El fotógrafo Víctor Contreras Bardales realizó una ponencia en la Biblioteca Municipal de Trujillo sobre la gestión cultural a través de la fotografía, en donde expuso su muestra fotográfica denominada ‘Inkawasi en un bordado’ y presentó el proyecto de Escuela de Fotografía ‘La Mákina’, que tiene siete meses en Chiclayo.
Víctor Contreras junto a Gabriel Tejada, Omar Miñano y Danny Altamirano fueron seleccionados a nivel nacional para la conferencia. ‘Inkawasi en un bordado’ que reúne fotografías etnográficas de la sierra lambayecana en un homenaje a la memoria y la cultura ancestral de la región.
PROYECTOS
Víctor Contreras es un fotógrafo etnográfico, documentalista y publicitario. Empezó en la fotografía hace ocho años y ahora se dedica exclusivamente al documental y la fotografía gastronómica o de producto.
“Me encanta fotografiar alimentos por todo lo que encierra, las ciencias que agrupa y los increíbles seres humanos que puedo conocer. Tenemos una gran herencia culinaria, aunque es una pena que se haya estancado en el ceviche, el arroz con pato y el seco de cabrito, pues nuestro legado es infinitamente más extenso que todo lo que se sirve en los restaurantes. A pesar de ello, constantemente nuevos cocineros osados apuestan por fusiones, cocinas intérpretes o de autor y ahí es donde me gusta estar”, expresa.
Otro de sus proyectos es ‘La Mákina’, una Escuela de Fotografía que consiste en un espacio experimental y libre. Él junto a Jorge Alberca y Mirko Solis empezó como gestor cultural trayendo a Chiclayo a “capos” de fotografía, pero ahora dictan talleres para todo aquel que desee aprender y divertirse.
‘La Mákina’ brinda formación especializada y capacitación a fotógrafos de nivel profesional, amateur, principiante y público interesado por medio de cursos, workshops, conversatorios y conferencias.
Víctor Contreras es cofundador de Frente Foto, un grupo de investigación documental; creador de la Escuela Rural de Fotografía en la sierra de Lambayeque que trabaja con niños en situaciones vulnerables e impulsor de Ruta Creativa, un programa de capacitación juvenil.
‘TOUR BEERHANCE’ NORTEÑO
“El Tour beerhance norteño es una actividad que agrupa a artistas visuales. Invitaron a La Mákina y hablamos del proyecto junto a grandes exponentes nacionales del diseño gráfico e ilustración”, cuenta.
El Beerhance es un encuentro entre personas que aman lo que hacen y que pretenden vivir de ello. Se realizó el sábado 13 de octubre y reunió a diseñadores, fotógrafos, creativos, publicitarios, ilustradores, escultores, actores, escritores y más, quienes hablaron de su trabajo y su estilo de vida.
DISTINCIONES
Víctor Contreras Bardales fue finalista en el Concurso Nacional ‘Retrata el Arte en tu comunidad’ organizado por el Ministerio de Cultura. Lima; finalista en el Concurso Nacional ‘Nikon Photo Contest’ en la Escuela de Arte y Diseño Corriente Alterna; finalista en el concurso nacional de Fotografía documental Espacio Tiempo de la Universidad Particular Antenor Orrego de Trujillo y a nivel internacional fue finalista en el IV Concurso de fotografía ‘Un viaje a la esperanza’ en Colombia.
“Mi más grande reto ahora es hacer realidad todos los proyectos que tengo en mente. Desde una muestra fotográfica que involucre historia, gastronomía y conciencia, hasta algunos que me lleven fuera de Perú”, finaliza.
El arte urbano es una de las iniciativas que últimamente cobran fuerzan en las ciudades, tal como el muralismo, un movimiento joven con temática y técnicas diversas que tiene por objeto embellecer los lugares y comunicar mensajes positivos.
Carmen Pintado Vásquez es coordinadora del proyecto ‘Pintando el Barrio’, consistente en jornadas de muralización en barrios de Chiclayo que pretende recuperar espacios públicos.
‘Pintando el Barrio’ es una iniciativa por parte de los integrantes del Colectivo Arte Chiclayo, que busca llevar el talento de diferentes artistas voluntarios a las zonas más alejadas y olvidadas del distrito. Está formado por artistas muralistas, diseñadores y autodidactas del arte.
Actualmente consta de seis integrantes: Dali, Jonah, Joseph, Oshin, Lia, y Carmen, quienes han logrado recuperar el pueblo joven Elías Aguirre, La Ciudadela en José Leonardo Ortiz y el pueblo joven 19 de Septiembre.
“Dicha iniciativa surgió con unos amigos. Todos nos conocíamos porque vivíamos en sectores cercanos donde la delincuencia era uno de los problemas latentes y más peligrosos, así que decidimos cambiarle la cara al barrio a través de la pintura”, cuenta.
Carmen Pintado señala que para “enchular las paredes” tienen como medio la pintura y el arte, realizando jornadas de dos días de muralización, las mismas que cierran con espectáculos de música y malabares interactuando con los vecinos y los niños de la zona.
ARTE URBANO
“Cabe preguntarnos qué hacer con el espacio público y quién tiene el derecho a ocuparlo. Si recorremos las calles de Chiclayo y sus alrededores caeremos en cuenta que las paredes están plagadas de propaganda política o afiches de bailes populares con colores escandalosos y de mal gusto, que finalmente se ensucian, los rasgan o les hacen pintas encima y todo ello no contribuye con el ornato de la ciudad”, menciona.
Para contrarrestar esa situación surge el muralismo, una corriente artística caracterizada por el uso pictórico de grandes superficies como expresión plástica de contenido ideológico. Sin embargo, las personas conciben al muralismo como “cosa de vagos”, pese a que la pintura mural en el Perú es una actividad que se remonta a la etapa prehispánica con mensajes iconográficos.
Carmen Pintado explica que este fenómeno ocurre porque comúnmente las personas de mal vivir recurren al graffiti para según ellos hacer arte, pero lo único que hacen son pintan sin ningún mensaje, además no cuentan con ningún permiso, por tal motivo se desenvuelven en un contexto de ilegalidad, sumado a los barristas o parejas que escriben en las paredes.
El graff históricamente se origina como un medio de expresión entre personas, luego aparece una guerra de estilos haciendo que cada vez sean más estilizados. Por su parte, el muralismo como tal apareció en México como parte de la revolución del siglo XX cuando se usaban los murales como expresión artística pero adjuntada a un mensaje hacia las masas.
“El común de las personas cree que estas corrientes son cosas de vagos porque existen pintas con mensajes obscenos, así que el Colectivo de Arte adopta mensajes blancos con los que es imposible discutir”, dice.
PEQUEÑAS ACCIONES
De acuerdo con Carmen Pintado, las pequeñas acciones n son importantes porque contribuyen al cambio, que debe empezar por uno mismo para luego proyectarlo hacia los demás y así propagarlo. El muralismo, por ejemplo, expresa libertad y un propósito transformador y, aunque no parezca, las pequeñas acciones solucionan las cosas en el entorno.
Hay muchas formas de vivir del arte. Según la muralista, no siempre se gana, pero sí se goza de muchas formas, ya sea como pintora, retratista, creativa o docente, pues depende de cada artista y su creatividad para generar su propio mercado artístico.
“El instinto artístico a uno le nace, pero para ser un artista se requiere aprendizaje y constancia, mucha constancia, además de motivaciones y el hecho de apostar por el desarrollo. El muralismo es un llamado que puede hacer cualquier persona para denunciar sus inconformidades, lo que lo convierte no solo en un hecho cultural, sino testimonial.”, finaliza.