La Dirección Desconcentrada de Cultura – DDC, ha puesto en marcha una serie de talleres artísticos para las familias lambayecanas, cursos que comprenden desde el aprendizaje de marinera y festejo hasta la formación en ballet, dominio de guitarra y canto.
“Todos los talleres se están desarrollando de manera más ordenada y tranquila en comparación a años anteriores. En su mayoría, cada uno ha cumplido con el objetivo de 15 alumnos por aula, por lo que se ha visto la satisfacción de los padres por el desenvolvimiento de las clases en las que están invirtiendo”, comenta Marlene Polo Campos, encargada del Área de Industrias Culturales y Artes.
Las clases son dictadas dos veces por semana durante hora y media, dentro de los horarios establecidos desde las ocho de la mañana. Con la duración del siglo de verano de dos meses la matrícula tiene un costo de 10 soles y 90 nuevos soles por mes.
“La idea es que los participantes estén durante ambos meses, pero hay quienes solo se quedan el primer mes y luego se retiran por cuestiones de tiempo o viajes por las vacaciones”, comenta Marlene Polo.
Sin embargo, para este mes de febrero las inscripciones siguen abiertas para las personas interesadas en aprender alguna de estas materias artísticas.
A comparación de años anteriores en los que el costo por taller era de 60 soles, este verano la dirección administrativa decidió aumentar 30 soles y reducir el número de alumnos por aula para brindar una enseñanza de mayor calidad.
“Minimizar el número de participantes por aula nos permite brindarles una mejor enseñanza, además que nuestros espacios son pequeños y de este modo el profesor puede dar mayor atención a cada uno. Padres y niños se han mostrados más contentos con este cambio”, añade.
Los talleres están dirigidos para niños desde los tres años, así como a jóvenes y adultos de todas las edades interesados en la pintura, la música o la oratoria.
El 5 de marzo se realizará la clausura del ciclo de verano a las 4:30 de la tarde, actividad en la que todos los alumnos mostrarán sus nuevas habilidades artísticas de acuerdo al taller en el que participaron.
TALLERES
Dentro de los talleres de danza se encuentran los cursos de marinera, danzas folclóricas y ballet; en los cursos de música están: canto, guitarra, teclado electrónico y cajón; además se dictan cursos de dibujo y pintura, artesanía y un taller muchik.
Asimismo, se ofrecen los talleres de oratoria y teatro para todas las edades y el de títeres para los más pequeños. “El curso de teatro suele tener una clausura interna, porque se requiere de mayor tiempo de preparación, por el uso de libretos, vestuarios y el resto de implementos, además de la preparación de los personajes”, explica Marlene Pozo.
Por otro lado, para este mes se ha inaugurado el taller de ‘reciclarte’ para todos los interesados desde los ocho años a más. Estas novedosas clases, consisten en el aprendizaje de trabajos manuales a partir de la reutilización de materiales que se suelen desechar como son las latas, bolsas y botellas.
“Esta nueva clase está a cargo del profesor Dani Manuel Correa Chávez, quien se ha preparado para este taller de manera empírica. Definitivamente, es un curso que vale la pena porque ayuda a inculcar valores y el cuidado del medio ambiente desde temprana edad. Esperamos que tenga la acogida que se espera, sobre todo porque es bueno para la formación de artistas”, agrega.
Los talleres de mayor acogida para este verano son los de dibujo y pintura, los cuales tienen tres profesores a cargo en distintitos horarios. A estos se suman los de oratoria, marinera y ballet.
La DDC abrirá un nuevo ciclo de talleres en abril que tendrán una duración de tres meses.
I PARTE
Hablamos de una literatura regional para no olvidar que somos un país multidiverso y que la sumatoria de esos matices regionales hace esa gran nación con identidad pluridiversa de la literatura en el Perú. Describir lo regional, no implica quedarse en la aldea parroquial y encerrase en lo pueblerino y rechazar lo global: la sumatoria y caracterización de las partes nos da una visión más amplia de esa complejidad heteróclita que tiene el Perú en casi todas sus manifestaciones culturales. A veces estamos buscando con el telescopio vida extraterrenal y nos olvidamos que en la literatura late vida, arte y estética.
