro peligro es la destrucción de las aves playeras migratorias. Al litoral peruano acuden 31 especies de aves, de las cuales 23 llegan a las playas y las demás residen en los humedales de Eten. Estas suelen ocupar dichos territorios entre octubre y abril, pues huyen del invierno del hemisferio norte para alimentarse y luego nuevamente regresar a su lugar de origen para reproducirse.
PROBLEMAS
Así como existe gran variedad de aves, también hay algunas que se encuentran en peligro de extinción, como la emblemática pava aliblanca, ave que fue declarada extinta y que hace 40 años fue redescubierta en la quebrada de San Isidro (Olmos).
Actualmente, esta ave es de interés nacional según la Ley Nº 28049 y se encuentra en peligro de extinción debido a la cacería y destrucción de su hábitat. También está la cortarrama peruana, ave de bosque seco que se encuentra en peligro de extinción producto de la competencia de alimento por la presencia de ganado en el bosque y la intervención del hombre en su ambiente.
“El Perú afronta un grave problema que es el tráfico ilegal de fauna silvestre, siendo los principales afectados los pericos, loros y guacamayos, además de aves de colores llamativos, que simplemente la gente las obtiene para tenerlas en su casa como objeto de ornato, también se trafican otras especies que forman parte de creencias antiguas y rituales como cóndores y algunos colibríes”, explica.
Debido a los colores, la elegancia y majestuosidad de las aves muchas personas las capturan y comercializan con ellas ofreciéndolas en las calles de la ciudad. Por ejemplo, los chiscos enfrentan esta situación, pues son aves que poseen un canto muy elegante y complejo. También están los azulejos que son aves pequeñas y de color azul grisáceo, al igual que el pájaro arrocero.
Otro problema es la tala indiscriminada, que se da en todo lugar donde se encuentre un árbol grande que nadie cuide. En cuanto a los incendios forestales, comenta Igor Lazo, se dan casi siempre de manera provocada debido a la mala práctica agrícola de quemar la maleza en las áreas de cultivos, con la creencia que el humo atraerá la lluvia y también que al quemar devolverán nutrientes al suelo, siendo esto último 100 % no confiable.
RECOMENDACIONES
Para estos casos, el especialista en aves recomienda disminuir el uso de productos no reciclables, así como el uso de plásticos. Además, sugiere reutilizar recipientes u otros objetos que cumplan una función distinta para lo que fueron creados.
“Si salimos de campo, a la playa o fuera de la ciudad lo recomendable es regresar con los residuos que generamos”, añade.
Las aves son como pequeños agricultores de los bosques, pues al comer frutos llevan en su interior las semillas y al desecharlas siembran en distintos lugares nuevos brotes. De igual manera existen miles de beneficios que estas especies aporta a los ecosistemas.
FALTA DE COMPROMISO
Según Igor Lazo, los organismos estatales tienen un compromiso con estas causas, pero se quedan en un papel firmado o en iniciativas para disminuir el uso de residuos sólidos, pues “muchas instituciones creen que con colocar tres o cuatro tachos de colores ya colaboraron con la preservación del ecosistema”, pero no es así.
“El programa de Educación y Sensibilización Ambiental de CORBIDI ha realizado algunas convocatorias de voluntariado con la finalidad de generar conciencia ambiental, aprovechando la tendencia hacia la conciencia ecológica, pero las personas no se inclinan mucho por estas actividades. Es necesario generar espacios donde se compartan ideas”, finaliza.