Históricamente, Lambayeque tiene una tradición primordialmente lírica. De cada 10 cultores de literatura, 08 han sido etiquetados como poetas y solo 02 como narradores. Sin embargo, esa percepción errónea tiene su explicación. Es mucho más fácil empezar y sostenerse publicando poemas en plaquetas sueltas de bajo costo o aparecer en antologías colectivas, que hacerlo con cuentos, mitos, leyendas, novelas o ensayos que demandan más espacios, papel e inversión. El mercado lector se seduce más fácilmente con poemas que con cuentos. En la región Lambayeque existes 09 antologías poéticas, desde el siglo pasado a lo que va en el 2015. Mientras que hasta la actualidad no existe una sola antología del cuento lambayecano. Desde el siglo pasado hasta la actualidad se han realizado coloquios,, encuentros y recitales, casi con exclusividad de poetas, mas no de narradores. Eso nos da una idea por qué existe la percepción errónea que Lambayeque solo tiene poetas y no narradores. Sin embargo, saliendo de esas falsas percepciones y yendo a los indicadores concretos de cifras, desde el 2010 se ha podido notar casi un empate de las ediciones de poesía y narrativa: de 10 libros, 06 son de poesía y 04 de narrativa. La media de libros publicados en los últimos 20 años en la región Lambayeque, ha sido de 22 libros en el rigor literario (libro aquella estructura constituida por nos menos de 49 páginas; folleto desde 01 hasta 48 páginas), habiendo sufrido un incremento desde el 2010 con el efecto pos nobel de Mario Vargas Llosa. Así en el mismo 2010 se editaron 27 libros; en el 2011 32; en el 2012, 31; en el 2013, 34; en el 2014, 29; y en lo que va setiembre de 2015 van 19 textos literarios.
I.- GESTIÓN Y PROMOCIÓN CULTURAL EN EL ENTORNO REGIONAL LAMBAYECANO
Los diferentes grupos culturales en sus distintas manifestaciones caminan dispares y cada quien con sus afanes particulares, propósitos desconocidos, objetivos y metas muchas veces gaseosas. Cada quien al caminar en sus propias trochas y senderos cree estar haciendo lo correcto y mejor que los demás. Esa desarticulación e individualización grupera obedece a los soterrados e inmaduros celos individuales y colectivos.
La gestión cultural de grupos no solo se realiza empírica, sino también informal. De cada 10 grupos que operan en sus diferentes manifestaciones, solo 01 está debidamente registrada y reconocida como entidad acreditada para participar en beneficios del Estado o cualesquier otra entidad benéfica aportante.
Las gestiones administrativas con fines de apoyo de logo, patrocinio económico, se siguen haciendo casi a la antigua con oficios de última hora, sin planes estratégicos, ni programas de trabajo anual, menos aún con proyectos culturales sostenidos y autofinanciados. Hay una informalidad y escaso manejo de gestión planificada estratégica. Todo ello evidencia una falta de capacitación en gestión cultural moderna y una improvisación quejosa de abandono al creer que el Estado dará recursos económicos solo por pena o griterío.
En la región Lambayeque operan dos clases de grupos que proyectan actividades culturales en el medio: los que justifican un cobro con boletaje “sin fines de lucro” para cubrir gastos de operatividad; y, aquellos grupos independientes que hacen sus actividades por amor al arte y que muchas veces tienen que hacer batidas y enormes esfuerzo de invitaciones y difusión, sabiendo que de 100 invitaciones cursadas solo 10 llegarán al evento invitado.
II.- DIFUSIÓN Y PROMOCIÓN DE LA LITERATURA EN LA REGIÓN LAMBAYEQUE
La difusión y promoción constituyen los elementos básicos del éxito de un evento cultural. Los grupos culturales generalmente lo hacen por diversos medios como internet, correos electrónicos, Facebook, youtube, gigantografías, afiches, tarjetas impresas, llamadas telefónicas o visitas puerta a puerta, etc. Notas de prensa que son elaborados por ellos mismos “para facilitar el trabajo periodístico reporteril”, porque en la región Lambayeque no existe una prensa cultural en el rigor que busque, cubra y comente de manera especializada los eventos culturales; la que existe y se quieren hacer por tal, solo tiene un tufillo de farandulera, espectaculera y simple caja de resonancia de las notas enviadas de pre y post evento, al gusto y redacción de cada grupo y evento tal.
Los medios de comunicación escrita en el entorno regional contienen predominantemente información política, policial, farandulera y deportiva y escasamente notas y articulería cultural, amen rellenadas de refritos de otras realidades.
La asistencia a los eventos culturales es limitada numéricamente (no sobrepasa el centenar) y diferenciada según el menú de la noche, la organización convocante, la frecuencia de convocatoria a y la naturaleza de ingreso libre o pagado. El público literario consuetudinario es de entre 20 o 30 personas. Esa cifra se pudo elevar a más cuando llegó el cuentista nacional Julio Ramón Ribeyro a unas 200 personas. O cuando llegó el novelista Alfredo Bryce Echenique a unas 220 personas. Solo superado por la llegada del aún no Nobel en ese tiempo (18 de diciembre de 2002 - Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque), Mario Vargas Llosa a la UNPRG a unos 700 personas dentro y fuera del auditorio principal de esta casa universitaria nacional.
III.- EDICIÓN Y DIFUSIÓN DE LAS OBRAS LITERARIAS EN LA REGIÓN LAMBAYEQUE
La edición de textos literarios en los últimos cinco años ha mejorado cuantitativamente por la modalidad de tiraje corto, que implica editar solo unos 200 textos a costos casi del básico tiraje de mil. Esto ha significado desempolvar obras producidas hace 20 o 30 años y ponerlos a imprenta y luego al público.
En la región Lambayeque se cuenta con alrededor de unas 300 imprentas entre pequeñas y medianas y unas 10 grandes, pero no hay editoriales. A la imprenta solo le interesa imprimir y entregar el producto tal cual lo entrega el autor –a lo mucho llega el diseño creativo de la caratula y una que otra corrección ortográfica al vuelo-. La editorial tiene otros propósitos que es generar un cuidado de la obra con la corrección de estilo, publicidad y marketing de la obra, así como canales de presentación difusión y colocación de la obra. Una editorial apuesta por un autor de calidad y lo catapulta en su imagen y su obra para elevarlo a la notoriedad, imprimiendo su obra y ofreciéndole regalías. Eso aún no hay en la región Lambayeque.
En la región Lambayeque solo hay siete autores a los que obligatoriamente hay que leer sí o sí: Mario Puga Imaña, Carlos Camino Calderón, Andrés Díaz Núñez y Gilberto Maxe Suxe (narradores); Nicanor de la Fuente Sifuentes NIXA, Mari Florián Díaz, Alfredo José Delgado Bravo (poetas). El resto existen, viven, participan, editan, divulgan, venden, viajan, sueñan con sus Nobeles y hacerse millonarios vendiendo sus libros, pero no existen oficialmente, no están obligados a ser leídos en el mercado más grande de lectores que son los niños y adolescentes de las escuelas y colegios.
La difusión literaria que se hace en las escuelas, colegios y universidades tienen muchas restricciones que desaniman a los autores a vender sus obras porque muchas veces está el condicionante de si figuran o no en el plan lector o en la propuesta de literatura regional y si cuentan o no con el aval favorable de los profesores de comunicación. Vender un libro es casi un efecto y sabor a mendicidad o favor de “apoyarlo para que no se muera a hora sino dentro de unos meses”. Ni las bibliotecas hacen “el favor de comprarles sus libros a los autores para incentivarlos a recuperar su inversión que es a cuentagotas y estimularlos a seguir escribiendo.
(Continuará la siguiente edición)